No claudicar
Julio Pimentel RamírezFinalmente, como todo indicaba, los siete magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió su fallo rechazando la demanda de invalidez de la elección presidencial a pesar del cúmulo de pruebas presentadas por el Movimiento Progresista que mostraban que el proceso electoral no cumplió con los principios constitucionales de elecciones libres, equitativas, auténticas.
Los argumentos de los magistrados, convirtiendo a los acusadores en acusados, a los demandantes en demandados, a los agraviados en agresores, no solamente desnudan sus compromisos con quienes detentan el poder sino lo débil y erosionadas que se encuentran las “secuestradas” instituciones que deberían regirse por principios constitucionales, éticos y verdaderamente democráticos.
Para el TEPJF el PRI, su candidato y sus aliados mediáticos, especialmente Televisa, tuvieron un comportamiento seráfico pues son incapaces de utilizar millonarios recursos para comprar espacios televisivos para Enrique Peña Nieto, tal como en realidad sucedió desde el 2006 y se denunció públicamente en medios de comunicación nacionales y extranjeros.
Los que deberían ser los garantes de la legalidad y constitucionalidad de los procesos electorales, cerraron los ojos ante las pruebas suficientes para demostrar que el PRI y su candidato utilizaron un mecanismo complejo para lavar recursos a través de triangulaciones financieras entre varias empresas particulares, instituciones bancarias e incluso el gobierno del Estado de México.
Mientras para los togados todo estuvo en orden, para los ciudadanos atentos a lo que sucede en el país fue evidente el uso de las encuestas como una herramienta electoral: se manipularon estadísticas electorales mintiendo abiertamente al decir que EPN llevaba una ventaja de hasta 20 por ciento, con el objetivo de influir, a través de su difusión en cascada por prensa, radio y televisión, en la conciencia del potencial votante.
Ni qué decir de la inequidad en los tiempos y espacios en la mayoría de los medios de comunicación y el contenido informativo sesgado a favor del candidato tricolor y la denostación persistente de López Obrador. ¿Usted vio y escuchó algo diferente?
En fin, para las autoridades electorales, el IFE y el TEPJF, el PRI y sus aliados tuvieron un comportamiento ejemplar, no así el Movimiento Progresista. Por ejemplo, mientras se multa al PRD, PT y MC con una suma millonaria por el spot la “Presidencia no se compra”, por lesionar la calidad moral del tricolor, a éste partido solamente lo castiga con 6 mil pesos por levísimas irregularidades prelectorales.
La decisión del TEPJF abre una etapa de sombríos pronósticos: como dice el Movimiento YoSoy132 con este acto se “entierra” a la democracia….como hasta ahora la conocemos en México. El descontento social acumulado, la indignación ante la manipulación y la imposición de Enrique Peña Nieto, acompañado en primera fila por lo peor del PRI, demanda un cambio verdadero como única manera de salvar al país de la catástrofe que ahora parece ineludible.
Desde ahora y en los próximos días seremos testigos de una nueva campaña, intensificada, de parte de medios de comunicación y sus articulistas “estrellas” en contra de AMLO, descalificándolo y llamándolo a que acepte su “derrota” y se retire a su rancho de nombre resonante.
Sin embargo, millones de mexicanos compartimos lo dicho por Andrés Manuel López Obrador a unas horas del golpe a la democracia asestado por el parcial TEPJF: las elecciones no fueron, ni limpias ni libres ni auténticas, por lo que no reconoce un poder ilegítimo surgido de la compra del voto y de otras violaciones graves a la Constitución y a las Leyes.
AMLO reitera que si bien las instituciones deben ser respetadas, es claro que en México se encuentran secuestradas por un reducido grupo de poder, delincuentes de cuello blanco, traficantes de influencias, políticos corruptos, dueños y voceros de los llamados medios de comunicación y otros integrantes del régimen.
López Obrador subraya que no se puede aceptar el fraude electoral y entrar en el juego de las negociaciones políticas que, en las actuales circunstancias, sólo pueden significar arreglos cupulares o componendas en contra del bienestar del pueblo y la nación.
El dirigente de MORENA reitera su rechazo al régimen de corrupción, injusto y de complicidades que está destruyendo a México y remata con un llamado a la desobediencia civil, pacífica, no violenta, que es “un honroso deber cuando se aplica contra los ladrones de la esperanza y de la felicidad del pueblo”.
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