Calderón no grita “¡Muera el mal gobierno!”
ConjeturasAlvaro Cepeda Neri
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No obstante que desde el Palacio Nacional, a través de bocinas se transmitió música escandalosa y ruidos para cubrir las exclamaciones de censura y mentadas a Calderón (a quien le falló su invitado Peña), fue imposible silenciar las protestas del pueblo que se reunió en la Plaza de la Constitución de la Capital del país a festejar los 202 años del Grito de Dolores, donde Miguel Hidalgo y Costilla y los revolucionarios de 1810, un 15 de septiembre convocaron a la naciente Nación para quitarse de encima al mal gobierno antidemocrático y antirrepublicano de los gachupines que impusieron un gobierno depredador durante tres siglos. Las frases con las que Hidalgo se dirigió a los campesinos y labriegos de entonces, fueron para anunciar el levantamiento popular contra la colonia española y deshacerse del apodo de la Nueva España.
Tras investigaciones de esas frases conmovedoras (consignadas en un texto de Fernando Serrano Migallón, titulado: El grito de la Independencia.- Miguel Ángel Porrúa) los testimonios nos informan que su contenido fueron cinco exclamaciones: “¡Mueran los gachupines/ Muera el mal gobierno/ Viva la Virgen de Guadalupe/ Viva la América libre/ Viva Fernando VII/ Muera el mal gobierno!”. Después, cuando se recordaba el 15 de septiembre, sobre todo a partir de Juárez a la fecha, los presidentes del montón que hemos padecido le agregaron frases para homenajear a otros héroes de la patria. Y quitaron la frase: “¡Muera el mal gobierno!”. Para entonces el Grito de 1810 era una ceremonia celebrada en todo el país.
El caso es que cuando menos desde Manuel Ávila Camacho hemos tenido pésimos gobiernos de todo nivel, a los cuales les entra como anillo al dedo la frase lapidaria de Hidalgo. Padecemos autoritarios, ladrones (que ahora le llaman corrupción) y quienes han abusado de los poderes Judicial, Legislativo y Ejecutivo. Nuestra democracia siempre ha estado acotada, saboteada. Y nuestra Constitución, con sus réplicas en los Estados, es más un triunfo de papel, que el imperio de la Ley para normar la conducta de los funcionarios que ni cuando son representantes, aún en elecciones fraudulentas, se someten a la ley.
Calderón encabezó el Grito en seis ocasiones. En ellas debió pronunciar la estrofa: “¡Muera el mal gobierno!”. Pero no lo hizo. Y es que los presidentes se van creyendo que más o menos cumplieron con sus obligaciones de gobernar en beneficio del pueblo. Calderón ya es peor que Fox y éste fue un desastre. Sumió a los mexicanos en la barbarie de una guerra para acabar con las delincuencias, especialmente, del narcotráfico, que sólo ha arrojado terror y más de 100 mil homicidios. Y todos los días aparecen cadáveres, víctimas de los sicarios o de enfrentamientos con soldados y marinos, donde éstos y la policía del nefasto Genaro García Luna (el favorito de Calderón), también matan por matar y Calderón los llama “daños colaterales”. Tenemos un malísimo gobierno antidemocrático y antirrepublicano. Y más que nunca el grito de Hidalgo se hace necesario con urgencia: “¡Muera el mal gobierno!” panista-calderonista.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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