miércoles, agosto 24, 2011

¡Que nos devuelvan la tranquilidad! : Virginia González Melgarejo

¡Que nos devuelvan la tranquilidad!
Mensaje desde la Plaza del Sol, Madrid
Virginia González Melgarejo


Vivir con certeza y tranquilidad es algo a lo que cualquier persona tiene derecho, pero en este momento en el país es justamente lo que hemos perdido, es una más de las infortunadas consecuencias que vivimos, gracias a las torpes decisiones tomadas por quienes conducen el país.

Lo ocurrido el sábado en la comarca lagunera durante la transmisión en vivo del partido Santos vs. Morelia le dio la vuelta al mundo, ver como los jugadores corrían despavoridos hacia una zona de seguridad, mientras los espectadores, sin saber lo que ocurría, se agazapaban para salvaguardar la vida de los estruendosos balazos que se escuchaban. La gente en esa región vive con temor e intranquilidad, pero no sólo ocurre ahí, desgraciadamente, hay estados en los que se les ha robado la tranquilidad a la gente: Chihuahua, Michoacán, Nuevo León, Tamaulipas, Guerrero, y últimamente en Veracruz, son víctimas de la violencia que día a día se incrementa, y paradójicamente desde el gobierno federal se informa que se sigue “debilitando” a la delincuencia, ésta va en aumento de manera exponencial en gran parte ya del territorio nacional. Es evidente que el vació de autoridad existente, lo ha llenado la impunidad y los delincuentes.



A las miles de personas que han perdido sus empleos les han robado la certeza, ahora no saben si el día de mañana mantendrán su trabajo, como sucedió con los mas de 40 mil trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, que de la noche a la mañana con una firmita, les cancelan el futuro, a ellos y a sus familias, o como a los miles de empleados de Mexicana de Aviación o aquellos que llegan a sus centros de trabajo y les informan que por situación económica se ha hecho un recorte de personal o que la empresa se ve obligada a cerrar, de ahí a la calle a la informalidad, sin la certeza de un futuro viable.

Ahora, ya ni siquiera podemos estar tranquilos en nuestro domicilio pues hasta él puede llegar, a media noche, un operativo policiaco e irrumpir violentamente, como fue el caso del allanamiento de la vivienda del poeta Efraín Bartolomé, y de varios vecinos suyos. Y que decir de las balas perdidas, que han cobrado numerosas víctimas, reconocidas cínicamente como “daños colaterales”. Pero eso si, desde su zona de seguridad, dentro de sus carros blindados o en sus mansiones escoltadas por cientos de elementos de seguridad, los que nos han aventado en este remolino, no cesan de “repudiar enérgicamente” los hechos, como si eso sirviera para algo.

Como sociedad, no debemos permitir que nos roben la esperanza, la tranquilidad y la certeza, es momento de alzar la voz, de exigir, de decir ¡Ya basta! Queremos que nos devuelvan la certeza y la tranquilidad con la que vivíamos en nuestro amado país. ¡Que caro ha pagado el país la usurpación!

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