País de analfabestias
Por María Teresa Jardí
Queda claro que nos hemos convertido en un país de analfabetas bestias. En el más amplio sentido de la palabra bestia. Fenómeno que incluye de manera particular a la clase política. Las sesiones del Congreso son vergonzosas, pero la palma de mierda --que no de oro-- sin duda ha sido ganada por la Cámara de Diputados por su sesión del martes pasado 25 de octubre del corriente año, que quizá sea el último en el que los mexicanos podamos aspirar a lograr un cambio, aunque sea de a poco, a algo menos terrible en su violencia e inmoralidad extrema.
El PT se ha convertido en el partido donde se arropan los pensantes y los legisladores del actual Partido del Trabajo los únicos que entienden el sentir ciudadano. Pero además, y aún más importante, los que están buscando, arando en el desierto mental en que se han convertido el resto de legisladores de los partidos ¿políticos?, abrir el debate que en otros lados se va dando, entre ciudadanos, sin entender tampoco los partidos que sin ciudadanos no son más que vividores a modo del imperio asesino como lo es el que usurpa merced a la mediocridad y ausencia de valentía de “los partidos”, que de políticos les queda poco y que en la cara llevan la careta que en corruptos e inmorales eligen ser esa punta de impresentables que se siguen asumiendo como los representantes que han dejado de ser del pueblo al que no escuchan y que los abomina convertidos incluso que están en pasto de caricaturistas. Unico partido, el PT, que aunque integrado por políticos prófugos de otros, no importa, buscan, sin lograrlo, hacer política a la altura de lo que el país hoy demanda.
Intelectual brillante, Muñoz Ledo. Valiente como el que más Fernández Noroña. Con excelente nivel lo mismo Cárdenas Gracia, que Di Constanzo... Uno tras otro pasan a denunciar lo que en el país ocurre. Mientras sus congéneres beben y se burlan de ellos.
La Paredes, una Gordillo en ciernes, se muestra “apenada” por la nueva reforma “perfectible”. Invento a la mexicana para encubrir la corrupción mental que ataca a la clase política. Amén de la corrupción a secas de la que también disfrutan los legisladores, responsables, de entrada, como encubridores, de la llegada del usurpador que desangra al país mientras lo entrega al extranjero. Dios nos libre de que esa mujer, igual de perversa que “la maistra”, pudiera llegar a gobernar el DF.
La revocación del mandato que exigimos los ciudadanos desde hace años y más aún luego de la experiencia de un usurpador genocida que carga sobre sus espaldas más, muchos más de cincuenta mil IMPUNEMENTE ejecutados. La revocación del mandato que exige, cumpliendo con el mandato ciudadano, el PT, que se incluya para dar sentido a esa nueva reforma “perfectible”. El PT con el apoyo en solitario de algún que otro diputado del resto de partidos, mientras en el sótano acuerdan las dirigencias de los partidos suspender el debate, sin importarles que los ciudadanos los contemplemos en la extensión de su perverso manejo de la cosa pública.
No acepta el PRI, porque se ve de regreso, la revocación del mandato que exigimos los ciudadanos mexicanos. El PRI no se ha enterado, a pesar de su sacada de Los Pinos, a la que no debe regresar jamás, es claro, clarísimo, que el futuro para ellos pasa por la misma condena al pueblo mexicano.
El PRI no debe regresar porque estaríamos condenándonos a seguir en el mismo infierno, en el que nos ha adentrado un usurpador llegado haiga sido como haiga sido y metido por la puerta de atrás por el PRI, tan enemigo, como el PAN, de la patria mexicana, del pueblo pobre y de los ciudadanos que como pensantes quedamos en esté país condenado por la clase política a que se nos corte a todos la cabeza por mandato de un imperio asesino avalado por el entreguismo de “nuestra” clase política.
El PRI sumado a la búsqueda del usurpador de hacer estallar al país. O quizá le está haciendo el favor al criminal usurpador panista, como es obvio que se lo está haciendo el PRD, para que no se llegue ni siquiera a la próxima elección federal en puerta.
¡Ah!, claro, qué otra cosa se podría esperar de un Legislativo que acepta que Emilio Chuayfet Chemor, de un cinismo que da pena ajena, llegue, negociado por pares igual de impresentables, para presidir la mesa para gozar de la patente de corso por la denuncia que como criminal, involucrado por omisión al menos, en la masacre de ACTEL, se encuentra con su amo Ernesto Zedillo.
El Legislativo es una vergüenza y el PRI no debe regresar nunca más al gobierno del país que merece, sin duda, otra suerte. Ni un voto al PRI, nunca más, por el bien de la patria.
Por cierto, los invito a asistir a El Cinito de El Nuevo Teatrito todos los jueves a las 20 horas. Mañana se exhibe el documental “Maquilapolis”. Calle 25 por 14 número 91 int., en Chuburná de Hidalgo. No se la pierdan. Buen cine y exquisitos choripanes.
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