DESFILADERITO
Jaime Aviles
¿Tendremos gobierno interino?
Tras el acopio de pruebas –tarjetas de
Soriana y de teléfonos, blanqueo de dinero por medio de Monex, la Operación
Maletas llevada a cabo por gobernadores priístas y el hallazo de boletas
electorales marcadas a favor del PRI tres días antes de los comicios-- y luego
de comprobar que el IFE no limpió en absoluto el resultado durante el llamado
“reconteo”, Andrés Manuel López Obrador solicitó ayer que se invalide la
elección del pasado primero de julio.
El juicio que entablará contra el PRI y
Enrique Peña Nieto ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF o Trife) contará con el respaldo de millones de ciudadanos
que podrán firmar la demanda en las plazas públicas de todo el país. El
principio constitucional que fue negado por los priístas es aquel que señala
que una elección debe ser equitativa.
La que sufrimos, dos domingos atrás, no
lo fue ni de chiste. El número de espots en radio y televisión a favor de Peña
Nieto, los miles y miles de carteles con su foto que tapizaron prácticamente el
país, la manipulación que las televisoras llevaron a cabo por medio de
encuestas descaradamente mentirosas, la compra de al menos cinco millones de
votos por parte de Elba Esther Gordillo y los 27 mil 500 mapaches del SNTE que
la apoyaron, y muchas irregularidades más, restaron validez legal y
constitucional a estos comicios.
Ahora entrarán en juego nuevos
factores. Algo al parecer no está funcionando entre Calderón y Peña Nieto, pues
el hombrecito de Los Pinos utiliza desde hace varios días un extraño lenguaje
que aparentemente pone en entredicho su apoyo inicial al del copete. ¿Puede
Calderón presionar al Trife para que la elección efectivamente sea declarada
inválida? Claro que sí.
En breve, la Suprema Corte de
Justicia tendrá dos vacantes –se jubilan dos ancianos ministros-- y quienes
suspiran por esos cargos son Marí Carmen Alanís, ex presidenta del Trife, y
Marisela Morales, decorativa titular de la PGR y por lo tanto de la Fiscalía
Especial para Delitos Electorales (Fepade). Si Calderón les promete la
zanahoria de la Suprema Corte, harán lo que les pida respecto a la elección:
invalidarla o convalidarla, según se le ofrezca al michoacano.
Peña Nieto, por su parte, se
achica día tras día. Surgen críticas en la prensa del mundo entero tanto a la
suciedad de la elección como a sus vínculos con el narco. Además, el tiempo
corre en su contra, pues los nuevos diputados y senadores tomarán posesión el
primero de septiembre y el Trife tiene hasta el 6 de septiembre para emitir su
veredicto.
Las cámaras, no está de más
recordarlo, serán controladas por Manlio Fabio Beltrones (Senado) y Emilio
Gamboa Patrón (Diputados). Ambos, huelga decirlo, no están cerca de Peña Nieto
ni mucho menos, de manera que podrían actuar contra él, influyendo para que se
caiga la elección pero también para nombrar a quien tendría que desempeñarse
como presidente interino, un cargo –dicen los que saben-- para el que están
apuntados más de cuatro.
¿Cuáles son los escenarios que
podrían ser viables en los próximos días? Mañana los comentaremos aquí, pero
por lo pronto hoy también estaré en Twitter a través de la cuenta
@Desfiladero132, por si gustan seguirme.
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