Carlos Fernández-Vega
México SA
Tesorito a la vista
Bicentenario: Trión I
FC: saludas y te vas
Para ser una de las escasísimas buenas noticias de su
sexenio, el inquilino de Los Pinos llevaba mucha prisa, pues apenas dedicó unos
cuantos minutos para anunciar el descubrimiento de lo que podría considerarse
la punta del iceberg del tesorito petrolero nacional en aguas
profundas del Golfo de México, y lo hizo en un rápido acto protocolario que
podría resumirse como saludas y te vas. Pero como parte de esa buena nueva
está que el descubrimiento de tal riqueza potencial y la perforación del pozo
respectivo es producto de los trabajos de la Plataforma Bicentenario (arrendada
por Pemex a Grupo R, empresa ciento por ciento mexicana), que dejó fuera de la
jugada y del negocio a los sedientos consorcios trasnacionales que andan en pos
del oro negro mexicano.
Ayer, sin el tradicional boato de los actos que encabeza
el inquilino de Los Pinos, ni el inagotable inventario de oradores que en cada
ocasión aplauden logros yéxitos del susodicho, ayer en la
residencia oficial el tal Felipe hizo público que Petróleos Mexicanos “ha
realizado el primer gran descubrimiento de un sistema petrolero en aguas
profundas del Golfo de México (…) que podría tener un potencial de producir
entre 4 mil a 10 mil millones de barriles de petróleo crudo”. Desde luego que
no desaprovechó la ocasión para lanzar autoelogios a lo largo de los 14 minutos
que duró el acto, pero la parte medular la explicó de la siguiente forma (se
respeta sintaxis y errores aritméticos):
“Las perforaciones realizadas por la Plataforma
Bicentenario, una de las grandes plataformas de aguas profundas que entraron a
operar para Pemex en esta Administración, en las perforaciones realizadas en el
Pozo Trión I, confirmaron el potencial de yacimientos en la provincia llamada
Salina de Bravo, dentro del Proyecto Área Perdido. Este pozo tiene una
profundidad, un tirante de agua, que será de dos mil 500 metros; dos mil 500
metros de tirante de agua más, probablemente, otro tanto debajo del lecho
marino; dos mil 500 de tirante de agua y otro tanto de lecho marino. Se ubica a
180 kilómetros al Oriente de la Costa de Tamaulipas y a 39 kilómetros al Sur
del límite marítimo internacional con Estados Unidos. Gracias a este nuevo
descubrimiento, Pemex espera certificar nuevas reservas, reservas 3P (probadas,
probables y posibles), que pueden alcanzar de 250 a 400 millones de barriles de
crudo, probablemente más. Para que nos demos una idea. De confirmarse este
parámetro, la cifra equivale, la que tiene este yacimiento, de confirmarse, a
un tercio de la producción nacional anual de petróleo, por Petróleos Mexicanos.
Es decir, es un yacimiento muy importante.
Y, además, su importancia radica en que es el primer
descubrimiento de petróleo, un petróleo ligero, además, que aquí, el señor
director y el Secretario de Energía me han traído una muestra, que tiene, me
decían, 34 grados (API), más o menos. Un petróleo bastante ligero, que después
de varios intentos de las plataformas, la Bicentenario y la Centenario (ambas
del Grupo R), que habían tenido éxito en un porcentaje razonable de los intentos,
pero, fundamentalmente, encontrando yacimientos de gas, ahora han descubierto
un importante yacimiento de petróleo ligero, lo cual es una buena noticia para
México. Se estima, además, que este yacimiento podría pertenecer a una zona de
las más importantes en aguas profundas del Golfo de México, toda esa zona, este
sistema petrolero, podría tener un potencial de producir entre cuatro mil y 10
mil barriles de petróleo crudo. Perdón, de cuatro mil a 10 mil millones de
barriles de petróleo crudo, lo cual, fortalece aún más nuestras reservas de
hidrocarburos y permitirá a México mantener e incrementar la producción de
petróleo en el mediano y en el largo plazo. Se trata de un gran descubrimiento.
De los 14 minutos que duró el acto protocolario en Los
Pinos, su inquilino –único orador– apenas consumió poco menos de tres para
hacer el anuncio e intentar detallar de qué se trataba. Los 11 restantes los
utilizó para lanzar loas a su administración y saludar a los allí presentes,
entre ellos Ramiro Garza Cantú, presidente del Grupo R, a su vez propietario de
las plataformas Centenario y Bicentenario, que arrienda a Pemex; Carlos Slim,
muy interesado en los negocios con el oro negro, y tres ex directores de
Petróleos Mexicanos (Luis Ramírez Corzo, Adrián Lajous y Rogelio Montemayor). Y
se acabó el numerito. Lo mejor del caso es que casi tres años atrás algunas
calificadoras internacionales, como Moody’s Investors Service advertían a la
directiva de la paraestatal que el Grupo R tenía limitada experiencia para
operar en aguas profundas, y de allí la conveniencia de asignar los
contratos a consorcios trasnacionales. Felizmente no le hicieron caso.
La Bicentenario (un año atrás este tecleador recorrió sus
instalaciones, entonces fondeadas a 40 millas náuticas de Tuxpan, Veracruz) fue
construida en astilleros de Corea del Sur, y en México inició sus trabajos de
perforación a las cero horas del 5 de julio 2011, cuando entró en vigor el
contrato de arrendamiento firmado entre Grupo R, ganador de la licitación, y
Pemex Exploración y Producción. Es una plataforma de sexta generación (lo más
moderno y avanzado del mundo en la materia), totalmente ecológica (ningún
contaminante se descarga al mar), que mide 110 metros de largo por 78 metros de
ancho, y 138 metros de altura. Cuenta con un sistema de perforación que se
maneja desde una cabina por sólo dos operadores; un sistema de alimentación y
armado de tubulares instalado en la plataforma y un robot submarino no
tripulado, con sonar y cámaras de alta definición, conectadas a la superficie
por medio de fibra óptica, que permite supervisar, en tiempo real y sin
detenerlo, el trabajo de perforación, con posibilidad de corregir cualquier
anomalía; es el primero de su tipo en México. En ella laboran 187 trabajadores
(entre ellos 10 mujeres): 95 por ciento del personal es mexicano, con egresados
de la UNAM y del Instituto Politécnico Nacional, así como de las universidades
públicas de Oaxaca, Guerrero, Chihuahua, Baja California y Sinaloa, entre
otras.
Las rebanadas del pastel
En un gobierno civilizado, al servicio de la ciudadanía,
la brutal escalada en el precio del huevo le hubiera costado los dos al
Secretario de Economía, pero como México no lo tiene Bruno Ferrari no suelta el
hueso ni el micrófono: “no tengo bola de cristal para saber cuándo bajará el
precio; espero que sea en las próximas semanas…”
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