Carlos Fernández-Vega
México SA
Comicios chaca-chaca
La UIF no es confiable
Boleo: IFE-CNBV-banca
En 90 días de campaña (cuatro candidatos
avalados por siete partidos políticos) sumaron 400 las solicitudes de
información que el IFE presentó a la Comisión Nacional Bancaria y de
Valores, organismo que simplemente las canalizó a las instituciones financieras
involucradas en dichas peticiones. Poco más de cuatro solicitudes por día, en
promedio, y de acuerdo con la CNBVtodas fueron atendidas de
inmediato, de tal suerte que, se supone, la autoridad electoral tendría
elementos más que suficientes para conocer hasta dónde llegaron las
irregularidades y quiénes las cometieron.
Lo anterior, de acuerdo con el director
general de Proyectos Especiales y Comunicación Social de la citada comisión,
Carlos López-Moctezuma, quien ayer precisó que dichas solicitudes “se llevaron
a cabo a través de un sistema electrónico por el consejero presidente del IFE,
Leonardo Valdés. Ellos (IFE) mandan solicitudes de investigación para que CNBV
les pida información a los bancos, por lo que nosotros sólo fungimos como
intermediarios entre autoridades electorales y los bancos, y todas las
solicitudes se han atendido de manera inmediata… por el tema de lavado de
dinero, la CNBV no hace el trabajo de inteligencia, lo hace la Unidad de
Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda. Los controles de
prevención sí corresponden a CNBV, que realiza visitas en esta materia. En ese
sentido se han seguido las tareas de supervisión normales y si incumplen se
sanciona”.
Sobre el caso Monex (central en el presunto
trasiego de dinero con fines electorales, entre ellos la compra de votos), el
funcionario detalló que la última verificación (normas de prevención y detección
de lavado de dinero) que se hizo al grupo financiero fue en 2011, y será hasta
el cuarto trimestre de 2012 (del próximo septiembre en adelante, es decir, con
la elección presidencial ya calificada por el Tribunal Electoral) cuando
realice la siguiente verificación, la cual no se dará a conocer, porque lo
prohíbe la ley.
Y se acabó. Los electores no tienen idea de
por qué la autoridad solicitó información bancaria, ni qué instituciones o
personajes aparecen involucradas en la petición, pero de acuerdo con la idílica
versión oficial, el IFE pidió información sobre presuntas irregularidades en el
manejo de recursos, la CNBV de inmediato la canalizó a los bancos involucrados,
y éstos contestaron rápidamente para despejar cualquier duda, con el fin de que
la fiesta cívica terminara en paz y dejara tranquilo a todo el mundo.
El problema es que en el proceso todos se lavan las manos y avientan la pelota,
y el punto más delicado, el del lavado de dinero, se lo dejan a la Unidad de
Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda, cuya evaluación no
es precisamente digna de envidia.
La Auditoría Superior de la Federación aporta
lo siguiente (Informe del resultado de la fiscalización superior de la Cuenta
Pública 2010): “la información de la UIF no es confiable y los reportes no son
congruentes… México no ha cumplido el 100 por ciento de los estándares
internacionales dictados por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI,
por sus siglas en francés) en materia de prevención y combate de lavado de
dinero y de financiamiento del terrorismo, por la falta de atención de algunas
cuestiones generadas de las recomendaciones calificadas por el GAFI como
mayoritariamente cumplidas, la falta de coordinación entre los Poderes de la
Unión para subsanar el vacío legal existente en la formulación, promulgación,
aprobación y difusión del marco regulatorio para cumplir los estándares
internacionales del GAFI”.
A lo anterior se suma la falta de
resolución del Congreso de la Unión a las iniciativas presentadas por el
Ejecutivo federal en 2010 y 2011, la falta de conciliación del número de
reportes y de operaciones inusuales, relevantes e internas preocupantes
informadas por la UIF y los organismos reguladores y supervisores (la propia
Comisión Nacional Bancaria y de Valores, más el Servicio de Administración
Tributaria, y las comisiones del Sistema de Ahorro para el Retiro y Nacional de
Seguros y Fianzas), y los principios de confidencialidad y secrecía no
permitieron el acceso a la información contenida en los reportes de operaciones
inusuales, preocupantes y relevantes, debido a los argumentos de la UIF para
definir a la ASF como una de las autoridades que pueden requerir información y
documentación de carácter financiero, pero sólo de aquellas cuentas o contratos
mediante los cuales se administren o ejerzan recursos públicos federales.
Así es. Lo único que le faltaba a un país en
el que anualmente se lavan 39 mil millones de dólares sólo por
narcotráfico (Departamento estadunidense de Estado) es que la institución dedicada
a prevenir y combatir tal actividad ilícita no sea confiable ni sus reportes
congruentes (ASF dixit). Y es precisamente esa dependencia del Ejecutivo
la que tiene asignada la tarea de verificar, y en su caso denunciar, si en los
pasados comicios se lavaron o no recursos, de dónde procedieron y el fin que
tuvieron (desde la compra del voto hasta el descarado rebase de los topes de
campaña). De cereza, la CNBV precisa que una de las instituciones mayormente
involucradas en el desaseado proceso electoral (Monex) sí será supervisada,
pero hasta el cuarto trimestre de 2012, fecha para la que el Tribunal Electoral
despachó todos los pendientes en la materia. Queda la idea de que en este
peloteo no sobra buena voluntad ni ganas de esclarecer las dudas sobre el
reciente el proceso electoral.
La ASF subraya que durante el desarrollo de
la auditoría a la UIF se determinaron incumplimientos en leyes,
reglamentos y disposiciones normativas (que detalla), y advierte sobre la
notoria lentitud con la que se elaboran, revisan y publican las medidas y
procedimientos para prevenir el lavado de dinero y el financiamiento del
terrorismo en el sistema financiero que opera en el país. “Transcurre un número
importante de días (para su publicación el Diario Oficial de la Federación):
en el caso de las sociedades financieras de objeto limitado pasaron 923 días;
casas de bolsa, 847; casas de cambio, 108; sociedades financieras de objeto
múltiple, 373, y organizaciones auxiliares de crédito, mil 2”.
Las rebanadas del pastel
Dice El País que para los
correligionarios de AMLO parece llegado el momento de preguntarse si les
conviene como líder un hombre dos veces derrotado. Bien, pero el rotativo
olvida que a Mariano Rajoy lo derrotaron dos veces en las urnas, sin fraude, y
hasta la tercera la libró, sólo para destrozar a los españoles. Entonces, más
ojo en casa, tíos.
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