Carlos Fernández-Vega
México SA
El gobierno y las moscas
Bucareli, sin informes
Banca: exitosa lavandería
Cero y van diez mil. De nueva cuenta al
gobierno mexicano lo agarraron papando moscas, en medio del discurso sobre los buenos
resultados de laestrategia contra el crimen organizado. Una vez más,
en Estados Unidos se destapa un voluminoso operativo de lavado de dinero en
nuestro país, realizado por la trasnacional financiera HSBC la cual, junto con
las demás del sector financiero que funciona en México, permanece intocada por
la presunta autoridad judicial, no obstante las reiteradas advertencias que en
tal sentido, y a lo largo de los años, han hecho instituciones nacionales e
internacionales.
Resulta que, de acuerdo con la investigación
que sobre el particular realizó el Comité Permanente de Investigaciones del
Senado estadunidense, entre 2007 y 2008 HSBC, por medio de su filial en México,
remitió alrededor de 7 mil millones de dólares en efectivo a la sucursal que el
corporativo mantiene en el vecino del norte. Así, durante un par de años en
promedio se enviaron 10 millones de billetes verdes cada día, incluidos
sábados, domingos y días festivos, y la aceitada maquinaria delcombate al
crimen organizado del gobierno mexicano no se enteró.
Cuando menos eso es lo que dice el secretario
de Gobernación, Alejandro Poiré, quien ayer sostuvo que tal dependencia del
Ejecutivo “no tiene informes sobre la posible responsabilidad de las sucursales
del banco HSBC en México en operaciones de lavado de dinero, como señala un
informe del Senado estadunidense… De existir indicios de actividades delictivas
en esa institución bancaria, las autoridades correspondientes en México estén
llevando a cabo una investigación al respecto y, en su momento den a conocer
los resultados de dichas indagatorias” (La Jornada, Ciro Pérez Silva).
Eso sí, el funcionario se retorció cuando los
colegas le recordaron que un informe previo, también del Senado estadunidense,
subraya la ineficacia de la estrategia calderonista contra el crimen
organizado. Rechazo categóricamente esas consideraciones que no se apegan
a la realidad, posiblemente porque los senadores de Estados Unidos desconozcan
la realidad de la estrategia que encabeza el inquilino de Los Pinos
(aunque aceptó como posibles los datos del segundo informe del Congreso de
Estados Unidos sobre las investigaciones a HSBC). Entre otros muchos elementos,
7 mil millones de billetes verdes lo desmienten.
El voluminoso lavado que presuntamente
realizó HSBC México se dio precisamente en un lapso (2007 y 2008) en el que el
Departamento estadunidense de Estado advertía al gobierno calderonista sobre el
gran campo de acción que el narcotráfico tiene en el sistema financiero
que opera en nuestro país. En este sentido, presentó su inventario: en México
existen 46 bancos (incluyendo seis bancos de desarrollo) y 71 oficinas de
representación de instituciones financieras extranjeras, 95 compañías de
seguros, 479 sociedades de inversión, 155 uniones de crédito y 24 casas de
cambio. El comercio ilícito de drogas es la principal fuente de fondos
blanqueados a través del sistema financiero mexicano. Otras fuentes importantes
de ingresos ilegales que se blanquean incluyen corrupción, secuestro, tráfico
de armas y personas, y otros delitos. El contrabando de embarques a granel de
moneda estadunidense a México y su repatriación (ya lavada) en efectivo a
Estados Unidos a través de correos, vehículos blindados y transferencias
bancarias siguen siendo métodos para el blanqueo de ganancias de la droga.
Pero en Bucareli aseguran que no estaban
enterados y que la estrategiagubernamental funciona de maravilla. De nueva
cuenta, queda más que obvio que el gobierno calderonista nunca mostró interés
por atender, entre muchas otras, la recomendación de seguir el dinero (follow
the money) hecha en reiteradas ocasiones por especialistas y funcionarios de
organismos internacionales. Tampoco consideró supervisar a detalle las
transacciones bancarias, mucho menos realizar trabajo de inteligencia en el
sistema financiero, porque el criterio, por llamarle así, de las presuntas
autoridades es que la inversión se espantaría, por mucho que 30 mil
millones de dólares anuales metidos a la lavadora (39 mil millones de acuerdo
con el más reciente reporte del Departamento de Estado) nadie los puede
ocultar.
Pues bien, en su informe 2009 (International
Narcotics Control Strategy Report) el Departamento de Estado subraya: de
la cifra estimada de 25 mil millones de dólares que circulan ilegalmente en el
sistema bancario, la Procuraduría General de la República sólo es capaz de
detectar uno por ciento (250 millones). Y ello no sólo es producto de la
enorme corrupción que campea, sino de la carencia de personal calificado en sus
unidades especializadas: faltan investigadores, fiscales, auditores de recursos
monetarios, base de datos completa y moderna, y equipamiento tecnológico… Hasta
ahora los esfuerzos se han dirigido sólo a los estados claves como Tamaulipas,
Sinaloa, Nuevo León, ciudad de México y Jalisco, pero la PGR considera que hay
motivos para volver a centrarse en otras regiones, como los estados de Quintana
Roo y Yucatán, donde las autoridades han detectado grandes movimientos de
recursos ilícitos”.
¿De qué tamaño es la falta de
conocimiento (Bucareli dixit) de la presunta autoridad sobre el
lavado de dinero en México? Con base en la evaluación que hace el Departamento
de Estado, la constante es que anualmente el sistema financiero que opera en
México lava entre 25 mil y 30 mil millones de dólares provenientes del
narcotráfico, entonces la cifra acumulada de 1996 (primero de los informes
divulgado, en tiempos de Ernesto Zedillo) a 2012 (último del actual inquilino
de Los Pinos) resulta espeluznante: entre 400 mil y 480 mil millones de
billetes verdes han pasado por la lavandería bancaria en este país (algo así
como 40 por ciento del producto interno bruto). Pero dicen que nadie sabe,
nadie supo, y nadie quiere saber, aunque presumen que la estrategia
funciona.
Las rebanadas del pastel
Apresurada por limpiar su imagen,
la Comisión Nacional Bancaria y de Valores brincó a la palestra para gritar, urbi
et orbi, que en materia de lavado de dinerodesde 2002 evidenciamos a HSBC.
Pero fueron tantas sus urgencias, que olvidó explicar por qué la trasnacional
financiera siguió lave que te lave, con todo yevidencias, sin que la autoridad
mexicana le cancelara la licencia para operar en México y la denunciara
penalmente. Y por el lado del corporativo bancario, sus directivos dicen lo
sentimos y se acabó el problema.
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