Carlos Fernández-Vega
México SA
El enjuague prepagado
Peña Nieto compra votos
Soriana, el gran negocio
Bien haría Francisco Martín Bringas,
presidente del consejo de administración de Organización Soriana, en brincar a
la palestra y, micrófono en mano, ofrecer una explicación detallada de cómo fue
que el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, adquirió un millón 800 mil
tarjetasprepagadas (así les llaman) de ese supermercado (en una operación
financiera estimada entre mil 125 y mil 800 millones de pesos, equivalente al
37-60 por ciento de las utilidades netas de 2011) para comprar el voto (mil
pesos por cabeza) de electores del estado de México y algunos del Distrito
Federal (hasta donde se ha documentado).
Y urge la explicación del empresario (que
encabeza un consorcio que se autocalifica de socialmente responsable),
porque esos mil 125-mil 800 millones de pesos en tarjetas prepagadas superan
hasta por cinco tantos el tope de gastos de campaña (336 millones) autorizado
por el IFE a cada uno de los cuatro candidatos a la Presidencia de la
República, sin considerar que la compra del voto es rotundamente ilegal. Así,
puede transparentar la participación de su cadena de supermercados en los
enjuagues del candidato tricolor; de dónde salió el cheque para cubrir esa
voluminosa cantidad de dinero (algunos apuntan hacia la Secretaría de Finanzas
del gobierno de Eruviel Avila); a quién entregó los plásticos, cómo se
distribuyeron, y si el pago por el servicio fue en una sola exhibición o en
cómodas mensualidades, con sus respectivos intereses.
Otra vez la larga mano de los grandes
empresarios (recuérdese a Enrique Coppel Luken, dueño de los almacenes que
llevan su apellido, en 2006, sin olvidar a televisos, aztecos, bimbos, CCE y
conexos) metida en el proceso electoral. El de Martín Bringas no es el único
caso, desde luego, pero el enjuague del PRI con Soriana resulta más que
suficiente para que el IFE (violación al tope de campaña), la Fepade (compra de
voto igual a delito electoral) y el Tribunal Electoral (que analice las pruebas
y se pronuncie) intervengan de inmediato y hagan su chamba, toda vez que la
denuncia fue hecha pública antes de los comicios del pasado domingo, no después
como algunos intentan pretextar. Las tres instituciones citadas les cuestan a
los mexicanos miles de millones de pesos, así que llegó el momento de
desquitarlos.
¿Por qué el tricolor eligió a una
cadena de supermercados para el chanchullo de las tarjetas prepagadas y
la compra del voto? Pues bien, más allá de las afinidadespartidarias de
sus dueños (léase oportunidades de negocio), Soriana (con sede en
Monterrey) cuenta con una enorme red de distribución que facilita el reparto,
sobre todo si alrededor de mil 800 millones de pesos están en juego: 560
tiendas, con más de 3 millones de metros cuadrados de superficie de venta, en
181 ciudades a lo largo y ancho de las 32 entidades federativas, más las
pertenecientes a nuestra cadena de tiendas de conveniencia Súper City. Nuestra
red logística está compuesta por 14 centros de distribución ubicados
estratégicamente en nueve estados del país. Comercializamos una extensa y
completa línea de alimentos, ropa, mercancías generales, productos para la
salud y servicios básicos, satisfaciendo de esta manera las necesidades
específicas de consumo de nuestros diferentes grupos de clientes (el PRI,
entre ellos, el cual, obviamente, no dará ningún tipo de explicación), según
reza su propia publicidad.
Pero más allá de sus enjuagues, el PRI,
Enrique Peña Nieto y Soriana deben ser extremadamente cuidadosos en el
cumplimiento de lo prometido a la hora de comprar el voto, porque la gente que
recibió las tarjetas prepagadas está muy nerviosa y a punto de
estallar, pues les quieren dar gato por liebre a la hora de hacer efectivo su
pago. La siguiente información, publicada por La Jornada (Josefina
Quintero) da cuenta de ello:
“El temor a que se descubriera un fraude
abarrotó las tiendas de la cadena Soriana. Centenares de personas provenientes
de municipios del estado de México y algunas del Distrito Federal, que
vendieron su voto a los candidatos de la coalición PRI-PVEM, canjearon la
tarjeta Prepago que se les entregó por víveres y electrodomésticos. ‘Dijeron
que se habían enterado de que iban a cancelar los monederos electrónicos. Son
fregaderas porque nosotros ya votamos’. Otra versión de que se cancelarían los
saldos de las tarjetas fue que Martha Angón, candidata a la presidencia
municipal de Nezahualcóyotl, estaba perdiendo. ‘Pero eso no es mi culpa. Yo sí
vi a La Gaviota que le alzó la mano a Peña; entonces sí sirvió’.
Desde el viernes por la noche, en los límites del Distrito Federal y el
municipio de Nezahualcóyotl empezó la entrega de tarjetas, identificadas por
cajeros de esa cadena de tiendas como ‘los vales que regaló el PRI para que
Peña ganara’. El canje del voto en un principio sólo era por cien pesos, comentaron
los poseedores. Pero la cantidad se incrementó conforme se acercaba el día de
la elección.
“Ayer –domingo 1º de julio– ibas a la
casilla, votabas, tomabas una foto a la boleta marcada en favor del PRI, la
mostrabas y te daban la tarjeta”, manifestó Rocío Ugalde. Al validar el saldo
hubo ‘buenas y malas noticias’. Algunos tenían cantidades en sus tarjetas
(monederos electrónicos Soriana) que no esperaban: ‘300, 500 y hasta 700
pesos’. Algunos portaban hasta 20 tarjetas porque ‘nos entregaban una por cada votante
que lleváramos’. En la tienda Soriana ubicada sobre calzada Ignacio Zaragoza, a
unos metros de la clínica 25 del Instituto Mexicano del Seguro Social, en la
colonia Juan Escutia, delegación Iztapalapa, todo el día se observaron largas
filas. Las molestias de los compradores habituales no se hicieron esperar, por
la demora hasta de 60 minutos sólo para checar el saldo, ‘porque ya se han
reportado tarjetas sin fondos’. Empleados de la tienda refirieron que desde el
viernes pasado el establecimiento ha sido abastecido de víveres para poder
atender a los ‘que mandó el PRI’. Sobre los motivos de por qué enviaron a tanta
gente, comentaron: ‘pues vienen de Neza y les queda cerca; también está la de
San Juan de Aragón, pero la tarjeta yo creo la pueden hacer válida en cualquier
Soriana’”.
Lo mejor del caso es que Enrique Peña Nieto
asegura que el PRI ya cambió, y los grandes empresarios que son demócratas.
Las rebanadas del pastel
¿Qué hacer con las empresas encuestadoras?
Inflan cifras al gusto del cliente, cobran muchísimo dinero por manipular al
electorado, tienen una enorme responsabilidad en la inducción del voto, pero no
enfrentan consecuencia alguna. Allí está el caso de losinamovibles 18 puntos de
ventaja de Peña Nieto (Milenio-Ciro dixit), y con una simple disculpa
pretenden lavarse las manos.
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