Ante focos rojos, el PRI recurre a la compra de votos
Seis entidades del país tienen muy preocupado al PRI: Jalisco, Guerrero, Puebla, Veracruz, Tabasco y el Distrito Federal. Sabe que en ellas podría perder la elección su candidato presidencial, Enrique Peña Nieto. Por lo tanto, el equipo de campaña elaboró estrategias y redactó documentos para fortalecer “la promoción” del voto en ellas, a cargo sobre todo de funcionarios de educación. Pero esa “promoción” en realidad es un intercambio de sufragios por enseres domésticos y material de construcción, sin mencionar el dinero en efectivo con el que se paga a los “promotores”.
Debido a que “el PRI solo no gana (con su voto duro)” –como se reconoce en el documento Todos con Peña Nieto– el partido que postula a Enrique Peña Nieto creó una estrategia que recurre a la compra de sufragios para ganar la elección presidencial el próximo 1 de julio.
El plan es operado por funcionarios de los gobiernos de los estados en coordinación con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (que controla Elba Esther Gordillo), gremios locales de maestros y algunas secretarías de las administraciones estatales.
Para ello un ejército de “operativos” o militantes del PRI han sido designados para cada uno de los 300 distritos del país. Todos han sido entrenados y se les han entregado formatos para que cada uno convenza a 10 personas de revelar los datos de su credencial de elector; a esas personas las deberán llevar el día de la elección para que sufraguen y a cambio reciban “desayunos y entrega de material”.
La estrategia llamada Todos con Peña Nieto arrancó en Veracruz, tercer estado en importancia por su número de votantes, debido a que según algunos de los operadores electorales del candidato presidencial del PRI, es una de las entidades con mayor riesgo de perderse por la mala administración del gobernador Javier Duarte.
El operador de Peña Nieto que accedió a hablar con este semanario y que labora en el sureste del país, reveló que en toda la República se replicó el modelo de Veracruz y que sólo varía según las necesidades de los estados: por ejemplo si la elección presidencial pasada se perdió, si el municipio es gobernado por la oposición o si el PRI ha mantenido una holgada ventaja en los últimos comicios.
Proceso habló con algunos de los operadores de la estrategia priista, quienes solicitaron el anonimato. Uno de ellos dijo: “Sí lo hay (el modelo en el resto de las entidades) pero ha sido lo que siempre se programa como parte de la promoción y movilización. En cada estado se ajusta a lo que se acostumbra”.
(Extracto del reportaje que se publica esta semana en la revista Proceso 1860, ya en circulación)
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