Razonar voto, insta AMLO en la Ibero; lo despiden con “¡presidente, presidente!”
Ante cientos de estudiantes que abarrotaron el auditorio Sánchez Villaseñor de la Universidad Iberoamericana, el candidato de las izquierdas Andrés Manuel López Obrador llamó a los universitarios a informarse sobre las propuestas de los candidatos presidenciales y no dejarse llevar por la mercadotecnia.
De no razonar su voto, advirtió, se repetirá el éxito de las “campañas negras”, como la de 2006, en que a la ciudadanía le “metieron hasta el tuétano” la idea de que era “un peligro para México”.
“Debe saberse que los que mandan en el país tienen el control de la mayoría de los medios de comunicación y esto es importantísimo, porque ya no dominan con la fuerza, sino con la manipulación.
“Ellos hicieron una leyenda negra en contra de nosotros. Todavía hay mucha gente que cree que somos un peligro para México, se lo metieron hasta el tuétano”, dijo entre aplausos de los asistentes.
Afuera del auditorio, López Obrador también era escuchado por cientos de estudiantes que ya no alcanzaron lugar dentro de esa sala.
Les dijo que el voto es la única arma con la que cuentan para hacer que las cosas cambien, ya que “desde algunos medios de comunicación –no dijo cuáles— se trata de imponer al próximo presidente de la República, como un acto de mera mercadotecnia.
“Hay que informarse sobre las trayectorias de los candidatos. Hay que tener información sin prejuicios, abrirnos para que se vote de manera correcta, no dejarnos manipular. Ustedes, como jóvenes, son más inquietos, preguntan más y no son fáciles de manipular”, dijo ante la pregunta de un universitario, quien le preguntó por qué quienes aún no se definen por un candidato deberían darle su voto.
El tabasqueño añadió que si gana un candidato impulsado desde los medios, sería una muestra de que la manipulación funciona.
“Se quiere suplantar el derecho del pueblo de elegir libremente a su autoridad, en este caso al presidente, con lo mediático. Sería terrible, sería una aceptación de que funciona la manipulación”, subrayó.
López Obrador fue ovacionado en varias ocasiones, contestó tranquilo y pausado a todas las preguntas que le formularon.
Una estudiante de Relaciones Internacionales lo increpó sobre su falta de congruencia al decir que no aceptará la corrupción en su gobierno, mientras que en su partido, el PRD, “hay gente corrupta”.
Sereno, López Obrador reiteró que no tolerará la corrupción y se volvió a deslindar de su exsecretario particular, René Bejarano, protagonista de los ‘videoescándalos’ que, dijo, fueron promovidos por el expresidente Carlos Salinas y el exsenador panista Diego Fernández de Cevallos.
“Dijeron ‘ya lo tenemos’, pero no, yo no soy así”, señaló y de nuevo arrancó aplausos.
En cuanto al tema educativo, el candidato de la coalición Movimiento Progresista, quien inauguró la pasarela de presidenciales en la Ibero, sostuvo que no está en contra de la enseñanza privada, pero pondrá el acento en la educación pública superior.
El dos veces aspirante presidencial se refirió en específico a los 120 mil jóvenes que realizaron su examen de admisión en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero sólo se admitió a menos de la décima parte. En cifras, añadió, 110 mil “se quedaron fuera”.
Al respecto, el tabasqueño puntualizó:
“No es cierto que no pasen el examen de admisión. Es que no hay cupo en la universidad por falta de recursos. Esto ha sido irresponsable porque se ha orillado a los jóvenes a las conductas antisociales”.
Asimismo, dijo que respeta a quienes deciden estudiar en una universidad privada o tienen el poder adquisitivo para hacerlo. Pero hay gente trabajadora que no tiene recursos, acotó.
“De cada diez trabajadores, siete ganan tres salarios mínimos” y, con la reforma laboral, se pretende pagar siete pesos la hora de trabajo, “no alcanza ni para el pasaje”, deploró.
El aspirante presidencial también abordó los temas de seguridad, economía, educación, política y trabajo que interesan a los jóvenes.
Respecto de las llamadas reformas estructurales, en específico la energética, fiscal y laboral, López Obrador declaró que no está en contra de ellas, siempre y cuando sean justas.
“Vamos a hacer un trabajo de convencimiento. Muchas veces se atoran las propuestas porque no son propuestas de la gente”, indicó.
El moderador del encuentro pidió al candidato de izquierda que describiera cuál considera que es su principal virtud y cuál es su principal defecto.
Sobre la primera, respondió que la congruencia es parte de su forma de ser.
En cuanto a sus defectos, afirmó que sus críticos saben mejor que él, “que si me como las eses, dejémoslo a ellos mejor”, dijo y soltó en risas contagiando al auditorio.
Un estudiante preguntó cómo evitaría un fraude como el de 2006. Otra más cómo combatiría los monopolios y una más cómo logrará el desarrollo económico sin aumentar los impuestos.
Sobre el primer punto, López Obrador sostuvo que respeta a quienes creen que en 2006 hubo una elección limpia, pero sostuvo que tiene pruebas para documentar el fraude.
Si se hubiera respetado su triunfo, consideró, el ejemplo de nación sería México, no Brasil.
Los estudiantes aplaudieron igual cuando sostuvo que hace seis años ganó la elección presidencial pero sus adversarios no respetaron el resultado.
López Obrador habló en tono afable, mesurado ante los universitarios hijos de familias adineradas, en su mayoría. Otros más disfrutan de una beca o aprovechan la oportunidad para avanzar en la escala social. Los estudiantes respondieron igual, con aplausos afectuosos y gritos de respaldo al tabasqueño.
A su salida del auditorio, el moderador solicitó a los alumnos que hicieran un espacio para que el candidato pudiera salir rápido, pues debía llegar a las 19:00 a una entrevista en CNN.
Eso no impidió al aspirante presidencial estrechar manos de quienes lo aplaudieron, firmar libros y tomarse fotos con quien se lo pidió, en medio de gritos de “¡Presidente! ¡Presidente!”.
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