Ya es un tango
Por: Javier Solórzano
www.sinembargo.mx
Si andamos embotados con las campañas no nos viene mal recordar cuando duraban 120 días. Aunque los 90 de ahora van de la mano de las precampañas y las intercampañas, la intensidad ya por lo menos dura menos. El miércoles se cierra la cortina. Los trabajadores de limpia tendrán pocas horas para quitar todo lo que les sea posible con el fin de que nuestra vista no encuentre a la política propagandística por todos lados. La veda establece que durante 4 días la política pase al cajón del olvido. Está difícil que hagamos a un lado la obsesiva elección con todo lo que hemos visto y oído; sin embargo, vamos a tener 4 días para que definamos, en caso de que no lo hayamos hecho, por quien vamos a votar. No se hablara en público de la política pero de que habrá movimientos no hay duda. No nos extrañe, porque ya ha pasado, que aparezcan en los diarios o en las redes temas que pretendan desacreditar a quien le pongan enfrente. Nada esta decidido aunque se haya creado un ambiente para establecer que la elección esta consumada. Quién lo hace olvida que por más obvio y quizá demagógico que se lea, lo que cuenta es el 1 de julio a lo que se sumamos el adagio beisbolero de “esto no se acaba hasta que se acaba”.
El país no va a cambiar en esencia gane quien gane. Los cambios profundos requieren de tiempo. La democracia mexicana es prueba de ello. A lo largo de muchas décadas se ha ido construyendo un sistema de suyo imperfecto, pero bajo el cual hoy nos permite tener elecciones como las que estamos teniendo. Las elecciones, se insiste, son una fiesta. Quizá lo sea, pero hay que hacer muchas tareas pendientes por el surgimiento de nuevos escenarios que puedan eventualmente surgir. Gane quien gane, la o el que llegue a Los Pinos, lo primero que se va a tener que hacer es convocar a un gran pacto nacional. No se puede gobernar con los escenarios que hoy tenemos. Si es Peña Nieto se tendrá que acercar a los jóvenes los cuales hoy, particularmente los del movimiento #YoSoy132, le toman abierta distancia. Le puede pasar lo que vivió Calderón durante dos años, más-menos, a donde iba le caían y muchos veces no lo dejaban ni hablar. Si no sienta a todos en la mesa y lanza un gran acuerdo va a tener poca capacidad de maniobra durante algún tiempo, y esto se extiende a López Obrador porque la elección ya está como el tango, es sólo de dos.
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lunes, junio 25, 2012
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