Carlos Fernández-Vega
México SA
Ferrari y el huevo coyuntural
La fábula de la importación
El precio se mantiene al alza
¡Felicidades!, mexicanos crédulos, que la autoridad
aclaró que no hay de qué preocuparse ni existen razones para alarmarse, pues el
brutal incremento en el precio del huevo simple y sencillamente es un asunto de
coyuntura, y apenas si tiene que ver con la gripe aviar que enfrentó el
país hace unas semanas. Así, mientras el tiempo resuelve este problema, el
consumidor deberá pagar el kilogramo de tan preciado alimento a 40 pesos en
supermercados y a 35 en las centrales de abasto, 132 y 103 por ciento más que al
comienzo del presente mes.
Se supone (datos oficiales) que la producción interna de
huevo resulta más que suficiente para atender la demanda de los consumidores
nacionales: 2 millones 576 mil toneladas estimadas para 2012, para un consumo
promedio per cápita de 22.5 kilogramos. Sin embargo, antes de la coyuntura,
la cuota de importación de dicho producto, autorizada por la Secretaría de
Economía, se aproximó a 132 mil toneladas, y en plena coyuntura tal
cuota se incrementó a 211 mil toneladas (libres de arancel si provienen de
Estados Unidos o Canadá, o con 45 por ciento de recargo si son otras las
naciones surtidoras, aunque podría eliminarse).
Lo llamativo de todo esto es que la coyuntura (versión
oficial) comenzó tres meses atrás, cuando en unas cuantas granjas avícolas
ubicadas en Jalisco se detectó la presencia de gripe aviar, y junto con ella la
feroz oleada especulativa del precio del huevo, la cual quiso ser erradicada a
golpe de discursos y buenos deseos. Como al comienzo de la fiesta, a estas alturas
se sigue amenazando con importar toneladas y toneladas y la aplicación de
horrorosas sanciones para frenar a los voraces empresarios dedicados a estos
menesteres. Y el resultado es que el susodicho precio se mantiene por las
nubes, y más allá.
Si bien Jalisco es el principal productor de huevo en el
país (con alrededor de 37 por ciento del total nacional), no es el único
(Puebla, Sonora, Nuevo León, Yucatán, Durango y Guanajuato aportan casi la
mitad de la producción nacional), de tal suerte que el efecto de la coyuntura se
limitaría a la primera de las zonas productoras citadas. El problema, pues, no
es la carencia del producto, sino la voracidad de los especuladores, que no son
muchos, pero sí con gran peso político-económico, tanto que la autoridad no atina
cómo resolver el entuerto sin afectar los intereses de esos mismos
especuladores, a los que no sólo conoce a la perfección, sino que sirve a
cabalidad.
Como en tantos otros alimentos que México importa
masivamente, eso de problema de coyuntura está por verse, porque la
estadística oficial indica otra cosa, es decir, que la dependencia alimentaria
del país crece con inaudita velocidad, amén de que el control de precios se
eliminó totalmente. Por ejemplo, en 1980 México importó apenas 0.38 por ciento
del consumo nacional de huevo, proporción que no registró mayores variaciones
hasta 1993. A partir de 1994 (arranque del Tratado de Libre Comercio de América
del Norte) comenzó el crecimiento de la compra de blanquillo en el mercado
internacional, a tal grado que entre esa fecha y el 2000 se duplicó. Lo peor
vino después, adornado con listones blancos y azules: para 2012, la importación
de huevo ya representa 5 por ciento del consumo nacional, es decir, un
incremento mayor a mil 200 por ciento con respecto al cierre de 1993. Y la
famosacoyuntura llevará a México a importar más de 8 por ciento del
consumo nacional, a pesar de que de 1996 a la fecha la producción interna
aumentó cien por ciento. Moraleja: que coyuntura tan jodona, que cada
día afecta más a los consumidores y desnuda a la autoridad.
Lo mejor del caso, como se ha reseñado en este espacio,
es el entusiasmo que la autoridad le pone a situaciones tan delicadas como la
del salvaje incremento de precio en los alimentos básicos. A principios del
presente mes, el titular de la Secretaría de Economía festejaba que “de llegar
a venderse hasta a 26 pesos por kilo durante julio, el huevo se comercializó
este miércoles primero de agosto a 17.25 pesos en promedio, y el pollo bajó 25
centavos entre el martes y miércoles para venderse ayer jueves en 27.66 pesos
por kilo, cuando alcanzó un precio máximo de 29 pesos en semanas anteriores…
Hasta que no se estabilicen los precios del pollo y del huevo y se ‘controle’
el brote de influenza aviar en dos municipios de Jalisco, la Secretaría de
Economía no tomará ninguna decisión contra las empresas que introducen pollo a
México a precios por debajo de su valor real (dumping), generando con ello
competencia desleal contra los productores locales… Pese al dumping y la influenza
aviar, tanto el huevo como el pollo se han abaratado en las últimas semanas,
particularmente después de que el 6 de julio anunció que se importarían 211 mil
toneladas, equivalente al consumo nacional de un mes… Cuestionado sobre si los
precios del pollo y huevo regresarán al mismo nivel que tenían antes de que
surgiera la influenza aviar, Ferrari sólo respondió: No sabemos, depende,
nosotros no controlamos precios. Todavía no llegan las importaciones, vamos a
ver qué pasa cuando lleguen” (La Jornada, Susana González).
Pues bien, tres semanas después las importaciones no han
llegado, y el kilogramo de huevo ya no se vende a 26 pesos, menos a 17, sino
entre 35 y 40 pesos, y contando. Y a este producto, junto con su coyuntura,
súmese la de muchísimos productos alimenticios más, pues las importaciones
crecen año tras año (se estiman 25 mil millones de dólares en 2012) para
atender el estómago de los mexicanos, los cuales a la hora de comer, la mitad
de los muchos o pocos productos que sirvan en sus mesas viene de afuera. Y el
problema crece cuando ya es oficial que Estados Unidos (de donde viene buena
parte de los alimentos aquí consumidos) registra la peor sequía en medio siglo.
Si a ella se agrega la propia y las de otras latitudes, con precios en
constante alza, entonces calíbrese la tranquilidad y confianza que en los
mexicanos generan las declaraciones de la autoridad.
Eso sí, Bruno Ferrari no deja de anunciar que ya
viene la importación de huevo, y que si es necesario vamos a liberar los
aranceles, pero no podemos permitir que por unos cuantos haya 115 millones de
mexicanos que estén pagando altos costos, o lo que es lo mismo, lo que desde
junio pasado ha dicho, mientras el precio del huevo sube y sube.
Las rebanadas del pastel
Si de incrementos se trata, allí están los activos de
Televisa, que durante el calderonato (hasta 2011) reportan un mágico
crecimiento de 87 por ciento, y de 135 por ciento si se incluye al gobierno de
Fox. Lo bueno es que la empresa no recibe trato preferencial del inquilino en
turno de Los Pinos.
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