La suspensión de lo imposible

La suspensión de lo imposible
Ricardo Andrade Jardí 

En el país donde todo, pero todo, puede suceder, nos vamos enterando de que la estructura financiera con la que Televisa y el Nuevo PRI, tan, pero tan, igual al viejo PRI, intentaron comprar la elección presidencial, para lograr imponernos como presidente al niño idiota de la narcoteletiranía, se financió gracias a un muerto y a un obrero que triangularon dinero de muy dudosa legalidad a través de las tarjetas MONEX y vaya uno a saber si ese obrero y ese muerto no financiaron también las tarjetas prepagadas con las que el PRI compró la ignorancia del hambre y SORIANA la impunidad para seguir haciendo negocios chuecos al amparo del poder. 
Así las cosas en el país donde la ficción, es decir, la suspensión de lo imposible, se vuelve la realidad concreta.
Y mientras los muertos y la “poderosa masa obrera” financian el fraude electoral, los magistrados electorales se alistan a “calificar” muy probablemente como valida, no somos ingenuos y sabemos que donde manda Capitán no gobierna marinero y los jueces del TRIFE en esta situación son los marineros de la historia, es decir, los empleados del suprapoder de facto, que es hoy la telecracia, que apuntala todas sus baterías bélicas para dejar de ser un poder de facto y convertirse en la cabeza ejecutiva del gobierno de imposición para el que han trabajado intensamente desde hace tiempo administrando la desinformación y generando niveles bananeros de ignorancia entre una enajenada ciudadanía que se ignora a sí misma y que no atina a saberse ni en sí ni para sí. 

Pero que, por otro lado, como pocas veces en nuestra moderna historia, ha iniciado un Despertar Ciudadano, que anuncia, ojaló y no nos equivoquemos, los primeros pasos a nuevas formas de organización social que terminarán, tarde que temprano, cambiando nuestra siniestra realidad y el porvenir que los oscuros conservadurismos pretenden prolongar en un país que no debería resistir más agravios. 
La lucha de la resistencia civil pacifica contra la imposición de la dictadura telepriista, no será nada fácil, ellos, los que controlan el poder político y las finanzas del país, no quieren perder sus inmorales privilegios, más aún, su vanidad sin fondo pretende hacer negocios a las espaldas del pueblo de México, arrebatándonos las ganancias de los ricos recursos naturales, que serán ofertados para que la rapiña global desangre naturaleza y vida humana hasta que el país no sea más que un pedazo de tierra de masas humanas empobrecidas y embrutecidas, dependientes de los designios de instituciones financieras mundiales y empresas transnacionales. 
Ellos, los oligarcas, tienen todo que perder si no logran imponernos al analfabeta funcional que la telecracia ha creado. 
Y en cambio la lucha contra la imposición puede ofrecer un mundo nuevo, un México posible, donde quepan muchos mundos y donde la base de su vida social se rija por el absoluto respeto a la dignidad y la justicia. el absoluto respeto a los derechos humanos bajo un marco de responsabilidad ambiental que no permita seguir degradando naturaleza en nombre de una modernidad que todo lo corrompe y terminará por destruirlo todo. 
Pero es importante que quienes hoy se entusiasman en la lucha pacifica contra la imposición telecrática, se hagan responsables de la labor histórica a la que se están sumando y se dispongan en las próximas semanas, meses y tal vez años, a no dar un paso atrás, a seguir la resistencia y la desobediencia civil pacifica, frente a un enemigo que defiende intereses económicos dispuesto a cualquier barbaridad antes que renunciar a la impunidad y los privilegios que protege. 
Es vital que nadie se rinda, pues los próximos meses serán decisivos para definir el México que el porvenir nos depara, el de la noche sin fin o el despertar a una nueva era de construcción solidaria hacia una nación libre, soberana, incluyente, justa y democrática. Son dos proyectos de país: el de la suspensión de lo imposible, el de la mentira eterna y el del melodrama sistematizado encabezado por el conservadurismo fascista de Televisa-PRIAN o el que los mexicanos decidamos pero donde nadie ni la narcoteletiranía pueda comprar el destino de una nación.