Las sólidas bases de
“Calderolandia”
Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=193237
Según la senadora panista Gabriela Cuevas, los doce años del PAN en Los Pinos
dejan “sólidas bases” para garantizar beneficios a los mexicanos. Como dice el
dicho popular, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, como les ocurre a
los miembros del rancio conservadurismo. La realidad indica todo lo contrario:
el país está al borde del caos apocalíptico, no sólo por la “guerra” de Felipe
Calderón, sino por la incapacidad de la clase política neoliberal para encarar
los problemas nacionales con sentido social y visión progresista.
Después de tres décadas de destrucción del país por parte del grupo en el
poder, independientemente de su color partidista, las “sólidas bases”
existentes se parecen a la Ciudad de México después del macro terremoto de
1985. Esto no lo pueden apreciar quienes viven muy apartados de “la prole”,
disfrutando de privilegios inimaginables para el grueso de la población. Mucho
menos cuando disponen de metodologías para disfrazar la realidad a su antojo,
con el fin primordial de acallar su mala conciencia.
Según los secretarios de Hacienda y de Economía, José Antonio Meade y Bruno
Ferrari, México goza de finanzas sólidas y de crecimiento estable, por lo que
dejará buenas cuentas a Enrique Peña Nieto. Ya veremos qué opina el gabinete
económico del gobierno entrante, aunque se puede adelantar que no podrá estar
de acuerdo, pues de estarlo se estaría echando la soga al cuello. La verdad es
que la visión de los funcionarios calderonistas es producto de su desprecio por
la gente.
Su jefe los malacostumbró, con su megalomanía ilimitada, y no tienen empacho en
afirmar que hicieron un trabajo al borde de la genialidad, sin parangón no sólo
con los gobiernos anteriores en toda la historia del país, sino a nivel
mundial. De tal modo que “se sentaron las bases para que el país avance con
paso firme hacia un futuro mejor”. Cuando en realidad lo que se logró durante
este desastroso sexenio fue aumentar los niveles de pobreza como en ninguna
otra nación del subcontinente.
Tan dramática realidad podría ser un acicate para llevar a cabo una excelente
labor gubernativa. Sin embargo, no podremos esperar que tal cosa suceda porque
quien relevará a Calderón en Los Pinos, es nada menos que un personaje frívolo
que no sabría aprovechar con fines propositivos una situación que merece
replantearse desde sus raíces. Mucho menos les interesa a sus jefes, quienes
esperan del priísta mejores resultados, toda vez que el panista los decepcionó
con su incapacidad política, su terquedad en meter al país en una vorágine de
violencia sin sentido.
Al comparecer ante el Senado, los secretarios mencionados demostraron su
ceguera ante los grandes problemas nacionales, pues todo lo ven de acuerdo con
su perspectiva engañosa. Lo mismo hicieron los titulares de Comunicaciones y
Transportes, de Energía y de Agricultura, Dionisio Pérez Jácome, Jordy Herrera
y Francisco Mayorga, respectivamente. Para ellos, México es otro muy distinto
del que fue hace una década. Según ellos, ahora el país cuenta con una
infraestructura sin par en el mundo, con avances significativos en la
modernización de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad, y con un campo
con amplias posibilidades productivas.
Cuando pensábamos que no podía haber otra “Foxilandia”, un “paraíso terrenal”
como el que gustaba presumir a Vicente Fox, nos damos cuenta que vivimos en una
“Calderolandia” aún más extraordinaria, con “sólidas bases” para elevarnos a
alturas insospechadas y colocarnos al nivel de las súper potencias. Lástima que
todo ello no se vea en la realidad, no lo disfrute la inmensa mayoría de
mexicanos. Cabe preguntar: ¿No fue en este sexenio cuando murieron absurdamente
más de cien mil ciudadanos, a quienes además se les denigró con la acusación de
ser participantes de la delincuencia organizada? Los hechos han demostrado que
la mayoría fueron víctimas civiles de la infausta “guerra” de Calderón.
Los ataques contra los pobres (la prole) en este sexenio que está por concluir,
demostraron la falta de sentido humano de una elite que dice tener valores y
afirma defenderlos éticamente. Los hechos han demostrado que el salario se
mantuvo a la baja estos años, tanto que ahora ni laborando tres turnos se
podría ganar lo que se devengaba hace tres décadas. Pero desgraciadamente esto
no es suficiente para quienes verdaderamente mandan en Los Pinos, y quieren
despojar todavía más a los trabajadores de su raquítico salario, como así
habría de suceder de aprobarse la reforma laboral.
¿Sólidas bases para garantizar beneficios a los mexicanos, como asegura la
rutilante senadora? Que se lo pregunten a los millones de campesinos despojados
de su forma de vida, a los trabajadores del Sindicato Mexicano de
Electricistas, a los de la compañía Mexicana de Aviación, a tantos miles de
familias de clases medias que cada día ven cómo sus posibilidades de bienestar
se reducen dramáticamente.
(guillermo.favela@hotmail.com)
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