Julio Hernández López
Astillero
Anuncio nupcial
Noviazgo electoral
Consumación legislativa
AMLO, camino largo
La alianza entre Felipe Calderón y Enrique
Peña Nieto quedó políticamente confirmada ayer mientras el Instituto Federal
Electoral (IFE) ratificaba que, por encima de las evidencias reales de fraude,
sobre todo con el escándalo de las tarjetas de compra de votos, la numerología
arreglada habrá de sostenerse para imponer a Peña Nieto como nuevo ocupante
(otro precarista) de Los Pinos.
El producto utilitario conocido como Josefina
Vázquez Mota fue lanzado al ruedo mediático para proponer al hombre de los
supuestos triunfos por prepago que las dos fuerzas hermanadas, PAN y PRI,
lleven adelante las reformas laboral y política en esta misma legislatura
federal, diezmada y saliente, en un periodo extraordinario que sería la
consumación de las adelantadas bodas del sexenio en puerta, cargando a la
abnegada administración felipista el costo de las modificaciones estratégicas para
que el flamante novio, que ha dado el sí, no manche su traje de estreno con
tareas de plomería adjudicables todavía a este régimen finalmente desposado.
Calderón (aspirante a nuevo jefe Diego,
que legitima de facto a cambio de negocios, impunidad y rebanadas del
pastel político), por voz de la vaciada Josefina (desprovista, carente ya de
contenido), hace de esa manera un reconocimiento político inequívoco de Peña
Nieto como sucesor, alinea los intereses cupulares panistas con el neosalinismo
reformista en segunda edición e intenta consolidarse como factor transexenal de
gobernabilidad que podrá negociar los votos legislativos de blanco y azul para
hacer mayoría en proyectos trascendentes (Pemex, mantenimiento de privilegios
fiscales a grandes empresarios, regresión en materia laboral y remozamiento en
materia política para aparentar cambios que no habrá más que en términos
cosméticos).
Además, el contentísimo Calderón busca
colocar en fuera de lugar político a AMLO que, mientras PAN y PRI celebran
tales nupcias neoliberales en San Lázaro, habrá de mantenerse estacionado en el
carril acotado de la impugnación jurídica ante el tribunal electoral de los
resultados convalidados anoche por el IFE luego de un recuento de votos que no
encontró huella del fraude electoral en la papelería y la aritmética porque
esta vez no se realizó allí, sino antes y fuera, ruidosamente mediante la
compra de votos a través de tarjetas plásticas con dinero depositado, pero no
sólo de esa manera.
En el IFE se escenificaba anoche la mala
comedia del apego ciego y sordo a ciertas letras de la ley para hacer como que
no existe la realidad del fraude tarjetero. Ofertones de temporada: los
solemnes consejeros electorales del departamento de carnisalchichonería
garantizan precios fijos en el supermercado de los votos. Julio Regalado en
Soriana: la pobreza y la ignorancia convertidas en sustento vergonzoso (del que
dan cuenta varios medios internacionales) de un caminar hacia las urnas para
depositar el voto comprado que a la hora del conteo y el recuento es el mismo,
real, contante y sonante: véasele por un lado y, por el otro, revísese su
autenticidad formal, el tipo de papel, los sellos de seguridad, la firma del
representante de partido, y háganse todos los experimentos aritméticos que se
quieran: siempre saldrán bien las cuentas.
Por ello salta al foro, retador, Pedro
Joaquín Coldwell para anunciar que el PRI está de acuerdo en que se cuente y
recuente el 100 por ciento de los sufragios. Un poco más y corea el clásico
¡Voto por voto, casilla por casilla! Los priístas estrenan audacias pero
también insisten en fórmulas clásicas. Por ejemplo, a Eruviel Ávila ni siquiera
le asoman pudorosas chapitas en las mejillas a la hora de intentar un control
de daños al decir que las famosas tarjetas Soriana de compra de voluntades
cívicas forman parte de un proyecto educativo (¿el Manual del Fraude Electoral:
teoría y práctica?). De esa manera, el gobernador del estado de México trata de
justificar el depósito de dinero público en las tarjetas de Soriana que en
realidad fueron entregadas a la tropa de la defraudación electoral, cuyo único
referente educativo estriba en que varios coordinadores son profesores
gordillistas. La misma cúpula de tres colores se inspira en las frases famosas
de Pedro Aspe, quien declaró décadas atrás que la pobreza de los mexicanos era
un mito genial, o en los arreglos más recientes de Ernesto Cordero y sus seis
mil pesos al mes para llevar vida acomodada:montaje mediático, representación
teatral, dice la dirigencia del PRI respecto a las tarjetas mapachonas.
Enojados por esa política ficción, los peñanietistas amenazan con acciones
penales contra quienes tan feamente los calumnian. No hay derecho.
Los rectángulos plásticos del mercadeo de votos
sirvieron de escenografía a la conferencia de prensa que López Obrador ofreció
ayer en la tarde. A sabiendas de que el IFE estaba por dar a conocer sus
cuentas consolidadas, en las que Peña Nieto aparecía ahora con casi 148 mil
votos más que en el reporte de resultados preliminares del pasado domingo, se
anunció que el Movimiento Progresista recurrirá al Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación para presentar una impugnación general, en busca de
la anulación de los comicios. Camino largo y difícil, con hervores sociales sin
tanta paciencia.
AMLO continúa solo, con la presencia
protocolaria de los presidentes de los tres partidos que lo postularon, sin que
aparezcan a su lado o hagan declaraciones de apoyo quienes fueron postulados
para incorporarse a un hipotético gabinete presidencial. No he oído cantar
tres veces al gallo, dijo irónico cuando le preguntaron por Grallo, perdón,
Graco Ramírez, quien junto con los Chuchos busca afanosamente la manera de
alinearse con Peña Nieto, lo que harán cuando se abra el periodo extraordinario
de sesiones legislativas para aprobar las dos primeras reformasestratégicas de
la nueva pareja presidencial, el jefe Lipe y EP(A)N.
Y, mientras Sanjuana Martínez recibe la
solidaridad y afecto de quienes aprecian su trabajo periodístico y su calidad
humana (entre ellos, el autor de estos teclazos), ¡hasta el próximo lunes!
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