Inflación: otra raya más al tigre…
Casa de citas
Por: Redacción de Sinembargo
http://www.sinembargo.mx/opinion/31-10-2012/10442
A 30 días de que el panista Felipe Calderón Hinojosa entregue la Presidencia de la República al priista Enrique Peña Nieto, el Banco de México (Banxico) ha lanzado una alerta preocupante sobre la inflación que debe ser atendida de inmediato. Por si no fuera suficiente con las múltiples demandas nacionales e internacionales contra su gestión, debido a la ola de violencia e impunidad que ha ido siempre in crescendo desde diciembre de 2006, cuando el michoacano Calderón Hinojosa decretó la guerra contra el narcotráfico, ahora el Banco Central del país le ha puesto un foco rojo al crecimiento de los precios de bienes y servicios. A juicio del gobernador de Banxico, Agustín Carstens Carstens, la alta inflación en el país “ya es un tema de preocupación pública” y está afectando ya los salarios de los trabajadores. La afectación de la inflación sobre los sueldos de los mexicanos es una historia que conocemos de sobra, pues la relación entre el aumento de los salarios y el nivel general de los precios ha sido inequitativa por muchas décadas.
Sin embargo, también, por esa amarga experiencia, sabemos que la pronta respuesta de quienes dirigen la política monetaria para ajustar el crecimiento de la inflación es aumentar las tasas de interés. Esto ajusta las metas de las instituciones y de los funcionarios públicos pero, finalmente, golpea a todo el aparato productivo y, claro, quienes al final pagan todo el costo, como siempre, son los consumidores finales. Las cosas no están bien. Por eso llama poderosamente la atención que Agustín Carstens, también ex secretario de Hacienda y Crédito Público al inicio del sexenio calderonista (1 de diciembre de 2006 al 9 de diciembre de 2009), sea quien insista en el tema, cuando desde su posición como banquero central había mantenido discreción de cara al manejo de la política económica de Calderón. Pero ayer, en un seminario organizado por la calificadora internacional Fitch, el doctor en Economía por la Universidad de Chicago, aceptó que a Banxico “le preocupa” que la desviación del nivel inflacionario, por arriba de la banda de 4%, “ya se ha prolongado bastante”. Incluso, dijo, en caso de ese indicador no ceda en los próximos reportes, el banco central podría “hacer uso de nuestros instrumentos de política monetaria” para evitar que un problema de unos cuantos mercados se generalice. “La idea sería que los usáramos de tal forma que la inflación regresara hacia niveles inferiores al 4% y retomara la tendencia de convergencia hacia el 3% y fuera lo antes posible”, argumentó Carstens, quien ocupa el cargo de gobernador del Banco de México desde el 1 de enero de 2010. La inflación anualizada a la primera quincena de octubre fue de 4.64%, nivel superior a la meta para el Banco Central: 3% +/- un punto porcentual. La medicina a aplicar sería amarga. Actualmente, la tasa de interés clave o Tasa de Interés Interbancaria Promedio a un día, es de 4.5 por ciento. El Banco Central ha mantenido a ese nivel el precio del dinero en el mercado financiero desde julio de 2009, para permitir a algunos sectores económicos recuperarse por completo de la profunda recesión que afectó al país ese año. Sin embargo, ahora, más de tres años después, el Banxico evidencia que no está conforme con el actual nivel de la tasa de inflación y que la preocupación de su Junta de Gobierno no es gratuita. El que Carstens haya adelantado que, a través de las herramientas de política monetaria, podría intervenir para amortiguar el aumento de los precios de bienes y servicios es una señal de que las cosas también andan mal en asuntos económicos, un aspecto, de los muy pocos, que Felipe Calderón ha presumido a nivel mundial, por mantener “estabilidad” e incluso “fortaleza”. Faltan 30 días para que termine el sexenio y estas alertas no son buenas para nadie en el país, particularmente para lo que menos tienen. Significan también que tampoco en materia económica se ha hecho un trabajo eficiente. Si nos atenemos al librito, para ser sana, una economía debe presentar estabilidad en sus indicadores financieros y la inflación, como termómetro de todos ellos, muestra que, como dijera el propio Carstens, el “catarrito” puede volverse pulmonía.
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