En un balance sobre los comicios, el partido
reconoce la exitosa estrategia del tabasqueño
López Obrador, locomotora de la izquierda, no
lastre: PRD
Los métodos para escoger candidatos nos
mantuvieron a salvo de conflictos internos mayores
Critican la aplicación interna de criterios
burocráticos o erróneos en la asignación de recursos
Arturo Cano y Alma E. Muñoz
Periódico La Jornada
Más que un lastre, Andrés Manuel López
Obrador resultó la locomotora que lleva a las izquierdas a los patios del
parlamento.
Así se reconoce por el Partido de la
Revolución Democrática (PRD) en su balance de los comicios del primero de
julio, en el cual hace un reconocimiento expreso a laexitosa estrategia de
campaña del tabasqueño, que se manifestó en una diferencia significativa entre
los sufragios obtenidos por la Presidencia y los conseguidos por los candidatos
a diputados y senadores.
La votación para diputados de representación
proporcional obtenida por el sol azteca (es decir, sin contar a sus aliados)
fue de unos 9 millones 200 mil votos, frente a los 15 millones 800 mil del
aspirante presidencial.
Para los perredistas, los votos obtenidos por
su candidato a Los Pinos son evidencia de la existencia de un electorado que
rechaza los gobiernos de corte neoliberal con su cauda de injusticias,
dolor y muertes.
Entre esos votantes, el PRD incluye a quienes
rechazan la corrupción, laineficiencia y las mentiras lo
mismo del PRI que del PAN, y a quienes contaron con herramientas para sustraerse
al influjo perversamente manipulador de las cadenas de televisión.
Un airecillo de autocrítica aparece cuando el
balance perredista admite que hay ciudadanos que votaron por sus candidatos bajo
reserva, pese a que identifican los problemas y vicios que históricamente
cargan a cuestas los partidos políticos de la izquierda mexicana. El sol azteca
reconoce y promete: con todos ellos adquirimos un compromiso y una deuda
social que no podemos dejar de cumplir.
Los errores
El documento fue redactado por cuatro
dirigentes partidistas, cada uno miembro de una corriente: Carlos Sotelo,
Rafael Hernández Estrada, Margarita Guillaumín y René Bejarano.
De sus 16 páginas, poco más de una se dedica
a los errores cometidos en el proceso comicial.
El primero es la ausencia de una
estrategia conjunta de toda la coalición en las campañas de los candidatos
a legisladores.
Señalan la falta de unidad en torno al
objetivo común de ganar las elecciones, no sólo la presidencial. En el reparto
de culpas, en este punto incluyen no sólo a los partidos coligados, sino
también al Movimiento Regeneración Nacional.
Sin poner nombres o cifras, el recuento sigue
con el desigual desempeño o latotal ausencia de actividad
proselitista por parte de algunos aspirantes, y con laaplicación de criterios
burocráticos, erróneos u equívocos en la asignación de recursos.
A la deficiente unidad interna y la
precaria cuando no ausente organicidad e institucionalidad partidaria se
atribuyen las fallas en el necesario seguimiento y acumulación de
evidencias y pruebas acerca de los ilícitos cometidos por los candidatos del
PRI y el PVEM, así como en la creación y el registro de la estructura
electoral.
A pesar de que una y otra vez cantaron una
cobertura total, los perredistas atribuyen ahora a todos los partidos dificultades para
tener representantes en la totalidad de las casillas. Mal de muchos en las
cifras: el PRI cubrió 92 por ciento, el PAN 70 y nosotros 85 por
ciento.
El avance y los aciertos
Con una redacción descuidada, el documento
también analiza el desempeño electoral del PRD con y sin alianzas desde 1991. A
partir de los cómputos de la elección de diputados de representación
proporcional, concluye que la participación conjuntafavorece a los
partidos de izquierda:
Los votos por Andrés Manuel López Obrador son
una muestra del rechazo a los gobiernos neoliberales, afirman perredistasFoto
José Carlo González
En términos porcentuales, la votación de los
tres partidos llegó a 16 puntos en 2000, mientras en 2006 y 2012 alcanzó
29 y 27 puntos, respectivamente.
En el documento también se dedica un espacio
a los aciertos durante la contienda electoral. Primero, el consabido
procedimiento para definir la candidatura presidencial. Luego, la coalición
total con el Partido del Trabajo y el Movimiento Ciudadano.
Aunque consumieron meses y casi todas las
energías de los dirigentes, los perredistas ensalzan los métodos
utilizados por la Comisión Política Nacional (CPN) en el PRD, y por
la coalición en su conjunto, en la definición de las candidaturas, mismas que,
independientemente de su resultado concreto, lo cierto es que nos alejaron y
mantuvieron a salvo de conflictos internos mayores.
En rigor, sin embargo, la CPN dejó de
reunirse al menos desde principios de abril, porque Jesús Zambrano no la
convocó, según la queja reiterada de líderes de otras corrientes.
En ese periodo, y hasta el cierre de los
plazos legales, la cúpula de Nueva Izquierda hizo cambios en las listas de
candidatos que no fueron consultados con la dirección nacional –la única
facultada para efectuarlos– en su conjunto. A mitad del río hubo cambios para imponer a
los favoritos de los chuchos en entidades como Guerrero, Guanajuato,
Guerrero, Sonora y Yucatán.
Sin entrar a detalle de los procesos
estatales y distritales, el texto sugiere una nueva categoría para denominar al
enemigo en materia de votaciones: ya no comicios de Estado, sino elecciones
sistémicas, porque enfrentamos a poderes fácticos y formales que
concurrieron en un mismo objetivo, cerrar el paso de las izquierdas a la
Presidencia e impedirles conquistar mayores espacios en el Congreso.
Para el PRD, los comicios recientes se
caracterizaron por la existencia de una desigualdad majadera y absoluta.
En este punto, se hace una enumeración de irregularidades que el sol azteca y
el Movimiento Progresista han denunciado día tras día desde el primero de
julio.
El fraude y el crecimiento
A pesar del fraude generalizado, que el
balance considera un hecho comprobable e histórico, también ocurrió otro
hecho no menos comprobable y real: el crecimiento electoral de las
izquierdas, que les permitirá incidir en la toma de importantes decisiones
en y desde las cámaras de Diputados y Senadores.
Para cerrar su balance, el PRD reitera su
apoyo a la demanda de invalidación de la elección y se propone ser parte activa
de la lucha contra la imposición fraudulenta de un presidente. Aclara
que lo hará desde nuestros propios espacios y con nuestros propios
recursos.
En paralelo, y sin esperar la resolución del
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), el sol azteca
ofrece poner a consideración de otros actores políticos y sociales la
agenda que defenderán sus legisladores, a la vez que promete mantener una
férrea oposición a las mal llamadas reformas estructurales.
A pesar de que el documento se refiere al
periodo que vence el 6 de septiembre para que califique la elección el TEPJF,
el PRD no establece esa fecha como plazo fatal para terminar una lucha a la que
dice sumarse, en contra de la imposición de Enrique Peña Nieto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario