Carlos Fernández-Vega
México SA
Desocupación: 50% más
Informales: 14.7 millones
Pemex: el empleo gallego
Sólo faltan dos meses y pico para que el actual inquilino
de Los Pinos deje la residencia oficial, y a estas alturas uno de los grandes
logros del Presidente del empleo es el sustancial incremento sexenal
de la desocupación oficial en el país: poco más de 50 por ciento (hasta agosto
pasado) en el periodo, más el vertiginoso crecimiento de la informalidad, en la
que sobreviven más de 14.73 millones de mexicanos, contra 13.7 millones con
empleo permanente en el sector formal, donde los salarios y las condiciones
laborales no son precisamente para presumir.
Muchas son las asignaturas pendientes del que felizmente
ya se va, pero la del empleo es una de las tristemente sobresalientes. A lo
largo de su estadía en Los Pinos, Felipe Calderón presumió, prácticamente todos
los días, que en materia de empleo su gobierno registraba cifras
históricas, con una generación de puestos de trabajonunca antes vista, por lo cual
se auto congratulaba por los grandes logrosobtenidos. Aun así, su peor
enemiga, la terca realidad, se encargó de desmentirlo con la misma periodicidad
con la que el susodicho se auto alababa, mientras un número creciente de
mexicanos engrosaban las filas del desempleo, la subocupación y la
informalidad.
Al cierre de agosto pasado, de acuerdo con el más
reciente informe del Inegi, el 5.39 por ciento de la población económicamente
activa se encontraba en desocupación abierta, lo que en números fríos equivale
a casi 2 millones 750 mil mexicanos en tal condición. La noticia buena,
según los indicadores del citado instituto, es que la tasa oficial de
desocupación se redujo de 5.79 a 5.39 por ciento de la PEA entre agosto de 2011
e igual mes de 2012. El elemento a destacar es que talreducción se debió,
en más dos terceras partes, a la ocupación en el sector informal de la
economía. En sus indicadores oportunos de ocupación y empleo, con cifras al
cierre del octavo mes del presente año, dicha institución puntualiza que si el
comparativo se realiza entre julio y agosto de 2012, entonces la tasa oficial
de desocupación abierta aumentó 0.14 puntos porcentuales. En las grandes áreas
urbanas (aquellas con cien mil habitantes y más) el multicitado indicador
involucró a 6.38 por ciento de la PEA.
Casi tres años de crecimiento sostenido (2010-2012),
como lo presume el inquilino saliente de Los Pinos, no sirvieron de mayor cosa
en materia de empleo, toda vez que la tasa oficial de desocupación se mantiene
en elevados rangos y la correspondiente al sector informal no ha parado de
crecer. Y lo peor del caso es que los egresados de instituciones de educación
media superior y superior se mantienen como los principales afectados por las
políticas del Presidente del empleo. De acuerdo con las cifras del Inegi,
75 de cada 100 desocupados son los que cuentan con mayor nivel académico. Los
25 restantes no completaron la secundaria y en otros casos la primaria.
En menos de tres décadas, México se transformó de un país
semindustrializado a uno de servicios, y a estas alturas en este sector se
ocupa casi 62 por ciento de los mexicanos en edad y condición de laborar; en
las actividades agropecuarias apenas 14 por ciento de la PEA y el resto en el
sector industrial, fundamentalmente en el área maquiladora. Los empleadores se
aproximan a 2 millones 300 mil, aunque en el IMSS sólo aparecen registrados 800
mil, es decir, apenas una tercera parte de los oficialmente existentes, con las
consecuencias fiscales y laborales por todos padecidas.
En las 32 entidades de la República parece darse un
concurso para obtener la medalla en materia de desocupación. En el Distrito
Federal, esa maravilla que días atrás describió Marcelo Ebrard (léase Marcelolandia),
el 6.66 por ciento de su población económicamente activa está desocupada, con
lo que el ombligo del país ocupa la cuarta posición nacional, junto
con Aguascalientes, en lo que a desocupación se refiere. El oro, la plata y el
bronce se lo llevan, respectivamente, Baja California, con 7.15 por ciento de
desocupación; Tamaulipas, con 7.1 por ciento; y Chihuahua, con 6.87 por ciento
(el copetón dejó al estado de México con una tasa de 6.84 por ciento).
Otro elemento aportado por el Inegi es el relativo a los
mexicanos que, aún con empleo, el ingreso no les alcanza y se ven en la
necesidad de buscar complementos. Así, al cierre de agosto pasado, la población
subocupada representó 8.4 por ciento de la población ocupada, algo así como 4.3
millones de personas. El porcentaje de subocupación es más alto en los hombres
(9.2 por ciento) que en las mujeres (7 por ciento). La buena, según el
instituto, es que en agosto este indicador registró unadisminución de 0.34
puntos porcentuales, en comparación con el cierre de julio.
De acuerdo con sus mediciones, el Inegi revela que la
tasa de ocupación parcial y desocupación (población desocupada, más la ocupada
que trabajó menos de 15 horas a la semana) se ubicó en 11.79 por ciento de la
población económicamente activa, ligeramente por arriba del registro de un año
atrás (11.75 por ciento). Y la tasa de presión general (incluye además de los
desocupados, a los ocupados que buscan empleo, por lo que da una medida global
de la competencia por plazas de trabajo conformada no sólo por los que quieren
trabajar sino por los que teniendo un empleo quieren cambiarlo o también los
que buscan otro más para tener un segundo trabajo) llegó a 9.56 por ciento de
la PEA, contra 9.27 por ciento en agosto de 2011. Ese es el ingrato panorama a
escasos dos meses de que el Presidente del empleo por fin se vaya
mucho para otra parte.
Las rebanadas del pastel
Pero no hay de qué preocuparse, porque Petróleos
Mexicanos utiliza los recursos de la nación para generar empleo formal
(alrededor de 3 mil nuevas plazas) y reactivar la economía, aunque no sea en
México ni a la mexicana, sino en Galicia y a la gallega, lugar que alguna
gracia debe tener como para inspirar al director de la paraestatal, Juan José
Suárez Coppel, quien ahora está maravillado con el negocio de los hoteles
flotantes, aunque su obligación sea otra. Pero bueno, en este caso, también
felizmente, falta muy poco para que el susodicho acompañe mucho al Presidente
del empleo, si es que no termina de clavarle el puñal a la primera empresa del
país. A ver si, en reciprocidad, Mariano Rajoy le hace un favor a México y a
Suárez Coppel le otorga la residencia en Vigo.
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