España: hundimiento del PSOE
EDITORIAL DEL DIARIO LA JORNADA
En las elecciones realizadas ayer en Galicia y el País
Vasco la derecha gobernante y los partidos regionalistas obtuvieron sendas
victorias a expensas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). En la
primera, la rama local del gobernante Partido Popular (PP), que ya controlaba
la Xunta, logró hacerse con la mayoría legislativa absoluta y la izquierda
gallega consiguió un importante avance; en la segunda, el nacionalismo vasco,
representado por el centrista Partido Nacionalista Vasco (PNV) y por el frente de
izquierda Bildu arrebató la mayoría absoluta al frente españolista que habían
conformado el PSOE y el PP en el País Vasco.
En el caso de Euskadi, los comicios de ayer marcan una
nueva etapa en la lucha soberanista vasca, tras la reagrupación de la izquierda abertzale –cuyas
organizaciones electorales han sufrido una intensa persecución policial y
judicial por parte de Madrid– y la renuncia a la lucha armada expresada
recientemente por ETA. En el de Galicia, en cambio, el PP local se ha
deslindado de cualquier perspectiva autonomista y ha refrendado su españolismo.
Los electorados de ambas regiones han asestado un duro
golpe al PSOE, a pesar de que es el PP el que emprende, desde el gobierno, una
ofensiva implacable contra el bienestar de la población y los derechos
laborales y sociales a fin de transferir a la sociedad el costo de la crisis
económica en curso. El hecho es que en Galicia lospopulares, encabezados por el
actual presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, han propuesto, con
fundamento o sin él, un plan anticrisis atractivo a ojos de la mayoría; un
plan, por cierto, en el que las anunciadas inversiones y compras de Pemex en
Galicia desempeñan un papel nada desdeñable.
En cuanto al País Vasco, es claro que tanto el PSOE como
el PP fueron absolutamente incapaces de comprender el sentimiento nacionalista
de la mayoría de la población y que, por el contrario, se empeñaron en
criminalizar expresiones de tal sentimiento, incluso algunas claramente
moderadas.
En suma, los socialistas, que encabezaron los tramos
principales de la llamada transición, han sido incapaces de reformularse como
alternativa a la embestida neoliberal que lleva a cabo el PP desde La Moncloa,
en acatamiento a las directivas procedentes de Bruselas y de los organismos
financieros internacionales, en tanto que la organización fundada por el
gallego Manuel Fraga ha logrado mantener y consolidar el dominio en la más
emblemática de sus plazas.
Según puede verse, el vasto descontento social generado
en España por las políticas económicas devastadoras no se ha traducido aún en
un rechazo electoral al partido que las pone en práctica.
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