Calderón despotrica para justificar su mal gobierno
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
En su huída, apurando el trago amargo del final de su mal gobierno, Calderón desbarra con disparates, barbaridades e insultos cada vez que agarra el micrófono, ignorando que hay, aunque sean limitados en su eficacia, los pesos y contrapesos en el régimen presidencial que conocemos como separación, de poderes. Y no sabe que la democracia, por elemental que sea, y el republicanismo por poco que funcione, son contrapesos a quien por sus arranques autocráticos, quiere imponer su voluntad. No sabe, por ignorante, que es necesario negociar y hacer transacciones para obtener los fines políticos, económicos, sociales y culturales. Y está furioso contra el Congreso de la Unión, porque algunas de sus iniciativas de ley, para el cambio estructural laboral, sobre todo la que busca degradar a los trabajadores y derogar el Art. 123 constitucional, de las conquistas obreras, no han sido aprobadas. Calderón hubiera querido que sólo “sus chicharrones truenen”.
Y se fue a insultos contra los diputados federales y senadores (pero no a los del PAN), a quienes no supo convencer pues los trató como si fueran sus empleados y no los representantes de la Nación, que no son “una perita en dulce” y, aprovechando su papel de contrapeso, dejaron para nuevas discusiones varias iniciativas de Calderón, quien diciendo barbaridades se desahoga de que su mal gobierno provocará la derrota del PAN, pues en las urnas se cobrarán los ciudadanos el desastre que ha dejado. Y puesto que odia al PRD y al PRI, no tiene más opción que suspender las elecciones.
Para justificar su fracaso, ha insultado al Congreso Federal y lo culpó, como religioso que es y no un político que los hubiera responsabilizado, de que no hay reformas y contrarreformas para privatizar a Pemex, despojar a los trabajadores de sus conquistas (muy mermadas por la derechización del régimen panista) e imponer una legislación sobre seguridad que cancele derechos y garantías, para que la autoridad tenga vía libre y legal para cometer abusos, sin importar los medios democráticos, acelerar la masacre sangrienta, para competir con los sicarios de la delincuencia organizada y ver quién asesina más.
Su enfrentamiento contra diputados y senadores aviva más la violencia para, me parece, suspender las elecciones y meter a la Nación en un conflicto político de consecuencias devastadoras. El poder presidencial no quiere respetar el contrapeso legislativo. Quiere someter a los legisladores con el puño cerrado del autócrata, en lugar de negociar por los conductos institucionales, para que las iniciativas se aprueben o desechen, como lo permite el estira y afloja de los pesos y contrapesos del ejercicio de los poderes Ejecutivo y Legislativo del Estado Federal. Calderón quiere un Estado Unitario para, como un déspota, imponer su voluntad. Se hace ilusiones autoritarias, antidemocráticas y antirrepublicanas. Y al darse de topes contra la realidad política, despotrica y se deslengua expresando tonterías y estupideces que aumentan la violencia política y la agregan a la violencia de la sangrienta inseguridad.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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