Impunidad al asesino intelectual de Acteal
Alvaro Cepeda NeriConjeturas
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Cuando menos desde Díaz Ordaz (1964-1970) hay pruebas de que los presidentes abusaron del poder y permitieron a sus subordinados cometer homicidios de toda naturaleza, traición a la patria y delitos graves del orden común, que estando en funciones son causas graves para renunciar; y durante el año posterior al término de su encargo, ser llevados a juicio político. Pero los ex presidentes en cualquier momento pueden ser llevados a los tribunales para que respondan de actos que merezcan sanción penal. Calderón ya tiene contemplado refugiarse en Estados Unidos de América, pues Peña ya se comprometió a solicitar su inmunidad-impunidad, ante las demandas que tiene fincadas por abusos del poder, sin que vaya a correr con la misma suerte con la denuncia que tiene ante La Haya por miles de homicidios. Y es que todavía no hay manera de enjuiciar a ningún ex presidente.
Cuando Colosio ya no respondía a los intereses de Salinas-Córdoba, fue asesinado desde los pasillos del poder y éstos impusieron a Ernesto Zedillo en la silla ensangrentada. Igual que cuando Portes Gil sustituyó al asesinado Obregón. Dos sonorenses eliminados a sangre y fuego. Muerto Colosio, el tenebroso y perverso Salinas, influenciado por el franchute: Joseph María Córdoba, escogió a Zedillo y éste, para sacudirse a su padrino, en lugar de enjuiciarlo se fue contra su hermano Raúl y Carlos huyó a Irlanda. Regresó durante el foxismo y desde hace seis años apadrinó a Peña volviéndose el poder tras el trono peñista.
El caso es que los ex presidentes han logrado total impunidad, al dejar el cargo que desempeñaron con inmunidad. Zedillo, con el desgobernador de Guerrero: Rubén Figueroa Jr., tuvo mucho que ver en el asesinato de campesinos en El Charco. También abusó del poder para matar en Acteal, donde sus fuerzas paramilitares ejecutaron por la espalda a 46 indígenas, entre niños, mujeres embarazadas y hombres que rezaban en su iglesia. Por esta masacre, las viudas e hijos de las víctimas lo denunciaron y demandaron ante una Corte federal estadounidense (ya que Zedillo se esconde en ese país como profesor en una universidad) exigiendo una compensación civil.
Pero el gobierno de Obama concedió a Zedillo la inmunidad solicitada por Calderón, equivalente a impunidad. Ambos mantienen una relación telefónica (y a través de su mandadero Liébano Sáenz) con el agradecimiento de Zedillo y el compromiso de muy pronto verse en tierras estadounidenses, para festejar lo que se conoce como: “hoy por ti, mañana por mí” y que Peña hará muy pronto con Calderón. Asesino intelectual de 46 indígenas chiapanecos, Zedillo la ha librado de momento, pero será denunciado ante el tribunal de La Haya, donde también radica la demanda contra Calderón. Mediante el operativo “Rápido y furioso”, Obama entregó más de dos mil armas de alto poder a los narcotraficantes; y para más complicidad con el presidencialismo mexicano, a petición de Calderón ha otorgado inmunidad-impunidad a Zedillo. Éste no ha sido exculpado todavía, sólo le dieron inmunidad para no ser juzgado por tribunales estadounidenses.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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