En nombre de la
modernidad, el atraso
María Teresa Jardí
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=194311
No sé si Peña es más inteligente de lo que parece, como parecen creer
intelectuales, no a modo, probadamente inteligentes.
Pero es diáfano que Calderón no quiere que el PRI regrese de manera, si no
tersa, al menos algo más tranquila, a la presidencia.
A Calderón es obvio que le pesa el saberse responsable del regreso del PRI y
del fracaso del PAN. El odio al PRI en México es casi un deporte nacional.
Deporte en el que, en el equipo contrario al del PRI, también juega el PAN a
pesar de haberse impuesto como única ideología los mandatos de la derecha que
impera en el mundo. Derecha que dicta las reglas a pesar de que la inmensa
mayoría también tiene claro que acaba con el mundo. Derecha que anida lo mismo
en el PRI, que en el PAN, que en el PRD. Pero el odiado en México, se puede
decir, sin mentir, que es el PRI y lo que ese partido representa. Sin matices y
a pesar de que es la toma del PRI por la derecha, con la llegada de los
neoliberales que en todos los partidos anidan, la que convierte al PRI en ese enemigo
a perseguir aunque eso tampoco se haya entendido ni por el PAN ni la izquierda
antes.
Es la derecha neoliberal la que acaba con los planteamientos sociales que ese
partido tenía y que fueron, en parte, los que le permitieron permanecer en el
poder a lo largo de tantos años. La misma derecha que al PAN ha convertido en
proscrito y también al PRD.
Las organizaciones no gubernamentales volverán a funcionar de manera intensa
como defensoras de los derechos humanos. Con el PRI regresó el enemigo. Y
Olvidado en el cajón de los recuerdos quedará el haber renunciado a la defensa
a ultranza de esos derechos como lo moderno a lo largo de los últimos seis
años, a cambio de mediocres limosnas, que no fueron ni siquiera lo importante.
Lo importante sin duda fue la unión que, por el odio al PRI, se da con los
otros. Con el PAN pasará lo mismo. Se alzará de nuevo como oposición aunque
nunca más nadie le crea. El PRD es irredento y somos responsables, los que
votamos, de su mantenimiento a lo largo de los seis años que empiezan el 1 de
diciembre. Aunque aclaro que yo voté por el PT, al votar por AMLO y por
Mancera, y que anulé el voto por lo que tocaba a los legisladores y a los
asambleístas. No es que tenga ninguna importancia a estas alturas, lo que ni a
anécdota llega, pero igual la comparto con los que generosamente leen lo que
escribo en el POR ESTO!, merced a la generosidad de su director, quien fue, por
cierto, uno de los ausentes en el desayuno organizado por el rector Narro para
familiares y amigos de Jorge Carpizo. No estaban todos y algunos no lo eran
tanto. Pero sí la inmensa mayoría de los asistentes académicos. Me consta lo
mucho que Jorge y Mario Renato se querían y sobre todo lo mucho que cada uno
admiraba al otro. Personajes admirables ambos sin duda. Como lo es también
Narro. De esos hombres que como Santiago Carrillo son imprescindibles y dejan
un vacío imposible de llenar aunque prevalezca su recuerdo para siempre en sus
obras. Un desayuno de apapacho entre los que no acabamos de creernos que Jorge
ya no está entre nosotros. Triste, muy triste cuando se sabe lo mucho que el
país necesita en estos momentos a personas tan valientes como Jorge Carpizo.
Calderón es un mal tipo. Y aunque haya negociado impunidad para sus crímenes
atroces con Peña, lo que le interesa es la garantía de impunidad que le brinden
los gringos.
La reforma a la Ley del Trabajo es un golpe bajo para Peña, aunque se disfrace,
mentirosamente de favor a Peña. Todo indica que ni Beltrones ni Gamboa Patrón
van a facilitarle tampoco las cosas a Peña. Es claro que no son del mismo
equipo y es claro también que las aspiraciones son igual de inmensas en los
tres. Pero Peña llegó y los otros se quedaron en el camino. No habiendo
alcanzado el segundo ni siquiera el encargo de gobernar a su Estado. De lo que
deberán dar gracias a Dios los yucatecos a lo largo de los próximos seis años
cada día, por haber logrado imponer como gobernador al que parece responder a
la mejor de las elecciones posibles.
Gravísima es la desaparición forzada de cinco jóvenes vinculados al movimiento
estudiantil YoSoy132. Hecho imputable también a Calderón de manera directa,
dado que todavía tiene en sus manos el control del elemento represor que se
aplica en el país desde varias instituciones.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario