Carlos Fernández-Vega
México SA
Fisco y depredación
Impuestos selectivos
Sociedad más atenta
Todavía en funciones de secretario de
Hacienda, allá por septiembre de 2009, Agustín Carstens aseguró ante diputados
de la Legislatura entrante, la LXI, que en materia impositiva el inquilino de
Los Pinos y la propia dependencia responsable de los ingresos nacionales definitivamente
no estamos protegiendo intereses ni otorgando privilegios fiscales. Lo repitió
su sucesor, el brillante y articulado Ernesto Cordero, y antes del doctor catarrito,
palabras más o menos, en el mismo sentido se pronunciaron seis titulares del
ramo (de Gustavo Petriccioli, con Miguel de la Madrid, a Francisco Gil Díaz,
con Vicente Fox).
Año tras año, cuando menos en los pasados 30,
se escucha tal pronunciamiento por parte del titular de Hacienda en turno, pero
también año tras año se documenta, y no gracias a la apertura informativa del
gobierno federal, que en realidad si algo hacen en Los Pinos y en la SHCP es,
precisamente, proteger intereses y otorgar privilegios fiscales. No es novedad,
pero “la Auditoría Superior de la Federación informó a la Cámara de Diputados
la persistencia de la práctica de devolución de impuestos a grandes
contribuyentes. De la recaudación de las grandes empresas en el país (…) fueron
reintegrados 174 mil 228 millones a 2 mil 550 importantes consorcios. En su
informe de la cuenta pública de ese año, el ente fiscalizador ubicó las
devoluciones en los sectores cementero, minero, producción de vehículos
automotores, refresqueras, cerveceras, maquiladoras de electrodomésticos,
alimentos enlatados, cigarreras y empresas telefónicas” (La Jornada, Enrique
Méndez y Roberto Garduño).
Eso fue en 2010 (la revisión de la cuenta
pública registra dos años de retraso), pero sirva lo siguiente para comparar
los avances registrados en la materia, y confirmar que en Los Pinos y en
Hacienda no se protegen intereses ni se otorgan privilegios fiscales: de 2001 a
2005, la Auditoría Superior de la Federación detectó que el saldo de los
créditos (adeudos) pasó de 27.9 a 35.1 por ciento de los ingresos ordinarios
del gobierno federal; determinó que 298 deudores acumularon 20 mil 717 créditos
fiscales; que 15 grandes contribuyentes contaban con más de 100 créditos
fiscales cada uno y, de ellos, seis registraron más de 300.
Además, constató que tres bancos
concentraron 780 créditos por 28 mil 623 millones de pesos, y un solo banco 683
créditos por 24 mil 918 millones; en el ramo de la construcción, 14 empresas
con 235 créditos adeudaban 9 mil 881 millones y las obligaciones que adeudaban
tres de ellas, con 57 créditos, equivalían a 40.7 por ciento de dicho monto; 11
ingenios azucareros, con 739 créditos, adeudaban 8 mil 267 millones, y cuatro
de ellos concentraban más de la mitad de los créditos y montos mencionados; en
el ramo de transportes, dos empresas registraron mil 60 créditos por 5 mil 780
millones; en materia de entretenimiento y comunicaciones, cuatro clubes de
futbol, con 79 créditos, adeudaban 2 mil 179 millones; una compañía editorial,
con 40 créditos, debía 2 mil 675 millones, y dos cadenas televisivas
registraron créditos por mil 522 millones. Se detectaron contribuyentes con
créditos fiscales que, en 2005, obtuvieron devoluciones de impuestos por parte
del SAT.
En 2005, como en 2010, entre los
beneficiarios aparecían bancos, grandes constructoras, transportistas, clubes
de futbol, una compañía editorial, dos cadenas televisivas, un partido político,
consorcios de entretenimiento y comunicaciones, mineras, cerveceras,
refresqueras, cementeras, telefónicas y otros grandes contribuyentes. Y ¿qué
hizo el inquilino de Los Pinos y el doctor catarrito para confirmar
que no protegen interese ni otorgan privilegios? Sencillo: a principios de
abril de 2007, la Secretaría de Hacienda publicó un acuerdo (JG-SAT-IE-3-2007)
en el Diario Oficial de la Federación, por medio del cual autorizó la condonación
total o parcial de los créditos fiscales, es decir, los documentados y
denunciados por la Auditoría Superior de la Federación, o lo que es lo mismo,
les permitió no pagar sus adeudos al fisco.
Para redondear el panorama, días atrás (La
Jornada, Elizabeth Velasco) se informó que “el pleno del Instituto Federal
de Acceso a la Información y Protección de Datos (Ifai) ordenó por cuarta
ocasión al Servicio de Administración Tributaria (SAT) que difunda los nombres
de las 679 mil 35 personas físicas y morales que resultaron beneficiadas con la
cancelación de los créditos fiscales en 2007, por un monto de 73 mil 960
millones de pesos. Por mayoría de votos, los comisionados del Ifai retomaron el
criterio de máxima publicidad que ese organismo asumió contra el SAT en 2009 y
2010 (en sus recursos 6030/09, 3880/10 y 7806/10), y a la par ordenaron
difundir el número de crédito, los motivos de la generación y cancelación del
crédito fiscal y el monto. Con ello, dejaron sin efecto la reserva que
nuevamente había establecido el SAT por 12 años, con el argumento de que
revelar los nombres de las personas beneficiadas afectaría la protección de
datos y el secreto fiscal que está ‘obligado a tutelar’”.
Lástima que por razones de secreto
fiscal (eso es lo que aducen) el gobierno federal no difunde los nombres
de los grandes consorcios que beneficia con la devolución y condonación de
impuestos, pero en este México de monopolios y oligopolios no es difícil
descifrar de quiénes se trata. Por ejemplo, la Auditoría Superior de la
Federación documentó los casos de dos empresas televisoras, justo en un
país donde existe un robusto duopolio en ese sector, al igual que en el
cervecero y el refresquero. ¿Grandes constructoras? ¿Telefónicas? ¿Cementeras?
¿Empresas de entretenimiento? ¿Mineras? Adivinen quiénes son, que sólo les
tomará unos cuantos segundos, mientras ven los canales de Televisa y Tv Azteca,
se toman una cerveza o un refresco de las empresas Modelo o Femsa, hablan por
su celular Telcel o por el fijo de Telmex, contratan a ICA para que les
construya su jacal con productos de Cemex, o se enteran de cuantos trabajadores
fueron reprimidos y/o resultaron muertos en el Grupo Minero México, y etcétera,
etcétera.
Las rebanadas del pastel:
Y después salen a decir que no les cuadran
las cuentas. Pero será permanente, porque parte del problema es que la mayoría
de los ciudadanos sólo están atentos al tema electoral; parece que no tienen
más ojos ni memoria que para el asunto de las elecciones, del que están
informados al minuto. Pero los ojos ciudadanos deben estar atentos
permanentemente y tener un campo visual muchísimo más amplio, no sólo porque lo
narrado en este espacio es un asunto recurrente que a todos daña y a muy pocos
beneficia, sino porque concluido el proceso electoral suele pasar que nadie se
acuerda de nada… hasta el siguiente proceso electoral.
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