“PRIAN”: ¿listo para otro sexenio?
Casa de citas
Por: Redacción de Sinembargo
http://www.sinembargo.mx/opinion/25-09-2012/9698
El PRI y el PAN tienen un proyecto que se hizo en los años noventa y en los que han venido trabajando juntos, dijo Marcelo Ebrad Casaubón en una entrevista con el diario El País. Para el actual jefe de Gobierno del Distrito Federal, ambos partidos creen que México crecerá si se consigue una reforma energética que haga de Petróleos Mexicanos (Pemex) algo parecido a Petrobras. También vislumbran que con una reforma fiscal, donde los ciudadanos aporten más por el consumo, “en un país tan desigual”, se logrará más desarrollo. Además, “flexibilizar” el mercado de trabajo dará enorme impulso al crecimiento. Es lo mismo, expuso Ebrard Casaubón, que planteó en 2000, al iniciar su administración, el panista Vicente Fox Quesada; es lo mismo que ha venido promoviendo en este sexenio que agoniza el también panista Felipe Calderón Hinojosa, y es lo mismo que ahora promueve el priista Enrique Peña Nieto. Más allá de que Ebrard sea uno de los políticos más importantes de la izquierda y, como tal, se oponga tanto a las reformas propuestas por el PAN y el PRI, y a lo que é mismo llama “relación escandalosa” entre los priistas y Calderón, las coincidencias entre los programas y posturas de blanquiazules y tricolores han sido evidentes en los últimos 12 años.
Pero, además, ya se semblantea que esas posiciones no se moverán radicalmente en el sexenio que está por comenzar. Sin más, en los últimos días tanto el Presidente saliente, Calderón Hinojosa, como el Presidente electo, Peña Nieto, han repetido –cada quien por su lado y en distintos foros– que el único camino para que Pemex sea competitiva es abrirse a la inversión privada. No es un tema nuevo, por supuesto. Lo que llama la atención es que ahora ambos políticos, prácticamente al unísono, insistan en un tema que los priistas trataron con mucha reserva en la pasada campaña presidencial. La semana pasada, de visita por Brasil, el priista mexiquense incluso pidió asesoría a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, para imitar el modelo de Petrobras. También durante su visita a Chile, ante empresarios de ese país, afirmó que buscará el mecanismo jurídico que permita la participación del sector privado en la paraestatal mexicana, con la intención de “aumentar su capacidad de explotación, producción y refinado”. Ayer, de visita en Washington, el presidente Calderón afirmó que percibe una ventana de oportunidad para que el sector energético en México “se abra un poquito”, particularmente, en torno al gas natural, lo que exigirá una gran voluntad política del gobierno entrante. “Creo firmemente en esto (y) el Presidente electo Peña cree que es necesario reformar el sector energético también. Si se tiene esta voluntad política para lograr algo en el sector energético (entonces) es una ventana de oportunidad”, destacó también ante el Council On Foreign Relations (Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos). Ambos políticos, Calderón y Peña, coinciden también en la autonomía de la empresa. Sin embargo, sus planteamientos no explican cómo lograrla sin el polémico cambio constitucional para Pemex. Esa es la parte que no han concretado en los últimos 12 años y esa es justo la última línea de defensa para esta empresa estatal y que, hasta ahora, ha impedido la privatización del sector energético: modificar el texto de los artículos 27 y 28 de la Constitución. Ahí hay una barrera política que tanto el PRI como el PAN quieren deshacer hace mucho. Por lo que no sería raro que en el sexenio que está por iniciar se produzca un embate temprano sobre el tema, aun cuando expertos del sector petrolero lo han dejado muy claro en análisis, seminarios, conferencias: el éxito de Petrobras, el caso que los políticos del PRI y del PAN presentan como el ejemplo a seguir en México, no es el resultado de la apertura de su capital “sino de la inversión elevada y perseverante en exploración, tecnología y recursos humanos”. Las complicidades entre ambos partidos van más allá de las reformas energética, laboral y fiscal, lo sabemos, y han sido documentadas profusamente durante los últimos 12 años. Por eso es que muchos ciudadanos reclaman su operación en bloque y que se ha bautizado como “PRIAN”. Una cosa es que las políticas públicas se parezcan o coincidan y otra que se presten para acuerdos en lo oscurito. Ebrard Casaubón lo dijo: “Una cosa es la institucionalidad y otra la complicidad”.
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