Carlos Fernández-Vega
México SA
Huevo: reacción tardía
Incapacidad triunfal
Desocupación: ni fu ni fa
Como un triunfo de la capacidad negociadora del gobierno federal se presume el acuerdo al que llegaron la Secretaría de Economía y las tiendas de autoservicio para vender el kilogramo de huevo a 23 pesos, pues la intención es ofrecer los mejores precios del mercado. Obvio es que el promotor de tal logro no es otro que el fallido titular de la citada dependencia, Bruno Ferrari, quien alegremente dejó a un lado el hecho de que ese precio resulta 35 por ciento superior al que los consumidores pagaban antes de que perdiera el control –si alguna vez lo tuvo– sobre el mercado del blanquillo. Todavía más, presumió que esos 23 pesos están muy por debajo de los precios que ofrecen los comerciantes en las distintas centrales de abasto que operan en el país, con la de la Iztapalapa a la cabeza.
De forma tardía, como es costumbre, el inquilino de Los Pinos anunció ayer una serie de acciones para proteger la economía familiar para intentar –según dijo– frenar el incremento del precio del huevo, el cual, dicho sea de paso, se registra desde hace tres meses. Con la cantaleta de siempre, y causado ya el daño a los consumidores, el susodicho salió a decir que “no vamos a permitir que las familias mexicanas, en especial, las que menos tienen, vean afectada su economía por aumentos injustificados en el precio de este alimento, en la canasta básica… Quiero ser muy enfático en que esta contingencia no puede ni debe justificar un alza desmedida, como ha venido sucediendo en el precio del huevo”. Y esto último lo advierte cuando el alza desmedida va por autopista, y en algunas zonas del país tal precio ronda los 70 pesos.
A finales de mayo pasado, poco antes de que las gallinas ponedoras hicieran su chamba especulativa, el precio del kilogramo de huevo fluctuaba entre 12 y 15 pesos, según calidad, en la Central de Abasto de la ciudad de México, la más grande e influyente de toda la República. Al concluir junio, ese precio se había disparado a 20-23 pesos, es decir, cuando ya eran más que necesarias las acciones para proteger la economía familiar (que sólo hasta ayer fueron anunciadas), pero a cambio se incrementó el número de discursos y amenazas del Secretario de Economía (“no permitiremos… no toleraremos… cárcel a especuladores… importaremos 211 mil toneladas”, etcétera). Julio concluyó con el mismo nivel de precios el mes previo y en medio de más discursos. Y agosto está por concluir con el kilogramo de huevo a precio de caviar. Transcurrieron tres largos meses para que el siempre oportuno gobierno federal registrara la urgencia de controlar la situación para que los consumidores no resulten afectados. Rapidez, ante todo.
Lo llamativo de todo esto es que si, como dice el inquilino de Los Pinos, “este problema tiene su origen en el brote de fiebre o de influenza aviar (…) particularmente en los municipios de Los Altos de Jalisco y, en específico, en Tepatitlán y en Acatic”, entonces cómo fue posible que al gobierno federal se le fuera de las manos el control de la situación. Apenas dos municipios en emergencia sanitaria (rápidamente superada, según su dicho), y perdió absolutamente el control y se le desplomó la tienda. Qué bueno que sólo fue un par.
Transcurrirán tres meses más (cálculo oficial) para se regularice el precio del huevo, y en vía de mientras la Secretaría de Economía y la Profeco siguen ofreciendo recetas en lugar de control y estabilidad en el mercado y el abasto. Lo mejor del caso es que el inquilino de Los Pinos dice que la seguridad alimentaria es un tema que exige actuar con firmeza y con oportunidad. Así lo hemos hecho, y lo seguiremos haciendo.
En otro orden, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados reportó que si bien el producto interno bruto registró un avance de 4.1 por ciento en el segundo trimestre de 2012, no hay que dejar a un lado el hecho de que el principal impulsor de ese crecimiento fue el sector primario, el cual experimentó una importante caída en 2011 y, por lo tanto, la base de comparación podría estar amplificando el resultado de su expansión (pasó de una caída de 9.20 por ciento en el segundo trimestre de 2011 a un incremento de 9.49 por ciento en el segundo trimestre del presente año). Las actividades de dicho sector se caracterizan por un marcado comportamiento estacional y son volátiles por su dependencia de factores climáticos y ambientales, de tal suerte que los datos desestacionalizados del PIB muestran una pérdida de dinamismo de la economía nacional, al observarse una tasa de crecimiento de 0.87 por ciento respecto del trimestre anterior.
A pesar de ese resultado, apunta el CEFP, en el análisis de corto plazo la actividad económica perdió dinamismo. En lo que compete al PIB ajustado por los factores de estacionalidad, éste pasó de un crecimiento de 1.19 por ciento en el primer trimestre a uno de 0.87 por ciento en el segundo trimestre de 2012. En el período que se analiza, el comportamiento de sus componentes fue heterogéneo: mientras que las actividades primarias cayeron 0.19 por ciento, las secundarias aumentaron 0.59 por ciento, y las terciarias 1.11 por ciento. La dinámica económica nacional se enfrenta a grandes retos en la segunda parte del presente año debido a que se han ajustado a la baja los pronósticos de crecimiento económico mundial tanto para 2012 como para 2013 y a que han aumentado los riesgos a la baja de manera significativa. En particular, se anticipa que la expansión económica de Estados Unidos sea menos vigorosa. Además, se ha deteriorado el entorno económico y financiero de la zona del euro ante la ausencia de una solución definitiva de sus problemas fiscales y bancarios, los cuales se espera tarden varios años en solucionarse; así como se ha desacelerado la actividad económica de China y otros países emergentes. Factores que incidirán en la demanda externa del país. Adicionalmente, algunos indicadores del gasto doméstico tuvieron una expansión más moderada en el segundo trimestre de 2012; por lo que, de continuar con dicha tendencia, la dinámica económica nacional no tendrá la fortaleza que requiere el país para reducir el elevado desempleo.
Las rebanadas del pastel
Y en más de lo mismo, la tasa oficial de desocupación abierta en el país cerró julio en 5.02 por ciento, apenas por debajo del 5.62 por ciento de igual mes de 2011. La diferencia, una vez más, la impulsó la ocupación en el sector informal.
cfvmexico_sa@hotmail.com
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