López Obrador y su ejército antifraude
No piensa confiarse, como afirma que lo hizo hace seis años. Ahora el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador y su equipo de campaña han puesto a punto un “ejército” de personas que vigilarán todas las casillas del país para evitar un fraude en el proceso electoral del próximo 1 de julio. Son más de 400 mil voluntarios que ya están listos y se sumarán a la estructura de vigilancia del PRD y a la de las redes sociales.
En 2006 la gran falla de su estrategia fue confiarse y haber dejado sin vigilancia miles de casillas el día de la elección. Seis años después Ricardo Monreal, coordinador de la campaña de Andrés Manuel López Obrador, advierte que eso no volverá a ocurrir: asegura que con un “ejército” de más de 400 mil simpatizantes se cubrirán todas las casillas del país para evitar un fraude el próximo 1 de julio.
“La historia no se repetirá”, ha dicho el candidato de las izquierdas quien informó que hasta el pasado 31 de mayo se habían destinado 100 millones de pesos a la promoción y defensa del voto, de un total de 186 millones 209 mil 847 pesos que ha recibido para su campaña por parte del Movimiento Ciudadano y los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y del Trabajo (PT).
Al cierre de esta edición Ricardo Monreal aseguró que ya estaba listo el ciento por ciento de la estructura de vigilancia que consta de cientos de miles de adherentes al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que tendrán cobertura de parte del Partido del Trabajo y del Movimiento Ciudadano. Además el PRD desplegará una segunda organización de vigilancia.
Monreal afirma que habrá una tercera instancia: las redes sociales que por primera vez actuarán en un proceso electoral haciendo una labor de centinela, usando teléfonos celulares y cámaras de video para difundir de inmediato las eventualidades e irregularidades que pudiera haber en las casillas.
Sin embargo el legislador reconoce que estas tres redes de vigilancia podrían no ser suficientes para detener todos los intentos de fraude, porque en las zonas rurales el PRI ya comenzó su estrategia de comprar a representantes de casilla y escrutadores, ofreciendo dinero a cambio de que dejen su labor el día de la elección.
(Extracto del reportaje que se publica esta semana en la revista Proceso 1860, ya en circulación)
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