Carlos
Fernández-Vega
México SA
Temporalidad y depredación
Banca: capital exportado
El saqueo va: ¿hasta cuándo?
Concebida –según la versión oficial– como una
medida de capitalización temporal del sistema bancario mexicano, en los
albores de 1995 el gobierno de Ernesto Zedillo, junto con sus legisladores,
modificó la ley respectiva para liberar las restricciones que
impedían la participación del capital extranjero en el sector financiero otrora
nacional. La temporalidad de tal disposición provocó que en el
sexenio del bienestar de la familia tal participación se incrementara
en 2 mil 300 por ciento, para que en la administración subsiguiente se elevara
a 8 mil 900 por ciento. Así, a la vuelta de los años –no muchos, por cierto–
las trasnacionales del ramo se quedaron con 90 por ciento de las instituciones
bancarias y se apropiaron del sistema financiero que temporalmente vinieron
a capitalizar.
Tan brillante decisión
–de los gobiernos de Zedillo y Fox– y tan heroica acción –de las trasnacionales
financieras– provocaron no sólo la pérdida de soberanía financiera, sino que
promovieron el asalto a los usuarios de la banca y la permanenteexportación de
capitales, vía remisión de utilidades –que no son pocas–, por parte de los
grandes corporativos bancarios a sus respectivas matrices, entre tantas otras
gracias. Todo ello sin olvidar el saqueo de los mexicanos por medio del
Fobaproa. Así, con unas cuantas modificaciones legales, México se
convirtió en un paraíso para el capital financiero, y en una pesadilla para sus
habitantes.
Todo ello fue cocinado y
servido en bandeja de plata en un breve periodo (1995-2004): Zedillo lo inició,
Fox metió el acelerador a fondo y Calderón lo mantuvo intocado. En el gobierno
del cambio se extranjerizaron los grandes bancos otrora mexicanos,
Banamex y Bancomer (cuyos dueños, los resultantes de la reprivatización
salinista, no pagaron un solo centavo de impuestos; entre ellos Roberto
Hernández. Alfredo Harp y Lorenzo Zambrano, en el primer caso; Eugenio Garza
Lagüera, en el segundo) y se puso la cereza al pastel: el capital financiero
trasnacional se quedó con 90 por ciento del sistema financiero, el cual se
convirtió en una afinada máquina de hacer dinero, sin contribuir al crecimiento
económico ni al desarrollo nacional.
Ese es el rápido balance
de 17 años de historia bancaria en México y sus ingratas consecuencias para el
país, su desarrollo y su gente. Como se ha comentado en este espacio, junto con
Carlos Salinas y Pedro Aspe, Ernesto Zedillo y Vicente Fox abrieron la puerta a
la jauría de especuladores (amigos del régimen, desde luego) que
mayoritariamente se quedó con la banca estatizada y la destrozó; Zedillo operó
elrescate bancario y al servicio de los barones puso el Fobaproa, y junto
con Fox alimentó el monstruo trasnacional que engulló al sistema mexicano de
pagos, el mismo que ahora es necesario y urgente regresar a la jaula.
Lo anterior no es
novedad, pero sólo hasta ahora es que surgen las quejas de influyentes personajes
de la política y las finanzas, en el sentido de que la extranjerización de la
banca resultó totalmente contraria a los intereses nacionales; que el negocio
bancario en México ha sido increíblemente rentable para las
trasnacionales financieras, que los ahorros internos se utilizan para
recapitalizar a los bancos extranjeros, privando a México de recursos, en el
entendido de que 70 por ciento de las utilidades netas obtenidas aquí por tales
consorcios se remite a sus respectivas matrices (españolas y estadunidenses,
fundamentalmente).
No es novedad, pues,
pero por qué hasta ahora se denuncia todo esto, ya con el puñal clavado hasta
el fondo. ¿Por qué no se detuvo a tiempo? Es como el caso de Wal-Mart, por
citar un ejemplo: lleva dos décadas saqueando a los consumidores y explotando a
sus trabajadores, y sólo a raíz de una denuncia publicada en un medio foráneo
se reacciona –de forma más mediática que real– para exigir que seinvestiguen las
tropelías de la trasnacional, mientras el gobierno calderonista no sabe si
le corresponde investigarlas o no (procuradora Marisela Morales dixit).
Es común que la supuesta autoridad diga esa barbaridad, pero ¿por qué
la sociedad mexicana es tan lerda para exigir sus derechos?
El pasado sábado se
comentó en este espacio la declaración del director general del Grupo
Financiero Banorte, Alejandro Valenzuela, de que los bancos extranjeros
con actividades en México están ordeñando al país; el hecho de que esas firmas
foráneas pagan a sus accionistas dividendos en proporción tres veces mayor que
los bancos de capital nacional, ha significado una reducción en la oferta de
financiamiento a la economía mexicana. Las filiales de bancos extranjeros en
México pagan a sus accionistas un dividendo por el equivalente, en promedio, a
70 por ciento de las ganancias que obtienen aquí, aunque en algún caso el
dividendo equivale a 130 por ciento de las ganancias (La Jornada,
Roberto González Amador).
Bien por la advertencia,
pero la alerta de Valenzuela llega un tanto tarde: las trasnacionales
financieras llevan años saqueando al país. La información se publicó en el
México SA del pasado sábado: en el periodo 2001-2011 la totalidad del sistema
bancario que opera en México reportó utilidades netas por poco más de 517 mil
millones de pesos, de ellos, cerca de 400 mil millones, en números cerrados, se
quedaron en la española BBVA-Bancomer (151 mil millones), la estadunidense
Citi-Banamex (116 mil millones), la también española Santander (82 mil millones),
la canadiense Scotiabank (27 mil millones) y, desde 2003, la británica HSBC (23
mil millones). Si se considera la información aportada por el directivo de
Banorte, de esos 400 mil millones de pesos obtenidos en México, alrededor de
280 mil millones (unos 21 mil millones de dólares) fueron remitidos a sus
respectivas casas matrices. Y de ellos, el 67 por ciento llevan la firma del
BBVA-Bancomer y Citi-Banamex.
En efecto, la banca
extranjera en México está ordeñando al país, pero esta terrible situación
no se da a partir de 2012. Lleva años, y son muchas las trasnacionales que
saquean a la nación, no es actividad exclusiva de la banca. Sólo hay que
recordar el caso minero. Pero nadie dice nada, ni reclama nada, ni hace nada.
¿Hasta cuándo?
Las rebanadas del pastel
Mariano, el terminator, Rajoy no
quita el dedo del renglón: destrozar a los españoles de a pie para maximizar
las ganancias de los barones de su tierra. Contra lo que planteó en su campaña
electoral, ahora aumentará el IVA y reducirá las cuotas sociales que por ley
deben pagar las empresas. Así que, españoles ¡reaccionen o huyan!... Un enorme
beso cumpleañero, con abrazo generoso, para la amadísima dueña de mi sistema
cardiaco.
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