Moreno Valle, un Peña Nieto “patito”
El expriista Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla, quiere ser presidente de México y emplea la misma fórmula que fabricó a Enrique Peña Nieto, sólo que en una versión más burda.
Como Peña, Moreno Valle se ha sometido a Televisa –y a TV Azteca–para aparecer en pantalla cuando le da la gana, hasta para cocinar con el chef Alfredo Oropeza la receta del mole de su bisabuela, cuyo nombre –por cierto– impuso a un hospital.
Solamente en 2011, su primer año de gobierno, el gobernador de Puebla destinó 180 millones de pesos al área de comunicación social, 112 de los cuales facturó a la televisión y de ellos 88.5 millones fueron para Televisa, según la propia información oficial.
No sólo eso: Al inicio de su gobierno, Moreno Valle regaló a Televisa un terreno de 6.7 hectáreas, valuado en aproximado de 325 millones de pesos, y aprobó una inversión de 116 millones de pesos para la construcción de un Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) en Puebla.
Pero, además, autorizó que se destinen anualmente 8 millones 500 mil Udis (aproximadamente 38.5 millones de pesos) para la operación del CRIT durante los próximos 10 años.
Y el extra: El año pasado, Moreno Valle regaló a Televisa, propiedad de Emilio Azcárraga Jean, un total de 36 millones de pesos para la realización en Puebla de “Espacio 2011”.
Con Televisión Azteca mantiene el mismo trato: En 2011, le entregó casi 24 millones de pesos en publicidad gubernamental, aparte de los 30 millones de pesos para realizar el festival “Puebla: la ciudad de las Ideas”, organizado por la televisora propiedad de Ricardo Salinas Pliego.
Moreno Valle le entregó a la Fundación Azteca, negocio también de Salinas Pliego, el edificio histórico de La Constancia Mexicana, la primera fábrica textil de América Latina, con el fin de ser la sede del Centro de Formación de las Orquestas Esperanza Azteca.
Este año de 2012 no ha sido distinto en el trato obsequioso de Moreno Valle a las televisoras, que lo compensan con la difusión de su imagen y encubren sus caprichos y desplantes autoritarios, una conducta imitada también por el grueso de los medios locales, sometidos con dinero y terror.
Aunque militante panista, filiación que adoptó tras desertar del PRI, Moreno Valle es discípulo de Elba Esther Gordillo y mantiene una estrecha relación con Los Chuchos, la facción hegemónica del PRD, razón por la cual pudo conformar una alianza de partidos que ganó el gobierno en 2010.
Tras “dos años de megalomanía”, como tituló Proceso un reportaje bajo mi firma sobre el primer tercio de su gestión –caracterizada justamente por su delirio de grandeza–, Moreno Valle mantiene también un férreo control de los grupos parlamentarios de esos partidos en el Congreso y ha montado un aparato de espionaje para vigilar a quien le dé la gana.
Sin embargo, aunque ha sumado al PRI a su control, las cosas se le han empezado a descomponer al ambicioso gobernador: El PAN estatal ha chocado con él por su afán de imponer candidatos a alcaldes y diputados –para que le aprueben sus cuentas y darle viabilidad a su proyecto–, y el PRD se lo está sacudiendo o encareciendo su apoyo.
La conflictiva relación de Moreno Valle con el PAN hizo crisis con la reforma aprobada por el Congreso para prorrogar tres meses el inicio del proceso electoral, con el fin de evitar la relección del presidente de ese partido, Juan Carlos Mondragón, opuesto a su proyecto.
Ahora la apuesta de Moreno Valle es mantener el control del PAN –como del PRD– desde la dirigencia nacional, a cambio de canonjías del presupuesto de Puebla, y perfilarse hacia 2018 como candidato de una alianza de esos partidos y el Panal, sustentada en un diseño propagandístico semejante al que le hizo Televisa a Peña Nieto.
Moreno Valle se ufana, además, de ser apoyado en su proyecto presidencial por prominentes empresarios, aun del extranjero, y de su relación con Peña Nieto y con Televisa, debido a que su padre, Rafael Moreno Valle Suárez, fue supuestamente amigo de El Tigre Azcárraga.
De hecho, funcionarios de Televisa tuvieron una intervención directa para que Javier López Zavala, candidato del PRI, ofreciera una disculpa al padre del gobernador –actual presidente de la fundación UNAM– por haberlo acusado, en la campaña, de tener una fortuna mal habida y de haber pagado un millón de dólares para salir de la cárcel en Italia por un fraude.
Reputado de insolente, arrogante y frívolo –le encanta intimidar con estrellas de la farándula–, Moreno Valle es también un político laborioso y astuto al que no debe menospreciarse, sobre todo porque está dispuesto a destinar el dinero que sea necesario para su proyecto, lo mismo que ha hecho Peña Nieto.
Sólo que no debe olvidar que, también en política, nunca segundas partes han sido buenas.
Por ahora es sólo un Peña Nieto patito…
Apuntes
Por cierto, el vocero de Moreno Valle, Sergio Ramírez Robles, aseguró que, el lunes 17, envió una carta a Proceso porque mi reportaje “está plagado de mentiras, las cuales desde esta mañana desmentimos, invitándote a presentar denuncia y pruebas”. La mentira es de él. Envió, sí, una carta ambigua que no desmiente nada, menos las evidencias del espionaje del gobierno que alcanza hasta la propia mujer del gobernador, Martha Erika Alonso, y que es investigado por la PGR… Desde Televisa y desde el gobierno de Felipe Calderón, súbdito de la televisora, se ha montado una campaña para que el senador Javier Corral sea destituido como representante de ese partido ante el IFE, sobre todo luego de la carta que encolerizó a los felipistas…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado
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