El último pleito en
materia de trabajo
Alejandro Gertz Manero
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=194305
El tema fundamental de la reforma laboral que presentó Calderón a última hora
es el de la rendición de cuentas y el rescate del botín de los líderes
sindicales explotadores, lo cual pudo haberse logrado en este sexenio si el gobierno,
que es el proveedor y recaudador de las cuotas en sus sindicatos, hubiera
controlado todo ese cochinero a través de normas existentes de carácter
hacendario, laboral y administrativo que permiten darle seguimiento y sanción,
en su caso, a la disposición de esos fondos de origen público, que van a dar al
SNTE, y a los sindicatos de la CFE, el IMSS, el ISSSTE y a otros más, que
fueron “intocables” en razón de su “gran ayuda” para ganar las elecciones en
favor del PAN, pero ahora que están cambiando de camiseta para irse con el PRI,
les llegó la hora de la venganza gubernamental, como ya les había ocurrido
durante esta administración a los sindicatos revoltosos y contestatarios de
izquierda, como el de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, que fue aniquilado
sin necesidad de reformas legales, en razón de sus apoyos a López Obrador, más
que por su mal servicio, su corrupción y soberbia que todos los usuarios
teníamos que sufrir a diario.
Esta parte de la reforma no prosperará en el Congreso, ya que agrede al nuevo
gobierno priísta que obtuvo buena parte de su éxito electoral a través del
SNTE, del sindicato de Pemex y de otras organizaciones obreras afines al PRI,
cuyos líderes no van a aceptar ser exhibidos en sus cuentas y recursos.
Dicha propuesta también pretende flexibilizar contrataciones y horarios para
así promover más fuentes de trabajo, lo cual aparentemente puede dar esos
resultados a corto plazo, pero a un enorme costo, ya que quebrantará la
estabilidad laboral, generando también erosión en los derechos, prestaciones y
antigüedad de los trabajadores, en razón de la precariedad de los contratos a
corto plazo o por hora, que debilitarán a toda la contratación laboral, como
consecuencia del desempleo intermitente que promoverán y de la constante subasta
salarial que habrán de provocar, convirtiendo esa política en una bomba de
tiempo de carácter social.
También se propone reformar los procesos laborales para acotar las
responsabilidades y los costos patronales en los juicios y huelgas, pero sin resolver
a fondo la corrupción y la manipulación en las fatídicas juntas de conciliación
y arbitraje.
El proyecto, asimismo, reglamenta el trabajo doméstico y minero, pero no toca
ni protege y ni siquiera menciona la existencia de más de 14 millones de trabajadores
y trabajadoras que laboran en la informalidad y en el ambulantaje, y que no
cuentan con ningún tipo de tutela laboral, así como tampoco reciben salarios
adecuados, ni tienen seguridad social, ni jubilación, ni horarios legales, y
resulta que para ese inmenso número de mexicanos y mexicanas explotados y
abandonados no hay proyecto alguno, lo cual es indignante e inaceptable.
Esta reforma tan cuestionada y obsoleta cuenta con muy pocas posibilidades de
éxito frente a la inmensa injusticia y el desempleo que prevalecen, ya que lo
que realmente se necesita es reconocer que el derecho a un trabajo justamente
remunerado y bien realizado, con responsabilidad y compromiso, es una verdadera
garantía constitucional y un derecho humano básico que debe ser protegido y
garantizado por el Estado mexicano en forma integral y sin excepción alguna,
para todos los trabajadores que desempeñen cabalmente sus tareas y
obligaciones, en un modelo jurídico que no enfrente a empleados y patrones,
pero que sí obligue a ambas partes ante un Estado rector, que les haga cumplir
con lo que a cada uno le corresponde, más allá del simple arbitrio en la
relación obrero-patronal, que sólo ha provocado corrupción y manipulación
política, creando también una nueva estructura de justicia laboral dentro del
Poder Judicial para acabar con las nefastas juntas de conciliación, agregándole
a este modelo un verdadero instituto nacional de seguridad social, ciudadano y
transparente, que garantice prestaciones, salud y jubilación plenas y universales,
para que no ocurra lo que pasó con el IMSS y con el ISSSTE, que ya fueron
robados y saqueados al borde de la quiebra.
Espero que después de que se aprueben parcialmente estos pobres “parches”
legislativos podamos entrar a una etapa más responsable y patriótica en materia
de legislación laboral.
Comentarios: editorial2003@terra.com.mx
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