JAVIER PUGA MARTÍNEZ
La construcción de paso a desnivel en la 2 Norte y el bulevar 5 de Mayo como parte de las obras del Viaducto Zaragoza provocaría un impacto negativo en el río San Francisco, y a su vez en la microcuenca hídrica de la ciudad de Puebla; además, generaría contaminación de aguas subterráneas y pondría en riesgo la salud de los habitantes de la zona aledaña, como los barrios de San José, Xanenetla, San Francisco y otros, al generar contaminación atmosférica.
Así lo señalaron Rosalva Loreto, Edmundo Gutiérrez y Esther Galicia, que ayer ofrecieron una rueda de prensa para expresar con fundamentos científicos e históricos por qué no debe realizarse este viaducto, y menos consolidarse la maqueta que la semana pasada presentó Antonio Gali, secretario de Infraestructura de la entidad, que proyecta un paso a desnivel en ese crucero.
Los investigadores de la UAP y del INAOE señalaron que cualquier obra subterránea que pretenda hacerse bajo la 2 Norte y el bulevar estará condenada al ataque de la humedad, así como de la acción de las sales minerales que contiene el agua de esa zona; señalaron que es necesario evaluar con seriedad las implicaciones técnicas y económicas de una obra de esa magnitud, sometida a condiciones extremas incluso de inundación.
Recordaron que en el lugar donde pretende Infraestructura hacer un paso a desnivel se encuentra el río San Francisco, del cual fue entubada su corriente superficial en 1966; sin embargo, en la micro cuenca existen diferentes manantiales y corrientes subterráneas de agua sulfurosa y dulce que permean continuamente hacia el antiguo lecho del río, y que no son contenidas por el entubamiento.
“La confluencia del bulevar 5 de Mayo y la 2 Norte es una zona con tendencia a anegarse durante la época de lluvias que dura casi la mitad del año... en la medida en que (el río) se ha destinado a ser el principal sistema de descarga residual, cualquier obra que interfiera con su funcionamiento corre el riesgo de contaminar a nivel atmosférico toda la zona, y a nivel freático mantos profundos del sistema acuífero de estas ecozona”, señalaron los investigadores.
Amenazas
En la conferencia con los medios locales también estuvo Sonia Espinosa, investigadora y perito del Centro INAH–Puebla quien denunció las prácticas intimidatorias en contra de los académicos de esta institución que también se han opuesto al viaducto.
Aunque se reservó su derecho a detallar cuáles han sido este tipo de amenazas, la académica del INAH reconoció que ella y algunos de sus compañeros han recibido llamadas telefónicas intimidantes.
“Los investigadores, arquitectos, trabajadores manuales y administrativos reiteramos nuestra exigencia al ayuntamiento de Puebla, al gobierno del estado y a las autoridades del INAH para demostrar su acatamiento a la ley y no afectar la Zona de Monumentos con obras como el Viaducto Zaragoza”, señaló Espinosa a través de la lectura de un comunicado.
Espinosa señaló a los tres niveles de gobierno que el patrimonio histórico no sólo sirve para obtener recursos de la Unesco, o para comercializarlo políticamente, sino que su presencia es fundamental “para aprender y mantener la memoria de las luchas por una sociedad igualitaria y democrática que deseamos construir. Ojalá su parca visión y pragmatismo les permita entender eso”, remató.
Los académicos señalaron que continuarán con este movimiento pacífico en contra de la obra, que presenta una serie de inconsistencias como la falta de un proyecto ejecutivo, permisos municipales fuera de la norma y un costo de 210 millones de pesos por cada uno de los ocho kilómetros que abarcará.
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