Laguna de sangre
La sociedad coahuilense ya no puede más con la violencia que se asentó en La Laguna desde que dos grupos del narcotráfico se disputan la plaza: Los Zetas y los sicarios del Chapo Guzmán. El crecimiento de los índices criminales ya era alarmante, pero desde que el gobierno federal aplicó su solución de mando unificado policíaco-militar las estadísticas asustan: casi cada mes se duplica el número de homicidios –incluso los no relacionados con el crimen organizado– y también crecen los asaltos y robos de autos…
Desde hace cuatro años, la Comarca Lagunera –en particular Torreón– es campo de batalla entre mafias y está agobiada por la delincuencia y sus crímenes de alto impacto, y también por la impunidad que permea hasta los asesinatos no relacionados con el narcotráfico, situación que ningún operativo ni plan gubernamental han podido solucionar.
Al contrario. La creación, en mayo pasado, de un “mando único” policiaco-militar coincidió con el aumento de los asesinatos relacionados con el hampa: el número de éstos se duplicó en un mes.
El mando único propuesto y acordado por el secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora, es la más reciente de las acciones emprendidas por el gobierno federal como respuesta a la exigencia de seguridad del empresariado lagunero harto de la violencia, en especial luego del asesinato de Carlos Ignacio Valdés Berlanga, ganadero y accionista de Grupo Lala.
El pasado 24 de abril, Torreón sumó 11 crímenes a su estadística de ejecuciones; entre ellos, el de Valdés Berlanga, asesinado de 15 tiros.
El empresario y dirigente de la Unión de Crédito Rural y Agropecuario de la Laguna desayunaba en su casa cuando notó que dos extraños habían entrado. Con cautela salió de su domicilio, pero en la acera lo esperaban dos sicarios que lo acribillaron.
El crimen conmocionó a la clase empresarial, pues los hermanos Carlos Ignacio y Mario –este último, exdirigente priista local y líder de la Unión Ganadera Regional de La Laguna– pertenecen a una familia de productores de leche en una región cuya actividad económica depende en buena medida de los lácteos. En junio de 2010, Carlos Ignacio recibió la medalla presidencial al Mérito Ganadero.
Al velorio de Valdés Berlanga acudió la élite empresarial y política de la región. Pero les salió caro: nueve de las camionetas en las que llegaron a la capilla de velación –cerca de las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública municipal y de la delegación de la Fiscalía General del Estado (FGE)– fueron robadas y otras 14, desvalijadas.