Carlos Fernández-Vega
México SA
Entre los mayas y la Cepal
De videntes y catástrofes
México y las dos profecías
De acuerdo con la profecía maya algo muy gordo sucedería
el próximo 21 de diciembre, fecha en la que el planeta podría registrar
situaciones de pronóstico reservado con horrorosas consecuencias para quienes
lo habitan. Ese es el vaticinio milenario, pero todo indica, dadas las circunstancias,
que los videntes cometieron algún error de calendario, pues de unos años para
acá vienen dándose una serie de acontecimientos que en nada envidian a la
catastrófica predicción, y que trascienden la fecha citada.
No son muchos los que creen que se cumplirá el pronóstico
maya, pero sí abundan quienes sudan ante la contundencia de la otra catástrofe,
la mundana, la que de años atrás padece la humanidad y de la que ésta
difícilmente saldrá avante si el estado de cosas se mantiene como hasta ahora,
con poderosos gobiernos aferrados a salir del hoyo utilizando el mismo
recetario que hundió a sus respectivos países. En México, por ejemplo, un 21 de
diciembre, pero de 1994, desinteresados cuan novatos funcionarios
desataron los llamados errores de política económica que hundieron al
país en la más profunda crisis (hasta ese momento) de su historia, aunque 14
años después otro grupo de neófitos superaron con creces los brutales efectos
de aquella sacudida.
¿Qué pasará al cierre de la tercera semana de 2012? Quién
sabe, pero lo que sí tiene visos de cumplirse son los ingratos pronósticos
mundanos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la Cepal,
que pone el dedo en la llaga al subrayar que los tres principales motores
de la economía mundial (Estados Unidos, Europa occidental y China) se
desaceleran en 2012, principalmente en la zona del euro, lo que debilita una
recuperación que ya era la más lenta en 40 años. La crisis se está
profundizando en la zona del euro, tras cinco trimestres con un crecimiento
cercano a cero por ciento. Como la Unión Europea fue en 2011 el principal
mercado de exportación para Estados Unidos y China, su crisis afecta
directamente a estos dos países. Estados Unidos, por su parte, registra un
crecimiento bajo y vulnerable. Pese a los elevados programas de reactivación,
su desempeño en este periodo es el más bajo de todas las recuperaciones de
posguerra. A causa de lo anterior, el PIB y las exportaciones de China también
se están desacelerando, mientras disminuye su demanda de importaciones de
materias primas. Las otras economías emergentes empiezan también a
desacelerarse.
Lo anterior es una situación real, sin videntes de por
medio, en el que otro elemento abona el panorama: “surgen complicaciones
adicionales, pues las tensiones en Medio Oriente y el Golfo Pérsico amenazan la
estabilidad del precio del petróleo. Una eventual alza de este producto
elevaría la probabilidad de una recesión internacional. El fuerte incremento de
6 por ciento en el precio mundial de los alimentos durante julio –el mayor
desde 2009– abre un frente adicional de inquietud. La sequía en Estados Unidos,
contratiempos en la producción de la Federación de Rusia y lluvias fuera de
temporada en Brasil han afectado severamente estos precios. Este ha sido
particularmente el caso de los cereales, que registran un incremento de 17 por
ciento. Estos aumentos podrían generar presiones inflacionarias en los próximos
meses y afectar, en especial, a las poblaciones más vulnerables. Por su parte,
los precios de las materias primas industriales, como los minerales y metales,
se reducen debido a la desaceleración económica mundial. En este contexto
global complejo, el comercio mundial se está desacelerando por segundo año
consecutivo”.
Quién sabe si uno o varios de los analistas de la Cepal
creen en las predicciones mayas, pero el hecho es que el organismo advierte que
según las proyecciones de la OMC, el volumen del comercio mundial crecería en
2012 a una tasa inferior al promedio anual de las últimas dos décadas. La
crisis europea y la aversión mundial al riesgo han afectado su desempeño
exportador en los meses posteriores. Asimismo, la necesidad de los bancos
europeos de asegurar capital y liquidez en sus casas matrices está empezando a
restringir el financiamiento para el comercio de materias primas, el que está
bastante concentrado en organismos europeos. La propuesta de marco regulatorio
para el sector bancario conocida como Basilea III también castiga el
financiamiento del comercio, al elevar los requerimientos de capital para estas
operaciones, situación que no es compatible con su bajo riesgo. La zona del
euro se acercó a una recesión en el segundo trimestre de 2012 y surgió la
amenaza de un patrón tipo W, es decir, la confluencia de dos recesiones en un
lapso reducido.
Las medidas que se están aplicando en la eurozona, en
particular la receta generalizada de austeridad fiscal, “profundizan la
recesión en la zona del euro. Los temas básicos de la crisis (sobre
endeudamiento público y privado, déficit fiscales, desempleo y falta de
crecimiento) se enfrentan con tardanza, timidez y pocas muestras de entender su
gravedad. Además, las diferencias políticas entre la Europa del norte y la del
sur dificultan acuerdos sustantivos para abordar la crisis. Particularmente en
los países de la denominada periferia de Europa, la recesión y el alto
desempleo son el resultado de la profunda austeridad fiscal, la falta de
confianza de los actores económicos y la contracción del crédito. En este contexto,
existe el riesgo de que se materialice el ‘síndrome japonés’, es decir, una
década de estancamiento, ante la incapacidad de lidiar con la debilidad del
sector financiero. Es probable que esta se transforme en una década perdida
para la zona del euro”.
Por su parte, Estados Unidos registra un crecimiento bajo
y vulnerable. Este país recuperó su nivel de producto anterior a la crisis
a fines de 2011, pero conseguirlo le tomó el doble del tiempo que en
recuperaciones previas. De hecho, su actual recuperación es la más lenta y
vulnerable de todas las registradas desde la década de 1970. El crecimiento
económico se viene desacelerando, hasta registrar un modesto 1.5 por ciento en
el segundo trimestre de 2012. Al mismo tiempo, la creación de empleos se debilitó:
con la tasa de recuperación del empleo que muestra esta reactivación, el nivel
de empleo previo a la crisis se alcanzaría hasta 2020. Además, el incremento
del consumo privado en los últimos trimestres no se debió a los mayores
salarios, sino a transferencias y recortes de impuestos por un monto de 1.4
billones de dólares, que se han agregado a la deuda pública. La economía
estadunidense podría entrar nuevamente en recesión en el primer semestre de
2013.
Las rebanadas del pastel
Y México en medio de las dos profecías: la maya y la
cepalina, la más contundente. Qué mello.
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