Alguna similitud y variados tratamientos
María Teresa JardíJosé Bretón recogió a sus hijos de casa de su mujer el 11 de octubre de 2011 para que pasaran con él un par de días. Horas después denunció el secuestro de los niños.
Vecinos de la madre, del padre y de las respectivas familias se movilizaron exigiendo el regreso de los niños. Desde el primer momento la persecución al padre de los infantes fue despiadada, en particular de un programa que por Antena 3 de Televisión Española pasa durante varias horas por la mañana.
El 21 de octubre de ese año la policía retuvo al padre y el juez, si bien mantuvo al padre retenido, no lo sujetó a proceso. Aunque nunca aceptó ninguna responsabilidad, las contradicciones del padre se fueron haciendo y la madre y su familia, que al principio tampoco le imputaban la desaparición al padre y al contrario se referían en particular a su familia como integrada por personas buenas y normales, fueron cambiando a lo largo de los meses y los vecinos del padre y los de la madre empezaron a tomar partido acorde con la cercanía con el uno o con la otra.
Pero en todo momento, incluso ahora, señalando también en el caso del padre que se trata de una familia normal que no merece la persecución del medio en cuestión, que hoy se traduce incluso en mantas y pintas llamando asesinos también a los abuelos y tíos.
En febrero del año en curso, a raíz de la primera de varias revisiones realizadas por la policía por orden del juez como resultado de la investigación policiaca, en una finca del padre se encontraron restos de una fogata en la quedaban algunos huesos. La perito antropóloga forense de la policía científica concluyó que sin la menor de las dudas se trataba de restos de pequeños animales quemados.
No satisfecha la madre y no habiendo dado ningún resultado positivo ninguna de las otras muchas pistas seguidas, en junio del presente año contactó con un primer antropólogo de renombre y la policía no le puso el menor de los obstáculos para entregar al perito los huesos y los otros elementos que obraban en su poder. Y el nuevo perito estableció que los restos eran humanos.
El juez buscó al antropólogo forense de más renombre en España para solicitar un tercer examen que concluyó estableciendo, sin ninguna duda, que se trata de restos humanos inmaduros de aproximadamente 6 años y 22 meses. Los hijos de José y de Ruth, que es como se llama la madre, tenían 6 y 2 años de edad el día que la madre los vio por última vez.
Dado que se dio a conocer como una filtración de la telebasura el cambio de situación por lo que toca a los niños que hasta hace unos días seguían siendo buscados con la esperanza de que se les encontraría vivos, el ministro del Interior en persona salió a los medios a hacer más o menos el mismo relato que hoy les comparto. No queda prácticamente ninguna duda de que el padre es el asesino de los niños —y aunque se hace todavía un último intento por encontrar ADN en un diente aún no nacido que por el maxilar del menor quedó protegido— es claro que sobran las pruebas para acusar al padre del asesinato de sus hijos.
Pero es ahora que el juez va a acusarlo con una prueba sobre otra prueba y sin haberle violado en ningún momento ni la policía ni el juez ninguno de sus derechos. Y el medio ya se enfoca a cuestionar a la policía a pesar de que la perito de inmediato salió a reconocer que su dictamen era el equivocado y de que la policía —quién sabe si de motu proprio o por la persecución del medio— no dejó ni un día de ocuparse del caso como continúa señalando la familia en pleno de la madre.
Un primer empate con el caso mexicano como similitud está en la falta de recursos destinados a la policía científica. Mañana un ejemplo mexicano del manejo de la cosa pública, policiaca y política, alrededor de un partido de fútbol.
Si se acercan unos minutos antes de las ocho de la noche a El Cinito del Centro de Investigación Escénica El Teatrito A.C., no se perderán la película “La Cinta Blanca” dirigida por Michael Haneken que se exhibirá hoy a las 20 horas en punto.
“...Extraños acontecimientos, que poco a poco toman carácter de castigo ritual, se dan cita en un pequeño pueblo protestante del Norte de Alemania. ¿Quién está detrás de todo esto? Los niños y adolescentes del coro del colegio y de la iglesia dirigido por el maestro, sus familias, el barón, el encargado, el médico, la comadrona y los granjeros conforman una historia que reflexiona sobre los orígenes del nazismo en vísperas de la I Guerra Mundial...”. Calle 25 N° 91 Int. Esquina con 14. Chuburná de Hidalgo (a dos cuadras de la 60) Mérida, Yucatán. Tel. (999) 289 01 29/ cel: 044 (999) 1780796. www.elteatrito.com/ info@elteatrito.com Entrada libre y gratuita.
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