ECONOMÍA A RETAZOS
¿Por qué Morena?
Virginia González Melgarejo
El proceso electoral para renovar en 2012 la presidencia de la República, ha comenzado, e invariablemente va de la mano de los partidos políticos, candidato más partido político pareciera que es la dupla indisoluble en la nada tersa contienda que se avecina.
Que la izquierda mexicana vaya a esta contienda unida es fundamental; de otra manera sería un acto suicida para el PRD, el PT y el Movimiento Ciudadano, antes Convergencia. Lamentablemente, las dirigencias de los partidos buscan posiciones para seguir gozando de sus prerrogativas, y vemos con indignación, y pena ajena, lo que sucedió el pasado fin de semana en las elecciones internas del PRD, donde nuevamente se valen de practicas poco escrupulosas que es justamente lo que se ha criticado de otros partidos políticos y que, ahora, se dan ya como propias dentro de ese partido.
Pero mientras allá adentro se da la rebatinga por las canonjías que permiten los cotos de poder, desde afuera Morena A.C. (Movimiento Regeneración Nacional), crece, se consolida y se convierte no sólo en el movimiento social mas grande que se haya construido en México, sino también en la opción más viable y sensata para impulsar un Nuevo Proyecto Alternativo de Nación encabezado por Andrés Manuel López Obrador.
¿Por qué Morena? Porque la gente que forma de esta organización son ciudadanos que no aspiran a cargo público alguno, son mexicanos y mexicanas libres, campesinos, indígenas, obreros, maestros, amas de casa, intelectuales, científicos, artistas, empresarios, con diferentes credos e ideologías, gente de bien cuyo objetivo es llevar a cabo la transformación necesaria de la vida pública de este maravilloso país, ¿cómo?, por la única vía pacífica que tenemos a la mano los ciudadanos: la electoral.
Así las cosas, en Morena estamos conscientes de que sólo un cambio de régimen dará al país un gobierno honesto y las condiciones para alcanzar las oportunidades de empleo y educación que demandan los jóvenes, acabar con la corrupción que es el mal que nos ha aquejado siempre, de tener un respecto irrestricto a la Constitución y que no sea sólo letra muerta; en Morena sabemos que nuestro país se merece un mejor futuro, con espíritu nacionalista para recuperar la riqueza del país para que traiga beneficios a todos los mexicanos, y no sólo a unos cuantos, alcanzar un México justo y prospero para todos.
La actividad de Morena se guía por un Nuevo Proyecto de Nación, documento construido a lo largo y ancho del país y que analiza los principales problemas económicos, políticos y sociales de México, para ofrecer una solución viable para ellos.
Así que mientras los partidos políticos se despedazan, Morena crece y diariamente se siguen incorporando a sus filas miles de mexicanos que no vamos a dejar la elección en manos de esos mercaderes del poder, asumimos nuestra condición ciudadana y luchamos por una revolución de las conciencias.
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La necesidad de organizarse
óscar D. Valencia López
Todos los mexicanos llevamos el peso de tres mil toneladas repartidas en nuestros hombros. Es difícil avanzar con tanto peso de conciencia encima. Este peso es el resultado de las 43 mil muertes vinculadas al narcotráfico en territorio nacional. Si a cada cuerpo le asignamos un peso promedio de 70 kilos y lo multiplicamos por 43 mil (cadáveres), nos da la cantidad de 3 mil toneladas, ni más ni menos que el peso de las muertes relacionadas con el narcotráfico. Podríamos culpar únicamente al gobierno o podríamos preguntarnos que estamos haciendo para evitar que el peso de los cadáveres siga creciendo en el país.
Empezaré por mencionar que es un tema que nos incumbe a todos. Estas muertes han pasado en territorio nacional, aunque muchos casos fueron invisibles a la mayoría de los mexicanos, existen muertes llevadas a cabo delante de sus ojos. Los números, las cifras, los nombres, los testigos, los participantes y los cadáveres están ahí, formando parte de nuestra historia y sociedad. ¿Qué nos paso? ¿En qué momento dejamos de actuar en construir un mejor rumbo como país para mostrarnos desinteresados o desconcertados de qué rumbo tomar para dar solución a tantas muertes en México?
Estamos en pleno siglo XXI y persiste el no saber cómo actuar frente a estos problemas, a menos que las autoridades nos indiquen que hacer. México necesita formar una nueva generación que active a la sociedad civil para obligar al gobierno a encontrar nuevas propuestas de acción que no sean sólo las militares. Lamentablemente, muchos mexicanos actúan y viven en el país como si fuese prestado y no como si fuese suyo. Por lo tanto, no participan ni exigen a quien corresponde proponer soluciones a los problemas sociales y se quedan impávidos ante las estrategias impotentes del gobierno.
Esto tiene que cambiar, la nueva generación de mexicanos ya no puede esperar que el gobierno haga o diga algo, su ineficacia ha sido manifiesta; hoy, la sociedad se vuelve agente activo de cambio social. Los mexicanos empiezan a organizarse para buscar la transformación social que las estructuras económicas y sociales impuestas no les ha permitido, la respuesta: Los organismos de la sociedad civil.
Ahora, como nunca, es un deber proponer, ejecutar y dar seguimiento a los mecanismos que están surgiendo en México para la participación de la sociedad civil. No somos los únicos, en todo el mundo existe la necesidad de respuestas a los problemas globales, los individuos están asumiendo su responsabilidad histórica y generan las condiciones para la verdadera transformación social.
El primer paso es generar conciencia en la población de que su realidad no ha sido fortuita, sino que está construida y obedece a una lógica de construcción por parte de otras personas. Esta etapa ya se encuentra avanzada en ciertos sectores y es lo que permite vislumbrar manifestaciones con intereses comunes en contra de las muertes generadas por el narcotráfico, así como movimientos de organismos de la sociedad civil que concentran un repudio generalizado hacia el sistema económico y sus crisis, el sentir en la población de una falta de ética y valores en gran parte del sistema político nacional y la indignación hacia un pésimo sistema de impartición de justicia.
El segundo paso consiste en la organización de la sociedad civil. La lógica es simple, ¿tengo que esperar a que el gobierno mejore mi situación? o ¿me asumo como sujeto capaz de transformar, proponer y construir el cambio en mi realidad? La respuesta a esta pregunta es interesante, pues genera el impulso inicial para pensar diferente a México, formando grupos sociales que se activen y haga algo por su nación. México no necesita más armas y más soldados o policías, lo que necesita son propuestas de la sociedad civil que vayan más allá de lo que el gobierno hace. Se necesitan más personas que tengan la iniciativa de no permitir más muertes en nuestro país, se necesita personas que generen nuevas formas de actuar, se necesitan más orfanatos, comedores, hospitales y escuelas para nuestra población, se necesita urgentemente mucho más de lo que el gobierno hace. Esta nueva generación no puede esperar pasivamente mientras otro mexicano muere, no podemos excusarnos al pensar que no formamos parte de este problema, porque seriamos cómplices silenciosos y corresponsables de no alzar la voz e impulsar a la sociedad civil a nuevos niveles. Hagamos de México no un país de muertos, sino de protagonistas vivos de transformación global.
¿Y los profesionistas de México?
Josefina Pedraza López
México no es ajeno a la crisis por la que atraviesa el capitalismo en el mundo y que en nuestro país se ve agravada por la incompetencia de los últimos gobiernos. Hoy, el país se debate entre problemas que se han incrementado a lo largo de los años recientes, afectando principalmente a la población más vulnerable como la pobreza, desempleo, inseguridad, falta de oportunidades, violencia, problemas de salud, entre otros, que ya son parte de la vida cotidiana de la mayoría de los mexicanos.
La pobreza ha llegado a niveles elevados, incluso ha afectado a un sector de la población que parecía ser inmune a ella: los profesionistas. Este sector, actualmente trabajan para apenas sobrevivir; en el mejor de los casos, tienen un trabajo que les da alimento y paga sus gastos más indispensables, aunque sean trabajos de jornadas extenuantes, muchos de ellos temporales y en los que no pueden desarrollarse en lo que se formaron; en el peor de los casos, aunque cada vez más frecuentes, hay profesionistas que no consiguen alguna oportunidad de trabajo. Aunado a esto, son el sector de la población que más impuestos paga, lo que reduce aún más su ingreso; además de que la mayor parte de ellos carece de prestaciones que les permita tener cierta calidad de vida.
Sin duda el panorama para los profesionistas es bastante desolador, pero ¿qué se puede hacer para que las cosas cambien?, ¿qué papel van a jugar los profesionistas de la actualidad para transformar las cosas? Muchos de los problemas por los que atravesamos hoy en día, son producto de la corrupción y de los representantes deshonestos que tenemos en el gobierno; pero también es culpa de nosotros por permitir que las cosas sigan así.
Es absurdo que en nuestro país existan problemas de alimentación cuando tenemos un campo basto que permite que casi cualquier cultivo y especie animal pueda ser producida; es absurdo e injusto también, que los campesinos emigren a las ciudades o al extranjero en busca de oportunidades, porque su producción no es rentable por la falta de subsidios y de asesoría técnica; y que existan tantos profesionistas desempleados como lo son agrónomos, zootecnistas, veterinarios, administradores de empresas, por mencionar algunos.
Se podría enumerar un sinfín de problemas que pueden ser solucionados con la participación de los profesionistas y que, sin embargo, siguen no encuentran solución; por ello es necesario que este sector se exprese abiertamente y exija respeto a sus derechos, tal y como lo hace el resto de la sociedad o en otros países, como los “indignados en España”; es necesario hacer un llamado a la unidad y generar una red de profesionistas que luchen por sus derechos y por el bienestar de nuestro país. La mejor forma de manifestarse es vincularse al movimiento social enriqueciéndolo con propuestas que hagan de México una nación en donde el bienestar social sea lo más importante.
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