viernes, octubre 28, 2011
Sector Salud, ¡un desastre! : Gilberto Balam Pereira
Sector Salud, ¡un desastre!
Gilberto Balam Pereira
¡Uta!
Sector Salud, ¡un desastre!
A mis ahijadas de UNASSE
Sandra, Consuelo, Amelia
Son bien conocidos los problemas de los servicios institucionales como el IMSS, ISSSTE, DIF que presentan graves carencias de infraestructura y de asistencia médica, preventiva y de rehabilitación.
Se advierte que la finalidad de estos servicios es privatizarlos para beneficiar a un sector privilegiado poseedor de grandes capitales.
El Prof. Róger Aguilar Salazar me escribió el día de ayer un correo en el que hace una crítica y denuncia muy sólida y fundamentada sobre la asistencia médica del ISSSTE, que vale la pena retomarla y pone como ejemplo la pésima atención que se presenta en la Clínica de Lindavista de esta ciudad. El profesor, al igual que un servidor, hemos pasado las penurias para recibir una atención satisfactoria, lo que resulta una utopía. No sólo en esa clínica, sino en todo el sistema del ISSSTE, la atención médica es un desastre. No hay horario de consulta, las prescripciones de medicamentos son deficientes en cantidad y dosis adecuadas. La indignación de los derechohabientes está debidamente justificada como dice el Prof. Aguilar Salazar. No diremos Róger, ¡ocupar Wall Street! sino ¡ocupar el ISSSTE!, dinos hora y fecha. Tú nos dices cuándo le caemos.
Una amarga experiencia en el Hospital del ISSSTE de Mérida. El caso de doña Alicia Escobar Naal ilustra con objetividad las deficiencias de la atención médica en el Sector Salud, como resultado del abandono en que lo ha mantenido el gobierno neoliberal con la intención de privatizar la asistencia médica.
Alicia Escobar Naal, de Tixkokob, explica la amarga experiencia que pasó en el Hospital Regional del ISSSTE de Mérida donde recientemente fue operada de histerectomía. Fíjense: “La fecha programada para mi operación, me dijo, me la cambiaron igual que al médico que me debía operar, me subían y me bajaban y tuve que esperar hasta el otro día, recibiendo el mal trato de las enfermeras que me llenaron de piquetes los brazos adoloridos, de lo cual se quejaban las demás pacientes ingresadas, no hay el debido cuidado, y si dices algo, te contestan: “¡yo sé mi trabajo!”, groseramente, y como la anestesióloga que por sólo hacerle una pregunta me respondió con altanería: “bueno, quieres que te operen o no”, como si te estuvieran haciendo un favor o regalando el servicio. Me tiene más preocupada y molesta la inflamación constante y el malestar que siento bajo el ombligo porque estuvo mal la sutura de la herida que me está dejando una cicatriz muy fea. He preferido ir a un ginecólogo particular para que me quitara los puntos, lo que me obligó a gastar mucho dinero”.
El Estado no garantiza la salud de los mexicanos —digo— y condena a la sociedad a altas tasas de mortalidad.
En el ISSSTE, mientras tanto, aflora la corrupción y su director general “pide disculpas”, porque no hay medicamentos. ¡Qué tal!
El caso actual del ISSSTE es más que ilustrativo. Inició el 2011 con un déficit de 4 mil millones de pesos. ¿A dónde se fueron esos recursos perdidos? ¿Quién los dilapidó? ¿Sufragaron la costosa y fallida -–para no variar— campaña a la gubernatura de Veracruz del entonces “director con licencia” y, a un tiempo, candidato panista Miguel Ángel Yunes Linares?
Y un poco por carencia de dineros, pero también por maña, pospusieron las licitaciones para la compra de medicamentos necesarios para su derechohabiencia. Esperó el Instituto a que la situación fuese de verdadera emergencia para, entonces, no licitar, sino adjudicar directamente a los
laboratorio$ “amigo$”.
Ha habido así, en los últimos meses, dos adjudicaciones directas. Una por 1 mil 700 millones de pesos. Una adicional, por 400 milloncitos más.
Pero, ¿sabes lector qué es lo peor? Tales adjudicaciones fueron para medicamentos de patente, mucho más caros, exorbitantemente más caros, que los genéricos intercambiables que habitualmente se emplean en esa institución.
Para acabar pronto. El resultado ha sido el desabasto de medicamentos. Pacientes que se van a sus casas sin sus medicinas con el consecuente descontrol metabólico de sus enfermedades, pero también cancelación de todo tipo de diálisis, de tratamientos oncológicos, de intervenciones quirúrgicas…
Hay delegaciones del ISSSTE en las que el desabasto ha alcanzado más del 50 por ciento, aunque las actuales autoridades digan que sólo asciende al 7%. Y ¿sabes lector cuál ha sido la respuesta del actual director de ese Instituto –un ex empleado de la PGR y del Sistema Nacional de Seguridad Pública— Jesús Villalobos?
Ha pedido perdón. O mejor dicho: ha pedido disculpas a los derechohabientes, cuando es él quien está obligado a ofrecerlas.
¿Una disculpa vale tanto como un medicamento para combatir al cáncer?
Del negocio con los dineros públicos, mejor ni hablamos, ¿verdad señor Villalobos?
La salud de la población, en efecto, les vale madres a los gobernantes…
El mismísimo ocupante de Los Pinos, convirtió a la salud de los mexicanos en mera mercancía, monetarizándola porque “a él le cuesta” el 40% del total del presupuesto de la Secretaría de Salud.
Lo cierto es que ningún sistema de salud neoliberal puede sostener el tratamiento y la atención médica adecuados para un padecimiento generalizado de enfermedades cardiovasculares, o de cáncer; o generalizado, también, de diabetes. La necesidad de mantener y pagar hemodiálisis, tratamientos constantes, es simplemente impagable para un gobierno como el de FeCal.
La salud de la población, vale repetirlo, no le importa. Ni la presión de los empresarios farmacéuticos para correr gente que no está de acuerdo con sus intereses. Como sucedió con la salida del comisionado de Cofepris luego de que proscribiera los “medicamentos milagro” que tanto se anuncian en la tele, propiciando así la corrupción de quienes adquieren insumos o construyen y equipan instalaciones.
Y agrego: en el IMSSS, la situación es igualmente crítica a causa de los enormes fraudes cometidos por Juan Molinar Horcasitas y su hermano Jaime, de lo que dimos cuenta en su oportunidad y que aún siguen sin averiguación como en el ISSSTE.
Y todavía hablan de “calidad y calidez” de vida los cínicos funcionarios del Sector Salud.
Por otra parte, aunque ya era una imposición del BM y del FMI la reforma a la Ley del ISSSTE y aceptada por el gobierno mexicano desde el año 2005, fue hasta el sábado 7 de abril (2007) cuando el acuerdo cupular se publicó sin refrendo ministerial:
DESPUÉS DE 45 AÑOS DE TRABAJO, O AL CUMPLIR 65 AÑOS DE EDAD, ES DE APENAS 60 POR CIENTO DEL ÚLTIMO SALARIO QUE PERCIBAN EN EL MOMENTO DE RETIRO. ¡Qué tal!
La nueva Ley del ISSSTE, que entró en vigor el pasado 31 de marzo, garantiza una pensión de dos salarios mínimos, es decir, de 3 mil 374 pesos mensuales para quien perciba un sueldo de 6 mil pesos (56 por ciento).
Tampoco se ha informado a los trabajadores al servicio del Estado del riesgo que implica la subrogación de los servicios médicos del Instituto establecida en la reforma, ya que es el inicio de la entrada de la medicina privada y el encarecimiento de medicamentos e intervenciones quirúrgicas. De modo que ¡indigne vous! Perdón, pero el espacio se me acaba.
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