Julio Hernández López
Astillero
Lamentadas
Oportuno tesorito
Yarrington ¿y socios?
Madres abnegadas
Profundamente humanitario se vio el licenciado de Los
Pinos ante las heridas menores que en un ataque mayúsculo sufrieron dos agentes
extranjeros (de imprecisa condición diplomática, y muy probable acometer
injerencista) por parte de policías federales mexicanos en un episodio más de
la larga pesadilla de sangre y fuego que ha causado decenas de miles de
cruentas muertes a las que el antedicho lic. no ha dedicado ni una palabra de
conmiseración, mucho menos una comedida lamentación profunda y un servicial
ofrecimiento de investigaciones a fondo y puntual justicia como los hechos por
míster Calderón ante la imagen seca y altiva del señor Wayne, supervisor
nombrado por Washington para asuntos de traspatio.
Por lo pronto, los sucesos de Tres Marías han pasado a
formar parte de los grandes secretos nacionales. No se sabe la condición
laboral específica de la pareja agredida (a la que acompañaba un capitán de la
Marina al que a toda costa se pretende desligar del chofer de la camioneta
blindada gringa, como originalmente se había reportado en medios), aunque se ha
publicado que forman parte de la CIA, sin que nadie haya desmentido tal dato.
Se les atribuye la tarea de capacitadores y que por tal motivo iban de
visita a un campo de tiro de la secretaría de la Marina, pero una novela
de alto espionaje como la vivida en tierras morelenses no merece tan insulsas
líneas argumentales.
Por lo pronto, luego de reponerse de las heridas menores
provocadas por las esquirlas del blindaje rodante atacado de manera feroz por
subordinados de Genaro García Luna, los dos estadunidenses se han ido de México
y declararán sobre los hechos de sangre por la vía consular, si es que lo
consideran necesario.
Haigan sido como haigan sido las cosas, lo cierto es que
el apetito imperial vecino ha de sentirse estimulado ante noticias como la dada
a conocer ayer por el antes mencionado lic. Calderón, quien se ha topado con la
milagrosa aparición de un enorme yacimiento petrolero en el Golfo de México,
justo a tiempo para incluir tan prodigioso relato en el sexto informe de
gobierno y para festejar así la presunta comprobación de que ha sido exitosa su
política de exploraciones en aguas profundas, en busca de tesoritos
energéticos. Falta ver de qué manera buscan acomodarse los fortalecidos
apetitos norteños citados líneas arriba y la tradicional vocación comisionista
de funcionarios mexicanos deseosos de dar lustre a la tradición de fin de
sexenio conocida como Año (en este caso, ya sólo les queda un trimestre) de
Hidalgo.
No un trimestre ni un año sino todo un sexenio calculan
tener poder ciertos hidalguenses pertenecientes al primer círculo de Peña
Nieto. Ayer se confirmó que el ex gobernador Jesús Murillo Karam presidirá la
mesa directiva de la Cámara de Diputados y en tal condición tendrá en sus
manos, de manera breve pero muy significativa, la banda presidencial antes de
transferirla al priísta comprador del cargo. Garante de orden y fuerza para que
EPN rinda protesta sin sobresaltos, Murillo podrá pasar en diciembre a alguna
secretaría o cargo federal, como mucho se ha mencionado.
Otro ex gobernador de Hidalgo, Miguel Ángel Osorio Chong,
espera incorporarse al gabinete de tres colores. Y hay otro personaje
hidalguense relevante: Alma Carolina Viggiano Austria, diputada federal
saliente, aspirante a la candidatura priísta a gobernar su entidad natal y
esposa del actual gobernador de Coahuila, Rubén Moreira. Según anunció ella
misma, se encarga de los enlaces de EPN con organizaciones de la sociedad
civil, misma tarea que realizó durante la campaña presidencial. El entorno
familiar de la política hidalguense ha sido durante décadas el del más crudo
caciquismo.
Otro ex gobernador que esperaba momentos placenteros
durante el peñanietismo por llegar enfrenta, en cambio, una orden de
aprehensión que no fue expedida en tiempos electorales, como largamente se
amagaba con hacerlo cuando aún no se llegaba a los arreglos finales del
calderonismo con el PRI encopetado. Tomás Yarrington es buscado por las policías
mexicana e internacional, por asuntos relacionados con el narcotráfico. Así fue
anunciado ayer por la procuradora federal de justicia estética, Marisela
Morales, en presencia del ya imprescindible embajador de Estados Unidos en
México, Anthony Wayne. El golpe a Yarrington, así quede en un impacto
judicialmente menor, afecta intereses de los republicanos estadunidenses, pues
el exmandatario tamaulipeco presumía de muy especial relación de afecto con
George W. Bush. También alcanza negativamente a medios de comunicación que
fungen como voceros del ex presidente, uno de ellos, escrito, en cuyo
financiamiento han participado presuntos prestanombres del ahora razonablemente
perseguido Yarrington.
Pero no todo han de ser noticias turbias o
descorazonadoras. La tierna estampa de una abnegada madre mexicana que ve
triunfar el fruto de sus esfuerzos puede alegrar cualquier tiempo nublado. Allí
está el caso de la sacrificada Elba Esther Gordillo, que ha podido atestiguar
el arribo de su hija, Mónica Arriola, a una senaduría. El álbum del éxito
genealógico se completa con la instalación del nieto de la profesora Gordillo,
René Fujiwara, en una diputación federal. Otra progenitora conmovida es la
señora Marta (Sahagún, de apellido), cuyo hijo Fernando Bribiesca fue impuesto
por el familiarmente generoso Panal como uno de los secretarios de la mesa
directiva de la Cámara de Diputados.
Otros diputados federales, sin embargo, prefieren
insistir en la temprana nostalgia protestante. Ayer mismo mostraron mantas y
protestaron contra la imposición de Peña Nieto. Son indicios de los enojos por
venir. En ese ámbito domesticable del congreso federal las izquierdas podrán
colocar su condición opositora en una báscula mercantil, pero falta por verse
el tamaño y la intensidad de la movilización social que generará el fallo del
tribunal electoral a favor de Peña Nieto para el cual los magistrados solamente
buscan encontrar el momento más propicio. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio
Astillero
Fax: 5605-2099 juliohdz@jornada.com.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario