Astillero
Héroe de héroes
GGLuna se evalúa
Policías “líderes”
Giras de Ebrard
Ha de reconocerse el sentido de compensación solidaria que ciertos personajes públicos proveen a la escena nacional cuando por agotamiento, rutina o incapacidad decae la producción de disparates de los otros. Ya el sobrexplotado Ernesto Cordero a nadie conmueve con sus confesiones de pantalón corto de que desde niño había soñado con ser presidente (cosa que, por lo que se ve, nadie había detectado antes de Felipe Calderón) o con su más reciente gag al asegurar con solemnidad digna de mejores parlamentos que él no es el candidato oficial de Los Pinos. Tampoco se estremece el público al enterarse de que, en una farsa justiciera más, ha sido detenida quien era jefa de guarderías del Seguro Social en los tiempos infaustos de la ABC (mientras los jefes de esa jefa, y los familiares de otra Jefa, siguen tranquilamente libres). Y por más esfuerzos argumentales y de imagen que hace el rector de la UNAM, en campaña de posicionamiento del carpicismo, no prende mayor cosa el plan de seguridad pública que pretende convertir en sustituto oficial de movimientos, campañas y líderes “ciudadanos”. Bueno, ni Peña Nieto provocó gran escándalo a la hora de confirmarse como presunto beneficiario de la frase dorada del salinismo que para justificar imposiciones llamaba a no hacerse bolas ante una realidad dada.
En esos momentos de planicie declarativa, cuando resurgen en el consejo político nacional del PRI ex gobernadores y políticos de catálogo jurásico como enjundiosos promotores de cambios y modernización o cuando Calderón impunemente dice que la impunidad es una de la mayores afrentas a los ciudadanos, es cuando ha de agradecerse que irrumpa en escena el nunca bien valorado Genaro García Luna. Allí está el secretario federal de (in) seguridad pública practicando la sonrojante suerte de autoelogiarse a través de subordinados suyos a los que calificó de héroes y líderes, convencido él, Genaro, y convenciendo a otros, el resto de los mexicanos, de que tales virtudes cívicas de 135 policías federales (que ningún demérito deben tener en razón de los malabarismos de oportunidad de su superior) pueden ser trasladadas a la cuenta personal del reconocido productor cinematográfico y televisivo.
Cierto es que, luego del éxito de taquilla en contra (es decir, no por lo que se recibió sino por lo que se erogó) de la más reciente de sus producciones de ficción, la serie televisiva El Equipo, el cineasta García Luna ha de sentirse con derecho a escalar en sus pretensiones de fabulación. Meses atrás también demostró las habilidades de escapismo que le permitieron aceptar en Colombia una condecoración sin permiso del Congreso mexicano y, alegando que la había recibido en mera custodia (una especie de cárcel numismática preventiva), y dejando correr el sabido paso de la desmemoria colectiva a cuenta de peores escándalos siempre por venir, acabó sin mayor castigo que la provisional imposibilidad de lucir en público una peculiar medalla infractora.
Y, para completar el cuadro, ayer se hizo acompañar de la administradora de la DEA, como para demostrar a críticos y opositores que sí es cierta la vinculación extrema entre las agencias estadunidenses y ciertos mandos nacionales “aliados”. Frente a Michele Leonhart, que vino a “evaluar” el nivel y las formas de cooperación de la SPP mexicana, el ingeniero García Luna se lució. Habló maravillas de su propia obra, la actual Policía Federal, a la que declaró transformada y bien preparada, y luego pasó a decirles a esos agentes que “son ustedes los líderes que México requiere para transformar la seguridad en todo el país”, y que, dado que forman parte de un cuerpo integrado “con jóvenes de primera generación”, se podía atrever a “decir que son héroes para el país”. La profesora Leonhart tomaba nota de los avances, aunque fuera solamente en el libreto, de su asociado en México.
Astillas
Tan emocionados andan los panistas tundiéndole a Humberto Moreira por el endeudamiento contratado durante el lapso en que ha ejercido el poder en Coahuila (aunque en el último tramo colocó a un empleado obediente, a título de gobernador sustituto), que se olvidan de Marcelo de los Santos, quien hipotecó a San Luis Potosí, llegando al extremo de pedir en las últimas semanas de su administración un préstamo de mil 500 millones de pesos de cuyo uso y destino nada se sabe oficialmente hasta ahora. De los Santos endeudó a San Luis Potosí, gastó dinero público en obras que hoy están en el abandono, maquilló y acomodó cifras como contador experto en esos menesteres que es, y acabó recibiendo como premio calderonista ni más ni menos que la dirección de la asaltable Casa de Moneda, desde donde apoya abiertamente a Ernesto Cordero y busca una candidatura a senador. De la deuda marcelista y la impunidad permitida, el lánguido gobernador priísta actual, Fernando Toranzo, solamente emite de vez en cuando declaraciones y suspiros...
Marcelo Ebrard prepara una gira por varias partes del país para tratar de colocarse en mejor posición ante las encuestas de opinión que el PRD ha decidido realizar para postular a su candidato presidencial. Ebrard apuesta al universo abierto de votantes y busca colocarse como una opción moderna, viable y, sobre todo, “ciudadana”, no sujeta a partidismos. Andrés Manuel López Obrador, por su parte, y dado que en su programa permanente están las giras, acentuará lo relacionado con la organización del Movimiento Regeneración Nacional, Morena, que acabará siendo una opción, junto con el PT y la ex Convergencia en caso de que el perredismo le cierre las puertas mediante esas encuestas desde ahora colocadas por el lopezobradorismo bajo sospecha de infiltraciones de la “mafia del poder”...
Y, mientras Manlio Fabio Beltrones se ha reunido con la comunidad libanesa (entre ella, su económicamente más exitoso representante, Carlos Slim), y ha dicho que el país está cansado de monólogos, y que los cuatro ejes del desarrollo del país serían “empleo, empleo, empleo y empleo”, ¡hasta mañana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
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