El periódico El País se alinea con el golpismo
electorero
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
El diario español El País lleva tiempo con sus ediciones en Latinoamérica y
para el lector hispanohablante de Estados Unidos de América, matando “dos
pájaros de un tiro”. Obtiene publicidad y pocos compradores, pero busca
participar en el juego político, económico y cultural de nuestros países,
llevando y trayendo información, críticas… y, como es el caso, alineándose con
los intereses peñistas porque ya le llegaron al precio; y en lugar de
ensimismarse en la explosiva crisis española (donde el Calderón-Peña de allá:
el tal Rajoy puso a parir a los españoles con su política económica y social
depredadora), exige a López Obrador que se rinda ante la corrupción (que los
peninsulares trajeron y que con “pelos y señales” nos cuenta el historiador C.
H. Haring: El imperio español en América; Alianza editorial mexicana y
editorial Patria.-1990).
Le dicen al tabasqueño que está empeñado en anular la elección por sus excesos
de compra de votos: los supermercados Soriana, Monex con sus monederos y otras
trampas, que el IFE pasó por alto, la PGR nada hace a través de su fiscalía
para delitos electorales, y todo hace suponer que el Tribunal Federal Electoral
va por ese camino de complicidades, para validar el cuestionado “triunfo” de
Peña. Ya en España plantean la renuncia de Rajoy por sus abusos autoritarios,
al sacrificar al pueblo a los intereses de la Hitler alemana, la señora Merkel.
Pero El País sostiene que el candidato perredista debe cesar su lucha por la
legalidad del proceso y dejar que el priísmo (que es igual al Partido Popular
de Rajoy, con quien El País ya se alineó abandonando sus nexos con el PSOE), se
apodere del cargo presidencial que lleva visos de un golpismo electorero.
La libertad de prensa fundamenta la crítica y sugerencia de El País (que
defiende la Cumbre Iberoamericana donde su rey, matón de elefantes, viene cada
año para alentar la colonización encubierta con refrescar lazos con la “madre
patria” y los países que fueron su colonia), para que la oposición electoral se
cruce de brazos y acepte servilmente una derrota impuesta con fraudes, abusos y
complicidades de la élite mexicana que, antes apoyó a Calderón (quien piensa
refugiarse allá, pues no le gustaría ser huésped estadounidense) y ahora a Peña
que continuará la política conservadora que tanto fascina a El País.
Así, apoya la consolidación del golpismo electorero en marcha. Pero millones de
mexicanos, con López Obrador, quieren una revisión del proceso que Peña,
descaradamente, inició hace cinco años y con ello cometiendo graves delitos que
ha culminado con la compra y manipulación de votos. El País tiene apuro de que
esto se pase por alto (su asesor ha de ser Antonio Solá, el propagandista
neonazifascista), y exigen que AMLO, el PRD, PT y Movimiento Ciudadano acepten
la inaceptable victoria de Peña, que está sobre un cochinero de maniobras
chapuceras. Puede El País seguir con sus embestidas, pero la lucha por la
legalidad y legitimidad del proceso debe llegar hasta sus últimas
consecuencias.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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