¡Sólo faltan tres meses!
Por: Virginia González Melgarejo
No hay plazo que no se cumpla y, para fortuna de muchos,
terminan ya los gobiernos panistas, que con la bandera del cambio y la
esperanza de democracia se convirtieron en una verdadera pesadilla para el
país. Sin embargo, esta semana y en los próximos días nos veremos atosigados
todavía por los mensajes de la presidencia de la República en los cuales se
pregonan los “beneficios” recibido por los mexicanos gracias al gobierno de
Felipe Calderón.
En uno de esos mensajes, con una imagen
melodramática, Felipe dice “tenemos un México que no se arrodilla ante los
criminales”, que novedad, pues es claro que el gobierno no se arrodilla, no,
sino que ahora los cobija, los encubre y los solapa, pues la criminalidad es
como la divina providencia, esta en todas partes, y su gobierno y en el que
pretenden imponer existen grandes pillos y todos llevan consigo una gran dosis
de cinismo.
Los gobiernos panistas en estos 12 años se utilizaron
para servir una mafia que los controló, y se olvidaron de servir al pueblo; las
escandalosas fortunas que han amasado no son ocultas, ahora las cúpulas
panistas se ostentan como nuevos ricos (ver Proceso, número 1859). Tanto
Fox como sus colaboradores cercanos y sus familias viven hoy como jamás lo
hubieran imaginado. Negocios, ranchos, playas, casas y terrenos pasaron a
formar parte de sus fortunas personales, y en eso del aumento del patrimonio
familiar hasta el de las manos “limpias” está involucrado, pues Margarita
Zavala y su familia se han visto altamente beneficiados por el gobierno espurio
de Calderón.
Hoy a los panistas que abandonan el poder no les importa
dejar al país con la mayor deuda interna y externa que haya tenido México en su
historia, los panistas que en el discurso se dicen preocupados por las familias
mexicanas, hoy dejan más de 90 mil hogares enlutados y más de 10 mil familias
viviendo la tragedia de tener a algún familiar desaparecido y los asaltos y los
secuestros en un vertiginoso aumento, pero a ellos poco les importa, al fin
dicen que ya han doblegado a los criminales, además, viven en enormes mansiones
y contarán con guardias y escoltas y disfrutarán de jugosas pensiones que
recibirán de las arcas públicas gracias a los seis años de desgracia al país;
incuso, algunos hasta se aseguraron de dejar en algún puesto público a
familiares y amigos fieles que les “protejan la espalda” o también para seguir
teniendo las facilidades de hacer negocios privados al amparo del poder
público. Que hayan construido un México más seguro, ni duda cabe, pero sólo
para ellos y sus compinches, eso sí es una realidad.
El dinero mexicano depositado en el extranjero en esta
nefasta administración alcanza ya a los 183 mil millones de dólares que
representan casi el triple de la deuda externa, pero eso poco importa, aunque
la pobreza llegue hoy a más familias mexicanas y para rematar con broche de
oro, le entregan al PRI, lo que queda de país, para que las empresas
extranjeras, que como zopilotes revolotean esperando llegue la nueva
administración para adueñarse, de una vez por todas, de los vastos
recursos de México.
¡Por fin se va Felipe!, pero se va con las manos sucias,
muy sucias, llenas de sangre de miles de muertos, dejando a México muy herido,
doblegado ante los poderes fácticos abriéndole de par en par la puerta a la
impunidad y la corrupción en manos de personajes que no serán mejores, pero eso
no le importa, aunque el juicio de la historia lo persiga por siempre.
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