En
Michoacán, gobierno de impostores
Ernesto
Villanueva
La simulación, la violación de la ley y la mentira son algunas de las
características de la política mexicana. El nuevo gobierno del PRI a cargo de
Fausto Vallejo Figueroa, para desgracia del estado de Michoacán y de los
mexicanos, camina hacia atrás. Veamos los datos que sustentan lo que afirmo.
Primero. Los cuatro rubros que mayor inquietud generan en Michoacán son: a) la
seguridad y la gobernabilidad; b) la educación; c) las finanzas públicas, y d)
la adopción de políticas públicas que brinden certeza jurídica, idoneidad en
los perfiles de puestos, combate a la corrupción y rendición de cuentas… A poco
más de cuatro meses de gobierno, Fausto Vallejo ha entregado la plaza. Al fin y
al cabo, recurre en su gobierno a los peores usos y expresiones de la política
priista. La oficina del gobernador constituye un atentado al sentido común. De
humor involuntario resulta el equipo de “asesores” de Fausto Vallejo. Se trata
de ocho personas que, en el mejor de los casos, tienen licenciatura. Una parte
de ellos se ostenta como profesionista sin contar con su cédula profesional. No
hay una lógica temática, con doctores con amplias prendas profesionales en las
más distintas áreas, que sería lo razonable y deseable. No es el caso. Si esos
son los que asesoran, ¿se imaginan como están los asesorados? Exactamente, mal.
Segundo. En el primer rubro, relativo a gobernabilidad, el jefe del Ejecutivo
se ha allegado de personas sin credenciales. El subsecretario Fernando Cano
Ochoa se ha ostentado como “ingeniero”, pero en la Dirección General de
Profesionales de la SEP no hay registro alguno al respecto. En la misma
situación se encuentra el subsecretario Rubén Pérez Gallardo Ojeda, quien se
presenta como “licenciado”, aunque tampoco se encuentra nada que lo acredite
como tal. Su caso es peor: tiene una notaría pública que, al margen de la ley,
le fue otorgada (es imprescindible contar con la cédula profesional de
licenciado en derecho para ser titular de una notaría), y fuera de la norma
opera con toda impunidad violando lo previsto en el artículo 116, inciso III de
la Ley del Notariado local. Y así se pueden citar muchos ejemplos más en la
Secretaría General de Gobierno. ¿Usted confiaría en un grupo que viola la ley
para proteger la ley?
En materia de seguridad, el procurador general de Justicia, Plácido Torres
Pineda, carece de cédula profesional de abogado pero se ostenta como tal. Esto
constituye un delito gravísimo que reclama su retiro del cargo y ser procesado,
en los términos del artículo 101, fracción III de la Constitución de Michoacán.
¿Cómo puede perseguir el delito quien incurre en la violación de la ley? En la
Secretaría de Seguridad Pública, la secretaria técnica, Adriana Ávila Romero,
es licenciada en mercadotecnia. No se tiene una experta en seguridad, sino a
alguien que se dedica a “vender” a la sociedad la especie de que las cosas van
bien cuando están mal.
Tercero. El sector educativo representó una de las “altas prioridades” de
Fausto Vallejo. El equipo humano y su pobreza intelectual lo que asegura son
resultados catastróficos. En efecto, la secretaria de Educación cuenta apenas
con una licenciatura en educación media. La subsecretaria, María Esther Dagio,
se presenta como “licenciada”, pero carece de cédula profesional. Sólo uno de
los asesores cuenta con estudios universitarios. La directora de Educación
Elemental, Delia Anaya Sánchez, no concluyó estudios profesionales. El director
de educación superior, Francisco Javier Hurtado Cabrera, es ingeniero en sistemas
y no tiene idoneidad con el perfil del puesto. El director de
Profesionalización Docente, José Ramírez Guzmán, es el único que tiene en su
haber estudios de posgrado relacionados al cargo. La directora de Evaluación
Educativa, Norma Isela Arreola Cisneros, no tiene cédula profesional. El
director de Educación Indígena, Ramón Rojas Rangel, se presenta como
“licenciado”, pero la SEP no tiene registros de él y, por ende, no tiene cédula
profesional. Los otros cuatros directores vinculados con el área administrativa
tampoco disponen de credenciales universitarias de ningún tipo. Y como es
divisa de Vallejo, la directora general del Consejo Estatal de Ciencia y
Tecnología, Esther García Garibay, la “doctora”, tampoco tiene cédula
profesional, ni de licenciatura. ¿Y estos son los mejores perfiles que prometió
Vallejo? Es evidente que jamás podrán enseñar lo que no saben, condenando a
niños, jóvenes y adultos a ser, en el mejor de los casos, analfabetos
funcionales. El mundo al revés.
Cuatro. Se ha dicho que Michoacán está urgido de dinero porque aparentemente
quien fue gobernador en el periodo pasado dejó las arcas vacías. Para enfrentar
esta situación de crisis y necesidad de recursos, Fausto Vallejo ha tomado
decisiones ante las que uno no sabe si llorar o reír. En efecto, la
importantísima Secretaría de Finanzas y Administración tiene también el sello
de la casa. Su titular, Luis Miranda Contreras, carece de cédula profesional; y
el subsecretario de Finanzas, Roberto Villa Lemus, quien se presenta como “ingeniero”,
así como el director de Ingresos, Aurelio Montiel Ángeles (el “licenciado”), se
encuentran en la misma situación.
Con este equipo digno de Vallejo pero indigno de los michoacanos, ¿qué futuro
le puede esperar al estado? Es lógico que la falla estructural existe de la
cabeza a los pies. La directora de Auditoría del Sector Central de la
Contraloría del Estado, María Bertha Quintana León, la “contadora pública”, no
tiene cédula profesional. La asesora de la Contraloría, Teresa Gutiérrez
Cortés, la “licenciada”, tampoco. ¿Cómo pueden vigilar que se cumpla la ley que
ellas mismas son las primeras en violar? El próximo 1 de julio se efectúan
elecciones para la Presidencia Municipal de Morelia. Hay tres opciones, y una
de ellas, la del candidato del PRI-PVEM, Salvador Abud Mirabent, cercanísimo a
Fausto Vallejo, está en la misma ruta hacia el mundo de las cavernas. Esto es sólo
la punta del iceberg de una disfunción de las instituciones de Michoacán que no
debería existir más.
Cabe señalar que todos los datos profesionales fueron validados en la SEP y
protocolizados ante la fe de un notario público quien sí tiene cédula profesional
de licenciado en derecho y patente en regla, como debería ser en todos los
casos.
evillanueva99@yahoo.com
Twitter: @evillanuevamx
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