miércoles, octubre 26, 2011

Ricardo Rocha : El PRD y el basurero de la historia


Ricardo Rocha
El PRD y el basurero de la historia


Así andan los perredistas, como equilibristas de circo misérrimo.
Caminando por la orilla y a punto de caer hasta el fondo para no salir
jamás.

Y es que lo del domingo fue el colmo de las vergüenzas. Otro episodio
maloliente que reconfirma la ignominia. Para el diccionario político
mexicano el PRD ha aportado ya el término Cochinero: dícese de un
proceso interno donde los contendientes de un mismo partido son capaces
de las peores bajezas con tal de ganarle al otro// y si son todos contra
todos, mejor.

A mí no me cabe la menor duda de que si el Consejo Supremo de los Pieles
Rojas —supongo que existe— se entera de que estos de acá se hacen llamar
“tribus”, por supuesto que protestaría ante la mismísima ONU para que
cambiasen su denominación a lo que son realmente: pandillas. Eso y no
otra cosa. Aunque se disfracen con nombres que desafían la siquiatría
política: Foro Nuevo Sol, Izquierda Democrática Nacional, Demócratas de
Izquierda, Democracia Social, Izquierda Social, Nueva Izquierda, Red de
Izquierda Revolucionaria, Unidad Nacional de las Izquierdas, Unidad y
Renovación, Patria Nueva, Movimiento Cívico, Movimiento por la
Democracia. Más las que se acumulen esta semana entre nuevos grupos y
grupúsculos derivados del margayate.



Es verdad que la diversidad de pensamiento enriquece a los partidos.
Pero también que debe haber una mínima congruencia ideológica que
homogeneice esa diversidad en unidad de propósitos superiores. Y éste no
es el caso. Aquí se trata de grupos diferenciados no por variables
ideológicas sino por sus ambiciones patológicas. Todos en la rebatiña
cíclica y oportunista de los pedazos de poder temporal y lo que estos
pueden significar. Sin importar que se los arrebaten a mordidas.

Fue por esa codicia desmedida que unos cuantos acudieron a su verdugo
favorito, el Trife, que se los volvió a ensartar con la monserga de un
forzoso proceso interno a sabiendas de los riesgos de carnicería que
implicaba. Sobre todo con el plazo fatal del 15 de noviembre y en la
orilla del proceso para el 2012 con la enorme carga que representa:
candidato a la presidencia, candidatos a seis gubernaturas, 500
diputados, 128 senadores y la supuestamente segura joya de la corona que
significa la jefatura de Gobierno del DF.

Es por ese botín —o lo que puedan alcanzar de él— que los trucutús se
dieron con todo. Porque para agandallarse lo más posible requieren
mayoría entre los 725 consejeros estatales y los 91 nacionales. Por eso
las trapacerías comenzaron precisamente en el estratégico DF y se
extendieron a Oaxaca, Veracruz, Chiapas y Zacatecas. También por eso las
hordas —que en realidad funcionan como micropartidos— en que están
divididos los tres millones 200 mil perredistas se dieron a llenar y sin
reglas a pesar del vergonzoso espectáculo que fue así unánimemente
calificado en todos los medios: la crónica de un cochinero anunciado.

Sin embargo, y con cierta candidez, me pregunto si de verdad estos
perredistas creen que se merecen representar a la izquierda, cuando ésta
es una forma de mirar la vida y construir el mundo y ellos no pasan de
ser una turba de mercachifles.

Quiero pensar que hay excepciones. Pero ya va siendo hora de que se
muestren. Porque está claro que el enfrentamiento de jaurías del fin de
semana fue entre lopezobradoristas y ebrardistas. Que yo no sé si los
echaron a pelear o nomás los dejaron sueltos. En cualquier caso, creo
que tanto López Obrador como Ebrard están obligados a salir a dar la
cara y además juntos para evitar la catástrofe.

Quiero suponer que tanto Andrés Manuel como Marcelo están conscientes de
su responsabilidad histórica y del papel que ahora les toca representar
en este momento decisorio. La foto de la tregua o del paradójicamente
llamado Pacto de Unidad no es suficiente. Si ambos precandidatos no
demuestran a las claras que pueden ser adversarios pero no
necesariamente enemigos, todo y todos se pueden ir al basurero de la
historia.

Si el próximo domingo en que se propone completar la elección el proceso
se vuelve a salir de control, el daño será irreparable. El PRD puede
quedar fuera de la contienda y cuasianiquilado como partido. Nada haría
más felices a los golpeadores oficialistas del Trife. Pero el costo para
el país sería gigantesco. La legitimidad de la elección pasa por la
presencia de un partido que represente —aun con todas sus limitaciones y
carencias descritas— a una porción significativa de la sociedad mexicana.

El reloj está corriendo y ya no queda mucho tiempo. Es la última llamada.

PD.- Para mis queridos amigos Esteban y Pablo Moctezuma Barragán y toda
su familia, un abrazo solidario, por la partida de un mexicano de
excepción como fue su padre, el arquitecto Pedro Moctezuma Díaz Infante.

ddn_rocha@hotmail.com @RicardoRocha_MX

Periodista

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