martes, septiembre 25, 2012

¿Sacerdotes en funciones de gobierno? : Guillermo Fabela Quiñones


 ¿Sacerdotes en funciones de gobierno?
Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes

http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=194093

No debe extrañarnos que ahora la cúpula del clero católico pretenda tener acceso a puestos de elección popular, tal como lo anunció un alto miembro del Episcopado, pues sus ambiciones son absolutamente terrenales, no tienen nada que ver con la supuesta función evangélica que dicen cumplir. Era lo único que nos faltaba para tener pleno convencimiento de que la derecha se siente dueña de las instituciones nacionales y puede hacer con ellas lo que le venga en gana.
Obviamente, sería desastroso para el país que la alta clerecía accediera a funciones de gobierno, pues no sólo se pondría fin a una de las conquistas históricas por las que lucharon y dieron su vida miles de mexicanos en la segunda mitad del siglo diecinueve, sino se entraría en una fase regresiva de muy graves consecuencias al implantarse un régimen fundamentalista, pues no otra cosa tratarían de lograr los curas metidos a “políticos”. Así, la etapa del laicismo mexicano pasaría a la historia para dar paso a un proceso de duro revanchismo que acabaría con la poca gobernabilidad que aún existiera.
Es claro que la elite de la Iglesia Católica considera llegado el momento justo para dar una firme pelea en contra de las instituciones laicas del Estado mexicano, pues se llegó ya al límite del retroceso histórico iniciado en los años sesenta y fortalecido hace tres décadas. Es ahora cuando debe cobrar facturas a una clase política cínica y corrupta que le debe muchos favores. Sin embargo, al actuar de ese modo, la alta clerecía está demostrando que su papel nada tiene que ver con las enseñanzas de Jesucristo.

Ante tal realidad, no queda más que denunciar el papel ultra reaccionario que está ejerciendo la Iglesia Católica con fines aviesos, que vendrán a complicar aún más la lucha de liberación de las fuerzas democráticas, una lucha por demás desigual y compleja que debe darse en condiciones muy desventajosas, mismas que lo serán aún más por la participación de la alta jerarquía eclesial en apoyo de intereses mezquinos y absolutamente contrarios a las clases mayoritarias.
De ahí que el futuro del país se vea cada vez más incierto, pues el pueblo está solo en una lucha por demás dramática en favor del progreso de la patria. Sin embargo, por eso mismo es preciso afianzar convicciones laicas y democráticas, con el fin de tomar conciencia de que los meses y años venideros serán muy duros y no claudicar a mitad de la contienda. Eso sería una verdadera traición a la indomable batalla que dieron Hidalgo, Morelos, Allende y los miles de hombres que perdieron su vida por liberar a la patria del yugo español, apuntalado firmemente por una Iglesia Católica insaciable de poder terrenal.
Otra cosa sería si la elite eclesial se concretara a cumplir su función evangelizadora, entonces estaría luchando al lado del pueblo, igual que lo hicieron Hidalgo y Morelos y tantos otros curas humildes que no traicionaron las enseñanzas de Cristo. Otras serían las condiciones de la lucha, pero eso es tanto como creer que las profecías, tanto del Viejo como del Nuevo Testamento, no se habrán de cumplir, cuando los hechos y el conocimiento de las Sagradas Escrituras nos demuestran que se han estado cumpliendo puntualmente. 
En esta etapa histórica de México y del mundo, sería muy importante el apoyo del Vaticano a las luchas de los pueblos por su liberación de las garras del neoliberalismo imperial. Pero la realidad demuestra lo contrario. El Papado ha sido un apoyo invaluable al imperialismo, gracias al cual le fue menos problemático a las súper potencias imponer su jerarquía al mundo, una vez que la corrupción acabó con el Estado soviético y cayó el muro de Berlín en 1981.
Desde entonces, la humanidad empezó a vivir una pesadilla cada vez más horripilante, que de continuar así llegará el día en que las profecías descritas por San Juan en el Apocalipsis se habrán de hacer realidad. Tal parece que no tienen temor de que el Armagedón se cumpla tal como lo soñó el profeta, y que tienen plena seguridad, los titiriteros de la humanidad, de que ellos y sólo ellos están llamados a salvarse de la mega catástrofe que sería el inicio de la destrucción total de la humanidad, una vez que comenzara la Tercera Guerra Mundial.
Pues a tal fin nos lleva el comportamiento de las elites, de los dueños de las grandes riquezas del planeta, a quienes caracteriza un cinismo sin parangón en la historia de la humanidad, una voracidad que ni siquiera llegaron a tener los grandes autócratas de la antigüedad y de la Edad Media. Esto es lo que debieran tener en cuenta los jerarcas de la Iglesia Católica, quienes se autoproclaman herederos de los profetas. Por eso la humanidad está al borde de un colapso apocalíptico.
(guillermo.favela@hotmail.com)

No hay comentarios.: