Casa de citas
Por: Redacción de:
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79 Los resultados de las elecciones de ayer son contundentes, al menos para el Partido Acción Nacional. Muestran que, finalmente, los ciudadanos decidieron castigar en las urnas al gobierno y al PAN de Felipe Calderón Hinojosa. Tan fuerte fue el hartazgo por una administración que hizo de lado a la ciudadanía, y a un partido que privilegió los intereses de un reducido grupo, que Acción Nacional amaneció este 2 de julio como la tercera fuerza política y desde ahí, a partir del 1 de diciembre próximo, tendrá que remar contra corriente. Acción Nacional perdió la Presidencia de la República; perdió el gobierno de Jalisco, que dominó durante 18 años; perdió el gobierno de Morelos; perdió las tres demarcaciones que gobernaba en el DF, incluso su enclave histórico: la Delegación Benito Juárez; perdió en Yucatán, en Tabasco y prácticamente desapareció como fuerza política en Chiapas. Si acaso, de confirmarse oficialmente la tendencia, seguirá siendo gobierno en Guanajuato. Una debacle que, más allá de los errores que reportó casi cada semana la campaña de Josefina Vázquez Mota, son atribuibles al gobierno del Presidente y también al equipo de los amigos cercanos de la familia presidencia quienes, al final, fueron asignados para operar la estrategia de la candidata. Otro “logro” del actual gobierno y de la soberbia panista es haber lanzado a millones de votantes a los brazos del Partido Revolucionario Institucional que, a 12 años de haber perdido la Presidencia de la República, podría regresar a ella. Sin embargo, las condiciones en las que el PRI retomaría el gobierno federal han cambiado totalmente, aunque aún no esté dicha la última palabra.
La presencia de movimientos civiles inéditos en México –es el caso de Morena, una organización de la izquierda que se constituyó como la mayor red ciudadana generada en los últimos años en México, así como del movimiento estudiantil #YoSoy132 en toda la República y organismos civiles, activistas y defensores de derechos humanos–, estarán pendientes de que, en caso de confirmarse el triunfo de Peña Nieto, este cumpla con los compromisos ofrecidos e incluso vaya más allá de las promesas. También serán fundamentales, como ya lo han sido en este proceso electoral, las redes sociales [Twitter, Facebook, Youtube] como herramientas tecnológicas que han servido a los usuarios –más allá de la manipulación de los bots usados para promover a los candidatos y fáciles de identificar– como medios de comunicación críticos y que con toda libertad permiten comunicar mensajes y organizar protestas. Por su parte, la izquierda logró excelentes números en la elección: retuvo el gobierno de la Ciudad de México, la más grande del país, con una votación histórica para Miguel Ángel Mancera Espinosa, mientras que el candidato a la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador, remontó desde un lejano tercer lugar en las preferencias electorales y aún está en la pelea por la Presidencia, de acuerdo con las cifras del PREP y el escrutinio legal del proceso. El efecto de la campaña de AMLO ayudó también para que la coalición PRD-PT-MC ganará la gubernatura en Morelos y, hasta la madrugada de este lunes, punteaba la votación en Tabasco. La decisión de quien será el próximo Presidente de México está todavía en el aire. Pero la radiografía, que sí es muy clara, muestra a un PAN enfermo y que necesitará varios años de trabajo y cohesión interna para recuperar la salud.
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