viernes, julio 27, 2012

En el país de lo imposible los corruptos denuncian “la corrupción”

Ricardo Andrade Jardí
En el país de lo imposible los corruptos denuncian “la corrupción” 

“En mi país los corruptos denuncian a los corruptos y está bien porque ellos sí saben de qué hablan”.
Nuestra Señora de las Nubes de Arístides Vargas


Los nuevos ataques del diazordacista dirigente del corrupto PRI anuncian las nuevas aunque en realidad muy viejas formas del imaginario autoritario del PRI, que con cortinas de humo y asumiendo que todos los mexicanos son como ellos igualmente corruptos, acusan a sus denunciantes de ser igual de corruptos que ellos.
La imposición del candidato ignorante de Televisa sigue su curso y prueba de ellos es, según informa el mismo PRI, la felicitación de Hillary Clinton al virtual ganador de la elección presidencial del 1 de julio en México. Lo que en el fondo significa que la Clinton está avalando el narcoestado que se nos impondrá a los mexicanos una vez que nuestros deshonrosos jueces califiquen de válida —como harán, pues para eso se les paga mejor que a ningún funcionario del mundo— una elección comprada por una cadena de televisión y por el dinero, presumiblemente lavado, del narcotráfico, con el que se operó la millonaria compra de votos por parte del siempre corrupto e institucionalizado PRI.

El reconocimiento de la Clinton y del gobierno de los Estados Unidos es completamente lógico, su espíritu intervencionista los obliga a marcar sus preferencias y más aún cuando esa nación, con vocación imperial, es sin duda uno de los principales países promotores del excelente negocio neoliberal que significa el narcotráfico. Ellos imponen la política prohibicionista que les da la posibilidad de ofrecer las balas, con las que mexicanos o colombianos terminemos exterminados mientras distribuyen la enajenante droga, que campesinos latinoamericanos esclavizados cultivan, entre sus ciudadanos para mantenerlos cegados y sometidos al tan promovido y falso estilo de vida americano.
Y por otro lado, no menos relevante, buscan garantizar que el próximo presidente de México remate de una buena vez los recursos naturales, particularmente el petróleo. Y es el PRI, ya sin identidad y menos aún sin voluntad de defender la soberanía y con un candidato de telenovela, quien les garantiza, como nunca antes y como ningún otro, que el petróleo mexicano sea pronto de ellos.
Así pues, en el país de lo imposible convertido en posible, los corruptos que no pueden esconder sus fechorías, acusan a otros de ser el espejo de su propia herencia.
Es evidente que si hay dinero “chueco” en la campaña de AMLO debe ser investigado. Pero eso no exenta de los presuntos actos de corrupción con los que el nuevo PRIAN (aquí van juntos PRI, PAN y los perros chuchos del PRD) pretenden hacer parecer que sus atrocidades son menos graves.
En una democracia bastaría con lo que ya se sabe del caso MONEX y de SORIANA (que el PRI negó en un principio) para que ese partido perdiera el registro.
En un Estado de Derecho los operadores de la campaña presidencial del PRI y su candidato estarían ya sometidos a juicio penal y no a la espera de la calificación con la que los magistrados electorales pretenden hacer legal la injusticia.
Pero México... El agraviado México ni es una democracia real ni mucho menos un Estado de Derecho y los ejemplos sobran y no alcanzaría este espacio para enumerarlos. Lo que por otro lado ya se ha dicho de mil formas. Baste el vergonzoso asunto de la Guardería ABC de Sonora y la impunidad otorgada a los asesinos de los 49 niños calcinados en 2005 en esa guardería para saber cuál es el nivel de la injusticia que imparten los magistrados “impartidores de justicia”.
No son una excepción, pues, los jueces electorales. Todo lo contrario. Por no hablar ya del IFE y la FEPADE, que no sólo no hicieron nada contra el dinero, al parecer ilícito, con el que el PRI compró una elección que no pudo ganar legalmente, como siempre ha hecho, sino que incluso han ido avalando como buena una elección comprada por el dinero ensangrentado del narcotráfico y el dinero de los millonarios privilegios que PAN y PRI le han otorgado a la telebasura en los últimos 30 años.
Pero el PRI: es eso. Lo ha sido desde hace mucho, desde que institucionalizaron y se apropiaron de una revolución social para convertirla en una nueva dictadura que cambiaba de rostro cada seis años y ahora el rostro en turno será fabricado por los verdaderos dueños del poder: por el Gran Hermano, mientras una oligarquía añeja sigue explotando a un pueblo extraordinariamente trabajador que por extrañas razones no deja de producir la riqueza que una minoría les roba desde hace décadas, sin instrumentar hasta ahora una resistencia que de una buena vez cambie las relaciones sociales que lo mantiene sistemáticamente explotado.

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