Jorge Camil
La violación de leyes electorales es
síndrome de presidentes panistas. Pero hay diferencias. Fox necesitaba un
panista que les cuidara las espaldas…a él y a Marta, la pareja
presidencial, porque en las revistas del corazón comenzaban a aparecer
fotos e historias del rancho multimillonario y de los hijos de Marta. En 2006,
en un artículo de La Jornada titulado Un Presidente, dos
Méxicos (bit.ly/I7obQX), escribí
que “a mitad del sexenio, frustrado por la falta de oficio político y su
fracaso administrativo… Fox tiró la toalla y se dedicó a preparar la sucesión;
se dejó llevar por… la intriga y las jugadas de ajedrez. Utilizó el presupuesto
para hacer campaña y maniobró con asesores y consultores extranjeros para
instalar al sucesor”. Su legado fue desgobernar y dividir, crear un país de
ilusiones ópticas donde alternancia se vendía por democracia y estabilidad
financiera pretendía pasar por guerra a la pobreza.
Ahora Calderón intenta
lo mismo. Pero esta vez el peligro para México está del lado suyo,
incrustado entre la inseguridad galopante y los 60 mil muertos; un peligro
desatado por él, que se convirtió en guerra civil, y que en sus propias
palabras estuvo a punto de ponernos de rodillas. Su autoritarismo, su
panismo intransigente y el proceso pendiente ante la Corte Penal Internacional
le hacen imposible aceptar la derrota. ¡Sálvese quien pueda!
En 2006 el Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) pudo actuar como
contrapeso del Ejecutivo. Pero los magistrados, apoyados en legalismos,
calificaron las intervenciones ilegales de Ugalde, consejero presidente del
IFE, Fox y el Consejo Coordinador Empresarial como hechos aislados que no
fueron determinantes; concluyeron que la campaña paralela de Fox fue una
irregularidadque pudo haber anulado los comicios, pero que existían circunstancias
atenuantes. Por eso en su último informe le impidieron el acceso al Palacio
Legislativo, acusado dedelincuente electoral. Ofendieron la investidura
presidencial, reclamó. Una pobre investidura que su frivolidad ya había dejado
bastante maltrecha.
Hoy el IFE va por igual
camino. Analizó las cartas promocionales enviadas por el SAT a millones de contribuyentes
cumplidos con la firma de Calderón, concluyendo que el mandatario afectó
la equidad de la contienda electoral y violó el artículo 134 de la
Constitución, pero que se encuentra investido de una inmunidad casi total,
porque el artículo 108 sólo permite castigarlo por traición a la patria y
delitos graves del orden común. ¡Buenas noticias! Calderón tiene ahora licencia
para matar…
Alejandro Poiré se
declaró confundido. ¿Cuándo no? Dijo que aquí pasa algo extraño. No
entiende por qué el gobierno no puede comunicarse con los ciudadanos para agradecerles
sus contribuciones fiscales (bit.ly/HX2qaT).
Como si fuesen gentiles donaciones en vez de obligaciones. Lo extraño es que
desconozca que la Constitución exige aplicar los recursos públicos sin
influir en la equidad de la competencia entre los partidos políticos.
Sebastián Lerdo de
Tejada, representante del PRI, le aclaró el misterio: “tenemos un Presidente…
claramente decidido a entrometerse en el proceso electoral, y un partido en el
gobierno… con la intención de polarizar a la sociedad”. Recordé septiembre de
2006, cuando, en su obsesión por detener a López Obrador, Fox y el PAN
polarizaron a la sociedad. Hoy, merced a sus violaciones al código electoral,
continuamos atrincherados en los extremos, y con el PAN intentando detener la
locomotora millonaria de Peña Nieto con frases gastadas de Antonio Sola.
Asesorado por
publicistas extranjeros, Calderón descubrió que con explicaciones mediáticas
puede hacer lo que quiera, como retar a la autoridad electoral y encontrar
rendijas para influir en el proceso (así lo advirtió Lerdo de Tejada). No
entiende que se ha convertido en el abanderado de un principio político muy
peligroso: el fin justifica los medios. ¿Cómo explicar su despedida en
el Auditorio Nacional? En un acto de cobertura nacional inauguró la campaña
panista, y esperó hasta el último día de la veda electoral para
mostrar al país las virtudes de su guerra fallida; explicó cómo salvó a
México. Es posible que su adiós no haya violado la letra de la ley, pero sí el
espíritu. Pero a él eso lo tiene sin cuidado…
Hace poco apareció un
video de Josefina felicitando al polémico publicista Antonio Sola por el
aniversario de su empresa. Sola, que hasta ese momento no era reconocido
oficialmente como parte de la campaña, aparece en un avión al lado de Calderón.
Josefina, zalamera, explicó que no podría entender la campaña de Calderón
en 2006 sin Sola. Lo describe poéticamente como constructor de libertad y
de esperanza: (bit.ly/JgyfMZ).
Seis años después
reconocen la participación del español, hoy naturalizadomexicano, en la
sucia campaña contra López Obrador en violación de la Constitución. Si Sola,
que contribuyó a frustrar nuestra transición democrática, es constructor
de esperanza, ¡Dios nos ampare de la presidenta Josefina!
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