Gustavo Gordillo
Las diversas impugnaciones que se han hecho desde el PRD
y el PAN deben ser plenamente desahogadas con rigor jurídico y sensibilidad
política. Para sectores de la sociedad existe el convencimiento de que las
elecciones presidenciales no fueron equitativas por el uso de prácticas
ilegales en el manejo de recursos públicos, en el uso mediático y en el manejo
clientelar de la pobreza.
El hecho es que aún asumiendo los resultados electorales
oficiales hasta el día de hoy, el PRI habría ganado con poco más de un tercio
del total de votos emitidos y menos de un cuarto del total de los ciudadanos
inscritos en el padrón. Este es un país de tres tercios en elecciones
nacionales, lo cual genera cuatro dilemas.
Primer dilema: el presunto ganador. Un sector del PRI
trató de conseguir mayorías artificiales a través de reformas legislativas. Ese
camino se probó imposible. Por tanto, organizó su campaña a través del manejo
de expectativas para establecer en el ánimo de los ciudadanos la idea de un
triunfo anticipado. Esta estrategia hizo agua con el surgimiento del movimiento
#YoSoy132, que rompió la percepción del triunfo inevitable del PRI. Su dilema
es si mantiene el propósito de un gobierno de carro completo o comienza a
ajustar su estrategia bajo el principio más realista de gobernar en la
pluralidad.
Segundo dilema: las izquierdas partidistas. La unidad de
los dos aspirantes a la candidatura presidencial de las izquierdas rompió una
lógica suicida que hubiera llevado a su derrota. La buena campaña de AMLO
redujo drásticamente los negativos que cargaba producto de campañas sucias y
errores cometidos en 2006. Pero su candidatura se volvió competitiva gracias a
la emergencia del movimiento #YoSoy132. Hoy siendo la segunda fuerza electoral
y parlamentaria las izquierdas partidistas se enfrentan a un dilema: o partido
parlamentario de oposición o movimiento de insurgencia cívica. Ambas opciones
han cohabitado en el pasado con enormes costos y expresan sensibilidades que ya
no coexisten orgánicamente.
Tercer dilema: el movimiento #YoSoy132. El #YoSoy132
enfrenta un doble dilema. Por una parte cómo garantizar la unidad de la
movilización que supone que universidades privadas y públicas del DF y del
resto del país avancen de manera conjunta, hacia formas más transparentes de
representación política y estudiantil. Es decir, como transitar de la
movilización a la organización. Íntimamente ligado a lo anterior, cómo
consensar ese tránsito, estableciendo formas de deliberación política que
garanticen participación de las bases sociales y consolidación de una
dirigencia colectiva. La clave está en la autonomía del movimiento frente al
gobierno, los partidos y otras organizaciones sociales. No es autarquía, sino
autonomía porque garantiza agrupar lo diverso desde la autogestión local. El
otro camino que han seguido muchas movilizaciones termina en la dinámica de
acumulación de agravios reales y dolorosos, pero que expresada por minorías
intensas, gana en rigidez discursiva lo que pierde en convocatoria.
Los poderes facticos también tienen un dilema. Pueden
seguir por el camino de acumular prebendas y recursos confiando que la
fragmentación social, el control represivo y la manipulación mediática eviten
movilizaciones sociales que los pongan en riesgo, o rectifican hacia la
reducción de privilegios y moderación de la opulencia.
Bien resueltos estos dilemas se pueden encauzar hacia la
prefiguración de un gran compromiso histórico entre todas las fuerzas
relevantes del país.
Se trata de confiar no en los buenos instintos de los
actores sino en una mezcla de iniciativas ciudadanas, responsabilidades políticas
y sentido de preservación de las elites. Para ello se necesita, como lo dijera
Regis Debray hablando de las movilizaciones de 2011: fervor poético,
intransigencia moral y moderación política.
Las rebanadas del pastel
Serenidad y paciencia, que la cosa es calmada. Ya lo
anunció el preclaro consejero presidente Leolerdo Valdés Zurita: la denuncia
por presunto lavado de dinero en la campaña de Enrique Peña Nieto sigue
abierta, pero los resultados de la investigación se conocerán hasta enero de
2013. Y lo mejor es que para él, lejos de ser una tomadura de pelo para la
ciudadanía, aquella es inequívoca señal de avance, pues el plazo original
para resolver esta situación vencía hasta junio del próximo año.
Maravilloso: una vez más está en juego la credibilidad de las instituciones y
el de por sí precario equilibrio nacional, y la burocrática maquinaria del
aparato electoral no sólo exhibe su pachorra, sino que la reivindica. Así, resolverá –si
en realidad lo hace– este espinoso asunto una vez que Los Pinos ya esté ocupado
por un nuevo inquilino (marca fábrica de los sueños), y a ver quién lo saca de
allí… Y con la misma rapidez y contundencia, la Secretaría de Hacienda emite
nuevas reglas para afianzadoras y aseguradoras, con el fin de prevenir y
detectar actos y operaciones de lavado de dinero y terrorismo, y para lograrlo
tales disposiciones entrarán en vigor en ¡seis meses!
Vicente Martínez Gallo / Oaxaca
Es triste ver que en México quienes aplican la justicia
siempre perjudican a los que menos tienen; esas autoridades son una farsa e
indignos representantes de un poder que se esperaría fuera de gente honesta,
pero se corrompe por el brillo del dinero.
Antonio Ortega Monjarás / DF
Nada vale ser honrado / si la patria me es infiel, / yo
soy un inadaptado / pero elTrife es un burdel.
Jose Luis Morales / Ciudad Victoria
Lo malo es el circo que han hecho los mandatarios de los
países que quieren tener parte en Pemex y la CFE; eso es lo que interesa a los
extranjeros. Ya basta de privatizar, hay que nacionalizar, hay que ser
nacionalistas y acabar con los parásitos que nuestro país mantiene y obligar a
que las grandes empresas paguen sus impuestos a Hacienda y no al Teletón.
Luis Alejandro de la Cruz / Oaxaca
El TEPJF validará el triunfo del PRI; de eso no cabe la
menor duda. Algunos ya se están organizando, basta ver el pacto de movilización
nacional contra Peña Nieto, surgido el pasado fin de semana en Atenco.
Daniel Montaño Pastrana / Pachuca
Estemos preparados para los impuestos en alimentos y
medicinas. Eso va a ser su reforma económica, seguir depredando a los votantes;
cuando esto suceda, como siempre van a empezar a quejarse. Pero este es nuestro
México que el pueblo no se decide a cambiar.
Isaías de la Rosa / Toluca
¿México es un país de leyes o de bueyes?
Óscar Pacheco Rodríguez / DF
Twitter: @galvanochoa
Facebook: @galvanochoa
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