Julio Hernández López
Astillero
132, en la mira
Dique a la imposición
León y Oaxaca: provocar
Ruta electoral minada
Una primera lectura lleva a considerar que la
sostenida excitación social contra los resultados presidenciales (tres semanas
después de que fueron oficialmente anunciados como pieza electoral maestra e
impecable) proviene esencialmente de la provocadora contradicción que un buen
número de ciudadanos advierte entre sus propias experiencias y percepciones de
ese proceso y lo que oficialmente ha sido consignado y sostenido por el aparato
organizador de los comicios, el IFE, y lo que de manera fundada puede esperarse
de la instancia revisora, la del tribunal electoral federal. Dicho de manera
directa: entre la convicción social del fraude y las sentencias institucionales
de limpidez.
Los mexicanos que están férreamente
convencidos de ese fraude, y que sustentan su comportamiento cívico disidente
en hechos como Soriana, Monex y las constantes evidencias de compra de votos,
no tienen canales eficaces para desahogar sus convicciones y convertirlas en
aceptable acción depuradora. Se topan un día y otro con el enorme muro
construido a partir del silencio de los medios de comunicación y su
complemento, la distorsión a través de comentaristas y opinantes alineados con
la versión oficial del peñanietismo y el calderonismo. Y saben que el instituto
y el tribunal electorales están formados a partir de cuotas partidistas e
intereses grupales, sin compromiso con la justicia ni posibilidad estructural
de contravenir una imposición en curso.
Frente a ello, muchos jóvenes (es decir, la
conciencia activa de la nación, la base de una eventual reconstrucción ética y
cívica de este devastado país) encuentran como único camino a recorrer el de
las marchas y las protestas públicas. Así han construido una fuerte oposición
al golpe multifactorial dado a conocer la noche del 1º del presente mes y han
dado cuerpo a una resistencia imaginativa, alegre e históricamente diferente,
que ha retardado, y podría acabar modificando, el esquema impositivo que sin
ellos hoy ya estaría consolidado.
Un movimiento de esas dimensiones y alcances
ha estado desde un principio, como es natural, en la mira del bipartidismo
restituido. No sólo insertando personal que informe, divida y provoque (suele
suceder que los más acelerados, los más implacables, los del incendiario
discurso panfletario, hacen el juego, por desubicación o por consigna, a ese
mismo sistema demonizado), sino también, abiertamente, para preparar y ensayar
las perversas líneas de la represión.
Este domingo se vivieron hechos que hacen
pensar que se ha iniciado la fase de la provocación para reprimir. No es que
antes se hubiese vivido una planicie pacífica. Basta recordar que el primer
lunes poselectoral hubo marinos que encañonaron con metralleta de combate a
jóvenes y ciudadanos que comenzaban a protestar en Cancún, como en http://bit.ly/MGUEoH puede verse. O
desempolvar los actos de parapriísmo en Córdoba, Saltillo y otras ciudades
controladas por gobiernos de tres colores.
El más evidente de esos actos de provocación
para reprimir se dio en León, Guanajuato, donde convergen densos intereses: la
ultraderecha yunquista que aun con sus divisiones internas colocó al ex
gobernador Juan Manuel Oliva en la coordinación electoral panista a escala
nacional y que ahora es otro de los voceros del comité presidido por Gustavo
Madero. Y el ejercicio marcadamente clasista y represor del presidente
municipal de León, Ricardo Sheffield Padilla, un panista que decidió impedir
que la marcha dominical del 132 transitara por determinada vialidad (aunque
otras manifestaciones similares han hecho tal recorrido sin problemas, o aun
cuando se han producido desbordamientos masivos sonoros y obstructores en casos
como la celebración reciente por un ascenso futbolero o una visita papal).
El mencionado Sheffield, contra la letra
constitucional, ordenó un operativo para detener con violencia y
llevar a la cárcel a seis jóvenes bajo la acusación de pronunciar palabras
soeces y obstruir el tráfico citadino. En http://bit.ly/M5q3SX puede
verse con claridad, sobre todo a partir de los 40 segundos, el montaje de la
provocación para detener con violencia a manifestantes por no caminar por la
ruta que los policías ordenaban. No hubo una chispa que llevara a peores
consecuencias y los detenidos fueron liberados al otro día, sin pagar la multa
impuesta, que acabó cubriendo la misma autoridad municipal.
En Oaxaca, donde Gabino Cué naufraga, incapaz
de controlar las pugnas internas de su presunto equipo, dedicado a la pose y el
disfrute, hubo disparos de bala, gases lacrimógenos y detenciones parecidas a
lo que sucedía por rutina con Ulises Ruiz. La detención de un polémico
personaje (a quien sus críticos aplican dosis de suspicacia), presuntamente por
haber tomado carritos de una sucursal de Soriana, generó que decenas de jóvenes
llegaran en protesta hasta el lugar donde había sido recluido, lo que provocó
los mencionados disparos y más detenciones. Como si el ulisismo siguiese
vigente, algunos de los detenidos aseguraron que recibieron toques eléctricos
y, en el caso de las mujeres, amenazas de agresión sexual, según enhttp://bit.ly/NQsN1S puede leerse.
En Jalapa, a pesar de que el 132 decidió no
acudir en marcha adonde estaba reunida la estructura priísta con Pedro Joaquín
Coldwell como mensajero de una felicitación de Peña Nieto al gobernador Javier
Duarte por el papel electoral desempeñado, elementos de la Marina
intervinieron para evitar que el orden se perdiera, recomendando a los
manifestantes que abandonaran el estrado de un acto cultural organizado
por el municipio de la capital, adonde habían llegado unas 500 personas que
tomaron los micrófonos del lugar para explicar las razones de su protesta
electoral (http://bit.ly/Oowx9E último
párrafo).
La agenda política y social de protesta,
rumbo a la imposición electoral, está cargada de riesgos naturales y sembrados,
en un curso delicado frente al cual todos los actores involucrados deberían
hacer un gran esfuerzo de prudencia y contención. ¡Hasta mañana, con el PRI
revirando contra Honestidad Valiente!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio
Astillero
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