¿Podremos alguna vez elegir presidente?
Por: Jaime Ornelas Delgado
Estamos muy cerca de saber si a los mexicanos nos está
permitido elegir presidente de la República. En efecto, el Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) habrá de decidir, y hay visos de
que así será, que la elección del titular del Ejecutivo es un asunto tan
importante y trascendente que no puede quedar en manos de los ciudadanos, sino
de un pequeño grupo de iluminados que controla los medios masivos de
comunicación –con los cuales se puede construir presidentes– y se ha logrado adueñar
de la riqueza nacional.
Estamos a punto de que el Tribunal de marras, nos haga
ver que la realidad no es como la vemos, sino como dicen los jueces, tan
cercanos al poder, que es. Ellos, son infalibles, sabios y los millones de
mexicanos que vivieron un proceso electoral inequitativo, abusivo, amañado
donde prevaleció la coacción y la compra del voto, habrán de someterse a sus
decisiones, ¿por qué?, pues porque así lo establece la ley; si, esa ley que el
poder mismo, por intermedio de sus gestores políticos e intelectuales
orgánicos, elaboró para mantenerse en el poder, que manejan de acuerdo a sus
intereses y conveniencia, y evitar entregarlo al pueblo, cuyo rol en el
capitalismo es generar riqueza no gobernar, pues para eso están los que si
saben. En fin, estamos a punto de confirmar una vieja hipótesis: si el voto
sirviera para algo ya lo hubieran prohibido quienes detentan el poder.
De cómo viene el fallo del TEPJF, puede verse en el
rechazo que hizo, sin siquiera debatir, de todas las quejas presentadas
por el Movimiento Progresista y por el PAN, quejas relacionadas con la elección
presidencial –perdón, no de todas las quejas fueron rechazadas pues se aceptó
sólo una, la que presentó el PRI contra Ricardo Monreal, coordinador de la
campaña de Andrés Manuel López Obrador, por las acusaciones que presentara
contra Luis Videgaray sobre la utilización de recursos públicos para financiar
la campaña el PRI–, con esto el Tribunal nos dice que Televisa no hizo campaña
publicitaria encubierta a favor de Peña Nieto; que las encuestas no fueron
manipuladas y para nada influyeron en la decisión de en favor de quién emitir
el voto; que en eso de las tarjetas Monex y Soriana, nada tuvo que ver el PRI;
en fin, nos salió el TEPJF con que las elecciones fueron un dechado de
pureza democrática y lo que pueblo vio es mentira falaz de los enemigos de
México, que seguro ni siquiera se emocionaron hasta las lágrimas por la medalla
de oro obtenida en Londres por el equipo de futbol, que además usa uniforme
tricolor.
El caso es si, finalmente, un Tribunal puede cambiar la
realidad y asegurar que las elecciones fueron libres y auténticas como lo
demanda, nada más ni nada menos, el artículo 41 de la Constitución. ¿Será
posible llegar al cinismo extremo de validar una elección a todas luces
atentatorias a las más elementales formas de la convivencia democrática?
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