Julio Hernández López
Astillero
AMLO y los rendimientos
Aliados distantes
Dividir, aislar, traicionar
Soriana, afín al PRI
Emanado del poder de las televisoras, Enrique
Peña Nieto enfrenta la crisis posterior a los comicios con un mando a distancia
en las manos, borrando de la pantalla las bocinas y las planas lo que no le
conviene y dando relevancia monopólica a las voces alineadas con su proyecto de
neosalinismo depredador.
La división social entre mexicanos creada por
Antonio Sola para favorecer a Felipe Calderón queda como mediano experimento
preparatorio de las artes de control autoritario que ya muestra el segmento de
priísmo cavernario que hasta ahora domina el tenso entorno del frágil candidato
que debido a esa misma precariedad se siente impulsado a mostrar fuerza y no
dejarse arrebatar la presidencia prepagada.
La reivindicación autoral de Atenco en la Ibero, aquel
viernes negro que dio pie al movimiento 132, fue una carta de intención sexenal
que ya hoy siembra ingredientes de guerra sucia contra los opositores,
enrarecimiento político, linchamiento mediático, intento de supresión de
garantías y libertades (ejercer derechos electorales sería delito digno de
paredón periodístico) y el ejercicio de las peores facetas de la actividad
política, corrompiendo por un lado, dividiendo por otro, advirtiendo de la
importancia de entenderse oportunamente con los reyes del próximo sexenio antes
de quedar en listas negras.
El oficio nefasto de la política de tres
colores tiene hoy como principales destinatarios a López Obrador y al
movimiento 132. En la entrega de hoy se hablará específicamente de lo
relacionado con el primero, a quien le están erosionando ciertos puntos
institucionales de apoyo que de por sí nunca estuvieron verdaderamente con él:
Miguel Ángel Mancera, es decir, Marcelo Ebrard, ha tomado con premura la
llamada de felicitación de Peña Nieto, mientras Graco Ramírez (el primer
gobernador en nombre de la izquierda domesticada, mercantilmente acomodaticia),
los Chuchos y un segmento explícito del cuauhtemismo cuentan las horas para que
termine el proceso de impugnación legal demandado por el tabasqueño, para ellos
de inmediato aceptar el resultado que cantadamente favorecerá a Peña Nieto.
Por lo pronto, Ebrard, Cárdenas, Juan Ramón
de la Fuente y otros personajes propuestos para acompañar a AMLO en un gabinete
presidencial no dan muestras ni siquiera pálidas de respaldarlo en sus
exigencias de depuración electoral, mientras corren con insistencia las
versiones de que más bien le han planteado la necesidad de que deponga
cualquier pretensión de resistencia y se allane a los resultados oficiales que
favorecen a Peña Nieto (en cuyo entorno también se habla del golpe maestro que
significaría el que éste invitara a alguno o algunos de esos hipotéticos
miembros de un gabinete pejista a que se integren al del PRI, en un ejercicio
de cohabitación política, de coalición, que dejara en solitario a López
Obrador).
El argumento central para promover la
rendición de AMLO es teóricamente aceptable, pero incompatible con la realidad
política: la izquierda electoral no debe renunciar a su posibilidad de
convertirse en contrapeso condicionante de un PRI que de otra manera se va a
arreglar con la derecha. Por ello, el dos veces candidato presidencial debe
aceptar el triunfo del mexiquense en las condiciones en que se hubiera dado (la
consolidación transexenal de la República de la Haigacracia: haiga sido como
haiga sido), para no aislarse ni tirar al bote de la basura el caudal
de votos que esta vez fue mayor que el de 2006. Tal pragmatismo convalidatorio
sería premiado con AMLO convertido en radiante jefe de una oposición
izquierdista moderna, participativa y sensata.
La realidad muestra, sin embargo, que el
único capital importante de López Obrador es justamente el que perdería en caso
de arriar banderas: el de un segmento social movilizable y crecientemente
indignado, que entiende claramente el significado ominoso de la restauración
del priísmo autoritario, y que intuye la necesidad de mantenerse activo y
fuerte para enfrentar la oleada de reformas estructurales que PRI y PAN, los
verdaderos aliados, aprobarán en las cámaras con la colaboración programada del
segmento perredista beneficiado en este segundo lance pejista, el
chuchismo-camachismo ya bien dispuesto a los arreglos que sean necesarios. AMLO
no será jefe político de Ebrard, Mancera, Graco, Camacho ni de la fortalecida
tienda chuchista. Los proyectos de éstos van por otro rumbo, al que estorba la
figura tabasqueña a la que les urge enviar rumbo a finca chiapaneca de sonora
denominación.
Soriana es una empresa largamente asociada al
PRI. En su ruta de relaciones políticas están varios gobernadores emblemáticos
de la nueva era jurásica con copete: los Moreira en Coahuila, de donde surgió
la firma ahora asentada en Monterrey (con otro clon de EPN como anfitrión, el
ya crónicamente rebasado Rodrigo Medina); Fidel Herrera y su heredero, Javier
Duarte, en Veracruz; y Enrique Peña Nieto y su heredero, Eruviel Ávila, en el
estado de México.
Tres consejeros locales del IFE en el
distrito 5 de Coahuila solicitaron a ese instituto que el recuento de votos de
ayer no lo dirigiera Jorge Luis Grana Hernández, vocal de capacitación
electoral y educación cívica, pues en pláticas de inducción a aspirantes a
supervisores y capacitadores les había dicho, en febrero pasado, que el
problema de la democracia en México es que el que pierde no lo reconoce; ya
ven, López Obrador perdió y no lo reconoció. Se fue a hacer su plantón en
Reforma y con eso le hizo mucho daño a la democracia. Un representante de
partido lo acusó en otra ocasión de haber dicho a capacitadores que ni se
les ocurriera votar por AMLO, porque él les bajaría los sueldos. Los consejeros
denunciantes son Ariadne Lamont Martínez, Luis Tláloc Córdova Alveláis y Rubén
Canseco López.
Y mientras se acumulan las pruebas de fraude,
¡hasta mañana, en espera de los resultados del recuento parcial de votos que en
sus primeros reportes mostraba irregularidades e inconsistencias preocupantes y
una marrullería burocrática en busca de mediatizar en varios distritos!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
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